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La escuela pública asume dos de cada tres alumnos vulnerables

El plan de choque contra la segregación en Barcelona logra un ligero trasvase hacia la concertada, que pasa a asumir del 21% al 27% de estos estudiantes

Alumnos de un colegio público de Barcelona.
Alumnos de un colegio público de Barcelona.Albert Garcia

La escuela pública de Barcelona sigue asumiendo el peso de los alumnos de entornos empobrecidos. A pesar del plan de choque contra la segregación activado por el Consorcio de Educación de Barcelona (CEB)], que reservó plazas en la preinscripción para distribuir de forma más equitativa a este alumnado y evitar la creación de escuelas gueto, dos de cada tres alumnos vulnerables que han usado estas plazas han sido colocados en la escuela pública; el resto, en la concertada. El CEB argumenta que ello se debe a que muchos alumnos han sido asignados al centro donde tienen hermanos mayores.

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El Consorcio destaca que, gracias al plan de choque contra la segregación —anunciado el año pasado y que se empezará a cristalizar el próximo curso—, “sí se ha logrado una mayor implicación de la concertada”: si el curso pasado el alumnado vulnerable se repartía entre un 79% en la pública y un 21% en la concertada, el próximo curso será de un 73% en la pública y un 27% en la concertada. “No vamos a solucionar el problema de la segregación en un año, pero el plan nos está ayudando.Es un plan con mucho recorrido y sus resultados se verán en unos años”, admiten fuentes del CEB.

La lucha contra la segregación escolar —la separación del alumnado en diferentes centros educativos según su perfil socioeconómico— se oficializó en un pacto firmado en marzo por la Generalitat, un centenar de ayuntamientos y el Síndic de Greuges, Rafael Ribó. El plan, que contó con el rechazo del sindicato Ustec y la Federación de Asociaciones de Madres y Padres (Fapac), entre otros, apostaba por revisar las cuotas que cobra la escuela concertada, garantizar la gratuidad a los alumnos más desfavorecidos y vetar la matrícula viva —alumnos que llegan y se matriculan en un centro en medio del curso— en aquellas escuelas de alta complejidad (con alto número de alumnado inmigrante, en riesgo de exclusión social y/o discapacitados).

Algunas ciudades con alta segregación, como Barcelona y Terrassa, ya han puesto en marcha un sistema de reservas de plaza para distribuir este alumnado. En Terrassa son cuatro plazas por aula en todas las escuelas públicas y concertadas. En Barcelona, varían entre dos y seis por zona escolar, según el nivel de alumnos vulnerables. “Se hizo un estudio de alumnado y de zonas e hicimos una estimación para buscar los centros de proximidad para la familia, pero también haciendo un reparto equitativo en toda la zona”, abundan desde el Consorcio.

Según el estudio Equivalencia territorial en la planificación territorial de Xavier Bonal y Adrián Zancajo elaborado para el Consorcio, la concentración de alumnos extranjeros en centros públicos se da especialmente en zonas como Ciutat Vella, Sants, Trinitat Nova, Ciutat Meridiana, Trinitat Vella y el Besòs. Por su parte, la escuela concentrada aglutina más alumnos extranjeros en las zonas con familias de alto nivel adquisitivo, como Vallvidrera.

De los 831 alumnos vulnerables detectados por el plan de choque de Barcelona que el próximo año deben comenzar el primer curso de educación infantil (P3), a 793 se les asignó una plaza reservada (el resto cambiaron de domicilio). De ellos, 536 irán a una escuela pública (68%) y 257 (32%) a una concertada. Las cifras se quedan un poco lejos de las previsiones con las que trabajaba el Consorcio, de un 60% y 40%, respectivamente, según un documento presentado al Consejo Escolar.

En el caso de los alumnos vulnerables que se incorporarán el próximo curso a 1º de ESO, los porcentajes son similares: con un total de 1.247 alumnos detectados, a 782 (64%) se les ha asignado un centro público y 465 (36%), uno concertado. Unos porcentajes casi exactos a la previsión del Consorcio.

Rechazo a la concertada

Asimismo el 90% de las familias a las que han asignado una plaza de P3 en la escuela pública la ha aceptado, mientras que en el caso de la concertada solo lo han hecho el 69%. En el caso de 1º de ESO los porcentajes son más parecidos: 74 y 76%, respectivamente.

Críticas a la Generalitat por “falta de planificación”

El colectivo Escuelas contra la Segregación Escolar aplaude la iniciativa de Barcelona de repartir el alumnado vulnerable, pero la consideran totalmente “insuficiente”, según el resultado de la preinscripción.

Además, la plataforma destaca que no se está llegando a todos los menores con necesidades, ya que los 831 alumnos vulnerables de P3 detectados por el plan de choque “son de pobreza extrema” y solo representan el 6% respecto al padrón de esta edad, cuando el índice de pobreza infantil está en el 28%, según los últimos datos del Instituto Catalán de Estadística (Idescat) de 2017.

El colectivo acusa al Consorcio y al Departamento de Educación de “mala planificación” y discrepan de la medida de enviar a cuentagotas a alumnos vulnerables a la concertada. “Si envías un niño a una concertada, se encuentra en un entorno que no es el suyo y alejado de su realidad, y ¿qué pasará cuando vea que todos sus compañeros tienen un Iphone y él no? Es el problema de la integración en solitario”, reprocha la plataforma contra la segregación.

El Consorcio asegura que todavía debe hacer un estudio detallado de los casos, pero afirma que los motivos más comunes para que las familias no acepten ir a la concertada es porque rechazan que sea religiosa o porque no les gusta el centro. En principio, la Administración descarta el motivo económico, ya que a estas familias se les subvenciona todas las cuotas, desde las salidas, material y comedor.

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