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Colau arrasa en la zona cero de los narcopisos

El Raval vota a BComú pese a haberse convertido en el icono de la inseguridad

Vecinas del Raval en la Plaza del Pedró
Vecinas del Raval en la Plaza del PedróAlbert Garcia (EL PAÍS)

Robos, droga y prostitución. El orden de las tres problemáticas es indiferente. Los tres fenómenos más lo que llevan aparejado: peleas con arma blanca en plena calle, rencillas entre traficantes, ocupación de inmuebles para convertirlos en narcopisos... Todo ello hizo, junto con un repunte de los robos, que la inseguridad se convirtiera en la principal preocupación de los barceloneses. La oposición a Ada Colau llevaba meses criticando las políticas de BComú y animando a entidades vecinales a manifestarse exigiendo al Consistorio “más policía y más seguridad”. Por su parte, Colau anunció horas extra de agentes de la Guardia Urbana y acusó a la Generalitat de “abandonar” la seguridad de la ciudad especialmente en Ciutat Vella y más concretamente de uno de los barrios donde se concentran a la vez la miseria y la especulación: El Raval.

El domingo, el examen estaba en las urnas y Colau, quizás contra pronóstico, volvió a ganar las elecciones en el barrio donde han nacido —gracias a vídeos grabados con el móvil— las críticas a la inseguridad.

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La participación de los comicios municipales en El Raval fue del 48,7% (en 2015 fue del 45%). El partido más votado fue BComú, que consiguió 2.767 votos (el 28,1%) seguido del PSC con 2.043 (20,7%), ERC con 1.803 (18,3%). El partido de Manuel Valls (Barcelona pel Canvi-C’s) obtuvo 1.155 (11,7%) y JxCat 660 (6,7%). Los partidos que más atacaron la inseguridad JxCat, C’s y ERC son los que peores resultados obtuvieron. De hecho, en 2015 CiU quedó en segunda posición, con 1.459 votos, por detrás de Bcomú que consiguió 3.454.

“Los narcopisos y el problema de CAP del Raval Nord nacieron con el gobierno de CiU y, encima de no haberlos solucionado han intentado echar las culpas a Colau. Los vecinos no somos tontos y cuando estalló el problema de los pisos ocupados donde se consumía droga fuimos al Ayuntamiento. En el distrito nos atendieron desde el primer momento. Organizaron reuniones. Los de BComú son los únicos que nos han escuchado”, asegura Ángel Cordero de Acció Raval. Cordero, también por ideología, no acude nunca a la cita con las urnas pero mantiene que BComú es la formación que más agentes de la Guardia Urbana ha enviado al Raval. “En unos de los debates electorales, el candidato Ernest Maragall admitió que si él era alcalde habría más Mossos, que no hay, por lo que ERC admite directamente que han estado jugando con la seguridad de los vecinos”, denuncia Cordero.

El Raval de ayer sigue siendo el de las escenas captadas por los móviles. En el 29 de la calle Carretes un vecino tiene una pancarta en su balcón que reza: Fuera basura de la escalera. Está dedicada a los narcotraficantes. Hay movimientos, no demasiado disimulados, entre los peatones de esta pequeña avenida. Unos metros más allá, en la calle Hort de la Bomba, en un cartel electoral de ERC en urdu aparecen fotos de Maragall y Alamany junto con dos líderes paquistaníes del Raval. Otros de los líderes de esa comunidad prestó su apoyo al PSC. Metros más allá, en otro cartel, Huma Jamshed, la consejera paquistaní de BComú destituida por el partido a los meses de tomar posesión, critica a Colau.

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En la calle Riera Baixa, una de las consideradas más peligrosas del Raval, hoy reina la calma. “No te equivoques, los menas están durmiendo, salen por la tarde”, denuncia una vecina. . Santi González, un comerciante de Riera Baixa, admite que no ha votado a Bcomú pero cree que no son los culpables de la situación: “Hemos ido a reuniones en las que no se ha presentado la Generalitat, la comisaría de Mossos está bajo mínimos. Es la Generalitat la que debe activar las políticas sociales y ayudar a los menas. Los vecinos sabemos quién es el culpable de la situación”, lamenta. “Eso sí, cuando hay desahucios se presenta un ejército de 70 mossos”, denuncia.

En la calle d’En Roig aparecieron los primeros narcopisos. “Muchos de los cabecillas que protestaron contra los narcopisos ahora están en ERC o C’s”, lamenta otro vecino. Jacinto, el dueño del bar Xioronda Orense, no se sorprende de los resultados del barrio. “Aquí vive mucho hípster”, sostiene. El restaurador está enfadado porque durante la campaña la alcaldesa apareció retratada junto a una cuba, a modo de mesa, en la puerta de un bar. “A mí me han multado por tener dos cajas de madera en la puerta”, denuncia.

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