El Raval se planta contra la delincuencia
Los vecinos de Riera Baixa cortan el acceso al barrio en protesta por la inseguridad
Los vecinos de la esquina de la calle de Riera Baixa con Hospital, en el barrio barcelonés del Raval, cortaron ayer —de 10.00 a 22.00— el tramo de la vía en protesta por la oleada de delincuencia acompañada de violencia que aseguran que se ha instalado en la zona. Los manifestantes se plantaron en mitad de la calle con mesas y sillas impidiendo el acceso al centro del barrio, en el mismo lugar donde diariamente son víctimas de robos decenas de turistas.
“En esta intersección de calles sufrimos la presencia constante de grupos de personas que asaltan a otras de forma violenta. Amenazan e insultan. Y si las víctimas son mujeres, además, las acosan sexualmente”, denuncia Santi González, un comerciante de Riera Baixa que el pasado otoño consiguió movilizar a los vecinos contra las bandas que se habían instalado en el barrio.
“Protestamos y nos destinaron más agentes de la Guardia Urbana. Ahora llega el verano y la situación se ha desbordado. Los urbanos hacen lo que pueden, pero en el barrio no se ve ni un mosso d’esquadra”, lamenta. El cuerpo policial no ha querido valorar la protesta vecinal.
La esquina es estratégica ya que es el lugar de paso entre La Rambla y El Raval. Allí los delincuentes asaltan en cuestión de segundos a peatones despistados y desaparecen por el laberinto de callejuelas sin ser detectados. “Ahora incluso hay peleas por la esquina entre bandas que no dudan en sacar armas blancas”, denuncia otro ciudadano.
Comerciantes y vecinos dieron ayer un golpe sobre la mesa tras comprobar que los robos son cada vez más violentos en la zona y que existe, también en la esquina, un mercado negro de compraventa de objetos, tráfico de teléfonos móviles y otras tecnologías sustraídas, sobre todo, a turistas. “Las mafias han creado una infraestructura estudiada de la que forman parte algunos establecimientos comerciales”, aseguran los vecinos. La estructura criminal ha comprobado que los menores extranjeros no acompañados (Mena) son la “mano de obra” ideal para robar y los jóvenes no dudan en exhibir mucha violencia si con ello consiguen hacerse con un botín en forma de cartera o móvil.
“El problema no es actual. Los vecinos sabemos quiénes son los líderes de estas mafias que llevan dos décadas en El Raval y ni administraciones, ni cuerpos de seguridad han conseguido dar una respuesta a este grave conflicto. Que no nos digan que no hay mossos porque somos los mismos vecinos que intentamos parar desahucios de pisos. Entonces sí que hay 30 mossos para expulsar de su casa a una pobre anciana”, denuncia González.
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