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La inclusión de Vox en el Gobierno de la Comunidad, primer escollo de las negociaciones de PP y Ciudadanos

Díaz Ayuso se abre a contar con Monasterio, a lo que se niega Aguado

El candidato de Ciudadanos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, junto al presidente de su formación, Albert Rivera. En vídeo, Cs habla sobre los pactos.Vídeo: EP

Ignacio Aguado (Cs) ha avanzado este martes su oposición a que Vox entre en el Gobierno de coalición que aspira a formar con el PP y ha detallado que solo negociará con Isabel Díaz Ayuso, sin incluir a Vox en las conversaciones. Dos escollos para el entendimiento de las derechas, ya que este partido pide dialogar de igual a igual y entrar en el Ejecutivo. El PSOE quiere usar esa grieta para convencer a Cs de que haga presidente a Ángel Gabilondo, operación que debería contar con el apoyo de Más Madrid y que podría incluir como contraprestación que Begoña Villacís gobierne la capital.

El primer escollo en la negociación del gobierno de la Comunidad de Madrid ha surgido antes incluso de que se abran las conversaciones entre los tres partidos de derechas. El PP ve con buenos ojos que Vox entre en ese Ejecutivo, como reclama la formación de Rocío Monasterio, mientras que Ciudadanos rechaza esa opción. Pese a que el PSOE de Ángel Gabilondo se impuso en los comicios del pasado domingo, las tres formaciones conservadoras tienen los diputados suficientes para alcanzar una mayoría si llegan a un acuerdo.

“Nuestro objetivo es hacer valer nuestros escaños y sí, probablemente entrar en el Gobierno es la mejor manera de hacerlos valer y que se vea sobre todo el trabajo que queremos desarrollar”, dijo este lunes Monasterio.

“Lo que quiero es respetar y tener en consideración a los votantes del PP, Cs y Vox. No puedes ir por ahí pretendiendo que te apoyen a cambio de nada”, reconoció inmediatamente Isabel Díaz Ayuso, la aspirante del PP, cuando le preguntaron si incluiría en el Ejecutivo a representantes de sus dos posibles socios. “Yo quiero que el votante de Vox sienta que es escuchado, porque si gracias a sus votos soy presidenta, tengo que recompensar a esos votantes”, ha añadido este martes en Onda Cero.

“En el gobierno que quiero negociar solo habrá miembros del PP y Cs”, ha subrayado, por su parte, Ignacio Aguado, de Ciudadanos.

Esas tres frases confrontan dos modelos opuestos de afrontar la negociación. Vox reclama una mesa a tres en la que se visibilice que es parte del pacto y en la que se debata si puede encabezar alguna de las consejerías del próximo Ejecutivo. Ciudadanos, sin embargo, no quiere aparecer en la foto con el partido de extrema derecha.

Por eso recalca una y otra vez que solo negociará con el PP. Así, aboga por un modelo de negociación a dos bandas, en el que el PP se siente por separado con Ciudadanos y con Vox para articular una mayoría.

Justo lo que hicieron los tres partidos en Andalucía, cuando lograron los votos suficientes para acabar con 40 años de gobiernos socialistas. Y justo lo que rechaza Vox para Madrid. Como dijo Santiago Abascal, el líder nacional de la formación de extrema derecha: “Vox es determinante. Vox va a hacer valer sus votos. ¿Y esto qué significa? Significa que no vamos a admitir cordones sanitarios de ningún tipo, insultos, etiquetas de aquellos que para gobernar tendrán que pactar con nosotros. Algunos tienen que tener muy claro que quien quiera contar con nuestro apoyo para construir mayorías alternativas tendrá que ser respetuoso y flexible”.

Aguado ya explicitó durante la campaña su veto al PSOE y su voluntad de no firmar acuerdos directamente con Vox. “Hoy por hoy no puedo formar gobierno con un partido que no cree en las autonomías”, resumió el candidato. “Otra cosa es que voten nuestra investidura. Eso ya es decisión suya y en lo que no podemos entrar”, destacó entonces, elucubrando con la posibilidad de armar un programa de gobierno tan atractivo como para que fuera irrechazable para Vox.

Esa misión, sin embargo, corresponde ahora a Díaz Ayuso, la candidata de derechas que más votos logró en las elecciones. Y ella, al contrario que Aguado, sí está dispuesta a tener un contacto directo con Vox… e incluso a incluirlo en un Gobierno con tres almas.

No es una discrepancia menor. Describe una grieta entre los partidos de derechas que el PSOE intentará ensanchar para investir a Gabilondo como presidente con el apoyo de Cs y Más Madrid. A cambio, el primer partido podría lograr la alcaldía de la capital —siempre y cuando el equipo de Manuela Carmena validara la operación— y el segundo podría conseguir que Íñigo Errejón entrara en el Gobierno y se apuntara el tanto de acabar con 24 años de gobiernos del PP.

“Hay que sangrar a Ciudadanos si finalmente pactan con la ultraderecha, o aprovechar esa ventana de oportunidad, rara, pero que existe, de intercambiar posiciones en Madrid región y en la capital”, resumió uno de los líderes socialistas de la Comunidad, apuntando a las presiones que recibirá Aguado para que levante su veto a Gabilondo y que su partido logre a cambio la capital.

En ese escenario, los ocho concejales logrados por el PSOE serían claves. Pero si eso no ocurre, arreciarán las críticas al resultado electoral que ya empiezan a despuntar en un PSOE tensado por la oportunidad perdida de desplazar al PP del poder regional y mantener a la izquierda con el bastón de mando en la capital. Distintos integrantes de la dirección del PSOE de Madrid llegaron a la reunión de este martes de la cúpula de la federación que lidera José Manuel Franco con la idea de pedir la dimisión de Hernández, que en su presentación en el teatro La Latina se comprometió a no hacerlo en caso de que los números no le acompañaran el 26-M.

Todos los cuadros del partido consultados coincidían en diferenciar entre Gabilondo y Hernández. El PSOE no ganaba las elecciones autonómicas desde hacía 32 años y recuperó ayuntamientos del cinturón rojo como Alcorcón y Parla, en manos del PP. Mantuvo los ayuntamientos de las grandes ciudades y además se hizo con San Fernando de Henares, en el corredor del mismo nombre. El candidato a la Comunidad fue el más votado en la capital con más de 418.000 votos mientras que el candidato al Ayuntamiento pasaba de tercera a cuarta fuerza con 223.582 votos (13,7%), 25.000 menos que en 2015 (15,3%). El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, destacó la pacificación de la federación realizada por José Manuel Franco. Lo mismo que Gabilondo en el cierre de la campaña. Pero salvo sorpresa no resultará suficiente para dar un vuelco en Madrid.

"Intercambio de cromos" entre Cs y PSOE

Tanto Ciudadanos como PSOE, que negocian posibles pactos de gobierno e investidura en todo el territorio, han negado que estén haciendo intercambios de cromos en las negociaciones para la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid.

"No hay ninguna operación en ningún municipio ni comunidad autónoma a día de hoy", ha asegurado en rueda de prensa José Manuel Villegas, secretario general de Cs. "¿Nos gustaría que Begoña Villacís fuera alcaldesa de Madrid? Sí, y lo vamos a intentar. ¿Nos gustaría que Ignacio Aguado fuera presidente de la Comunidad? Sí, y lo vamos a intentar".

La vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, ha afirmado en una entrevista con RNE que los socialistas no dan por perdida la Comunidad de Madrid sobre la base de un acuerdo para frenar a la ultraderecha, pero ha negado que estén intentando un "intercambio de cromos" con Ciudadanos que permitiría a Begoña Villacís ser alcaldesa.

"Esperamos un acuerdo para frenar a la ultraderecha y que Ángel Gabilondo sea presidente de la Comunidad de Madrid, pero no estamos intercambiando cromos, ni esto es un mercado persa, y quien lo pretenda no ha entendido nada de lo que ha salido de las urnas", dijo Lastra. La dirigente socialista recordó además que en el Ayuntamiento tendrían que contar con Más Madrid (Cs y PSOE no suman), "y habría que hablar de muchas más cosas".

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