El PSC tiñe de rojo el cinturón tras la caída de los comunes y la CUP
Los socialistas recuperan la mayoría absoluta en L'Hospitalet, Cornellà y amplia la de Santa Coloma de Gramenet
Miquel Iceta, líder del PSC, dio ayer por acabada la “travesía del desierto” que sufrió su partido tras la eclosión del procés y recuperó las mayorías absolutas que había perdido en los principales municipios del área metropolitana. Los alcaldes de L'Hospitalet, Cornellà o Sant Boi, por ejemplo, podrán gobernar en solitario. Con el 21,6% de los votos —200.000 más que en 2015— el PSC ha exprimido la caída de los comunes que han sufrido su división y de la CUP. El balance global da fuerza al PSC para impulsar un plan para que Ernest Maragall no sea alcalde en Barcelona y para que Álex Pastor retenga la vara en Badalona.
Nuria Marín, alcaldesa de L'Hospitalet, encarnó el domingo como nadie el éxito metropolitano de los socialistas. La primera edil logró el 43% de los votos y 14 concejales, los que fija la mayoría absoluta de un total de 27. Hace cuatro años, Marín se quedó con 11. Todos sus rivales, salvo ERC —que pasa de dos a cinco regidores— se han estancado o perdido apoyos. Ciudadanos repite cuatro ediles, el PP pasa de tres a uno y se desploman los grupos a su izquierda. En 2011 Iniciativa sumó dos concejales, Ganemos, dos y la CUP, uno. Ahora, todo se reduce a tres ediles de los comunes.
Su éxito es incontestable pero ayer Marín abrió la puerta a gobernar en coalición con otras formaciones pese a tener la “tranquilidad” de no tender que depender de nadie. “Tengo la intención de que mi gobierno sea amplio”, dijo en, RAC1. No negó tampoco que ha influido positivamente en el resultado el “efecto” de la victoria en las generales del 28 de abril de Pedro Sánchez. “Ha dado mucha confianza e ilusión a muchas personas, que en otras elecciones se habían quedado en casa o habían cambiado de voto”, subrayó.
Geometría variable en Tarragona
El ajustado triunfo del alcalde de Tarragona y candidato del PSC a la reelección, Josep Fèlix Ballesteros, en las elecciones del domingo ha ampliado la geometría de posibles pactos municipales, con una posición clave de los comunes. Ballesteros ganó las elecciones con escaso margen de votos sobre el candidato de ERC, Pau Ricomà, que empató con el PSC a siete ediles y que podría alcanzar la alcaldía en función de las alianzas que se acaben tejiendo.
Cornellà vivió una fotografía similar. Antonio Balmón recuperó la mayoría absoluta: pasa de 11 a 14 regidores y ERC se erige, a distancia, en segunda fuerza. Si en 2011 Crida per Cornellà logró cinco regidores e Iniciativa dos, ahora la izquierda alternativa se ha reducido a cuatro representantes: dos para Podem y dos para los comunes. Nuria Parlon, alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, amplia su mayoría absoluta —de 14 a 17 ediles— mientras la coalición Som Gramenet, que tenía seis, queda fuera. Los comunes se estrenan con tres concejales, uno más que los dos que tenían los ecosocialistas. El esquema se repite en Sant Boi del Llobregat: Pilar Díaz reconquista la mayoría absoluta mientras los comunes ganan solo algo más de 500 votos respecto a cuando se presentaban como Iniciativa-Entesa y la CUP se queda fuera del Ayuntamiento.
Pedro Sánchez ha dado mucha confianza e ilusión a muchas personas, que en otras elecciones se habían quedado en casa o cambiado de voto”, subraya Marín
“El cinturón de Barcelona vuelve a ser socialista”, proclamó ayer Iceta en su balance electoral, que incluye Molins de Rei que pasa al PSC tras ser gobernada por Convergència. El tirón le ha dado fuerza al PSC para concebir un plan alternativo para que Maragall no sea alcalde y para que el socialista Àlex Pastor retenga la alcaldía en Badalona. La aritmética con la que puede jugar el PSC contrastaba ayer con el desencanto de los comunes, que han vencido en 13 Ayuntamientos que ya dirigía Iniciativa-Esquerra Unida en 2015 y perdido una decena.
Con independencia de cómo concluyan las negociaciones, la pérdida de las elecciones en Barcelona, la joya de la corona de los comunes, supone un enorme supone un mazazo para la confluencia que traza desde el 21-D una tendencia a la baja. El partido de Ada Colau es, con el 8,7% de los votos, la quinta fuerza municipal y ha logrado 302.599 votos y 258 concejales. En 2015, la Entesa en solitario logró el 12% de los votos, cien concejales más —358—, y 70.000 votos más. La división con sus socios de Podem (18 concejales) tampoco les ha ayudado. En Sabadell, por ejemplo, los comunes no tienen representación pero sí un regidor de la formación morada.
Al margen de Barcelona, los comunes han perdido alcaldías emblemáticas como la de Sant Feliu de Llobregat
El Ayuntamiento de El Prat, en manos de los ecosocialistas desde la instauración de la democracia, es la principal institución que controlan los comunes. La alcaldía de Sant Feliu de Llobregat la han perdido también en beneficio de los socialistas. Sus otros bastiones son, Montcada i Reixach y Santa Perpètua de Mogoda. “Los resultados no son buenos pero tenemos presencia en todo el territorio. Somos imprescindibles para configurar gobiernos de izquierda”, afirmó el eurodiputado Ernest Urtasun, que admitió la necesidad de fortalecer organizativamente la confluencia.
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