¿Qué votamos en las elecciones al Parlamento Europeo?
La Unión Europea es nuestro contexto político, económico y cultural del que no podemos quedar ajenos
Los Parlamentos en los Estados democráticos tienen la función de hacer las leyes y controlar políticamente al Gobierno. Pues bien, ni la Unión Europea es un Estado ni el Parlamento Europeo tiene las funciones que tienen atribuidas los Parlamentos de los Estados. La Unión Europea es una asociación económica y política que se constituye como organización internacional, basada en los acuerdos que adoptan los Estados miembros, donde se aplican políticas comunes. La Unión Europea no pretende ser un Estado federal, sino que los diversos Estados miembros quieren mantener la soberanía si bien han cedido diversas competencias nacionales a la UE y tienen posiciones distintas respecto a una mayor integración.
La potestad legislativa de la Unión Europea, es decir, la capacidad de aprobar las “leyes” europeas, las más importantes de las cuales se denominan directivas y reglamentos, la tiene atribuida conjuntamente el Consejo de la Unión Europea y el Parlamento Europeo, por lo que es preciso recalcar que el Parlamento Europeo, por sí mismo, no puede aprobarlas. Por tanto, en las próximas elecciones al Parlamento Europeo los electores sólo eligen una parte del poder legislativo de la Unión, pero no a la otra parte, que es el Consejo de la Unión Europea, que es la institución con más poder de la Unión, a quien corresponde establecer las líneas generales de actuación. El Consejo está formado por un ministro de cada uno de los 28 Estados miembros, cada uno de los cuales tiene la orientación política del Gobierno del que forma parte (conservador, democristiano, socialdemócrata, etc.,).
El denominado déficit democrático de la Unión Europea consiste en que ni la totalidad del poder legislativo, ni el poder ejecutivo de la Unión surgen de unas elecciones europeas. La mayoría parlamentaria que resulte de las próximas elecciones no servirá para cambiar la orientación política de la Unión Europea, porque salvo el Parlamento, la composición del resto de instituciones está predeterminada por la orientación política de cada uno de los Estados miembros y consiguientemente está formada por políticos de orientación heterogénea.
El Parlamento Europeo es la única institución elegida directamente por los ciudadanos y ciudadanas de todos los Estados miembros, de acuerdo con cada una de sus respectivas leyes electorales.
En todas les elecciones al Parlamento Europeo se da una alta abstención en toda la Unión Europea. En dichas elecciones no se ofrecen a los electores y electoras programas diferenciados, sino un conjunto de titulares propagandísticos. Adicionalmente, en muchas ocasiones, los candidatos que integran las listas electorales al Parlamento parece que son políticos a los que se aparta de la política estatal y a los que, en compensación, se ofrece una muy buena retribución y, dado que el porcentaje de participación en las elecciones es irrelevante, se cubren todas las plazas de diputados y diputadas.
De todas formas, es preciso afirmar que el Parlamento Europeo ha ido ganando poder progresivamente. El Parlamento, entre otras funciones, es colegislador y puede bloquear la elaboración de la normativa comunitaria; tiene un importante papel en la aprobación del presupuesto de la Unión; tiene la facultad de ratificar o no a los miembros de la Comisión propuestos previamente por los Estados miembros; puede presentar una moción de censura a la Comisión y puede crear comisiones de investigación. La Unión Europea es nuestro presente y nuestro futuro: podemos circular libremente por todos los Estados que forman parte de ella; llevamos la misma moneda; es nuestro contexto político, económico y cultural, del que no podemos quedar ajenos, y las normas que aprueba nos afectan directamente. De todas formas, para la integración europea queda mucho por hacer.
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