Cava, pastas y un mitin de Bou en casa
El alcaldable popular se reúne en el domicilio de una vecina que sufre un problema de incivismo y acaba haciendo un mitin
"No me ha sido fácil. He trabajado muchas horas. Muchos días 16 y no he hecho muchas veces vacaciones. Yo levanté con mis manos mi primera panadería. Puse racholas y la monté con cuatro duros. Mi padre no quería: era un hombre duro. Pero eso es bueno: los hijos hacen a veces uso y abuso. Eso es lo que enseñó él: aquí me tienen. Alcaldable del PP. ¡Es que me he casado con la más fea! Bien. Es la labor que hay que hacer. El PP perdió el poder después de una matanza de terroristas y porque los enemigos de España se unieron. Pero siempre han dejado empleo. ¡Ojalá fuera alcalde! Lo tengo difícil. Partimos de una situación baja".
Con una copa de cava en la mano y de pie, Josep Bou, alcaldable del PP por Barcelona, suelta este mitin en el comedor de Neus Ros, en la calle Sant Iscle, en Barcelona, en Nou Barris, ante una decena de vecinos que le escuchan atentos, en silencio y con interés. La vecina aceptó participar en el formato Cafés con Bou, consistente en que el popular se reúne con vecinos que le trasladan un problema. En su caso, es del incivismo que sufre por unas casas bajitas abandonadas que hay en el patio trasero donde dice que hay okupas y se vende drogas y hace un año hasta tiros. Ros le mostró el espacio a Ada Colau al principio del mandato y se ha reunido con Janet Sanz, teniente de alcalde de Urbanismo para que las derruyan. Pero le dicen que es muy difícil y lamenta que no le hagan caso.
Me he casado con la más fea pero bien. Es lo que hay que hacer. ¡Ojalá fuera alcalde", dice
Pero eso casi pasa a segundo plano porque Bou, que ha llegado con cava y pastas de sus pastelerías, está en su salsa. "Es la primera vez que me desmeleno", exclama sacándose la americana. Vivió 30 años en Nou Barris y se explaya con la certeza de tener claro el diagnóstico de lo que ocurre en Barcelona y el criterio empresarial de cómo actuar. Pero, ante todo, admite que lo que le ha movido para meterse en política es el riesgo secesionista y reniega de que alguna vez Cataluña pueda ser algún día independiente. "Es una mentira cochina. Jamás ha sido una nación libre y un estado independiente. Hablan de la capital de la república catalana ¿de qué? ¿No cuentan con los demás? El 60% de los barceloneses no la queremos. No podemos despreciar una aventura tan bonita como España que dura 500 años. España mola un rato".
España mola. No se puede acabar con esta aventura que dura 500 años", afirma
Los vecinos atienden en silencio y solo alzan la mano cuando les pregunta cuántos de ellos han venido de otras comunidades de España o tienen un padre o madre que no es catalán. "Yo soy catalán de pies a cabeza y español por los cuatro costados a mí eso me da igual porque cualquiera se puede sentir tan catalán como yo. Pero hay catalímetros y se lo digo a ERC y el PDeCAT porque a mí no me engañan", dice aludiendo a que el nacionalismo es sinónimo de odio citando a Hitler y alegando que la diferencia con los populares es que ellos son "patriotas". Y luego recita las 8.000 viviendas que quiere construir, potenciar la seguridad y solucionar el problema de la contaminación con transporte eléctrico. "Hay que solucionar el problema pero la culpa es de la Generalitat que se ha dedicado al procés, a lo suyo", suelta de entrada y remacha: "Pero ¡qué manían tienen a los coches! ¿Se acuerdan del primero que tuvimos? Cuando los coches tengan alas y vuelen, pedirán que los volantes sean cuadrados".
¡Qué manía le tienen a los coches. Cuando tengan alas y vuelen, pedirán que los volantes sean cuadrados", avisa Bou
Rodeado de periodistas y de cámaras, a Bou se le acaba el tiempo en este comedor de Neus Ros, que tiene en una estantería una banderita española y niega ser del PP. Quiere que le solucionen su problema y por eso contactó con el partido. "El 28 de mayo de hace año hubo tiros. Detuvieron a unos dominicanos y días después les dejaron libres. Y llegaron gitanos. La Guardia Urbana dijo que no hiciera nada porque eran peores y que me podían cortar el cuello", explica compungida. "Los dominicanos son violentos. Son los más conflictivos", suelta el alcaldable.
El tiempo ya se ha agotado y Bou tiene que marcharse a otro acto. "Ustedes sufren una miseria grande con este problema y créanme que me sabe mal. Pero le garantizo que no es difícil hacerlo. Barcelona no es Sarajevo. Ni tampoco Madrid. Está más arreglada, limpia y urbanizada. Hay que ayudar a la Guardia Urbana. Si se comete un acto punitivo, se entra y se lleva a los detenidos al juez". Y corre veloz a Montcada a otro acto de campaña.
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