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Madrid, imprescindible chica Almodóvar

De ‘Pepi, Luci, Bom’ a ‘Dolor y gloria’, la capital tiene un rol clave en las películas del cineasta

Pedro Almodóvar durante el rodaje de 'Dolor y gloria'.
Pedro Almodóvar durante el rodaje de 'Dolor y gloria'.

En todo el mundo se descubre Madrid a través de su filmografía. No hay película en la que no aparezca algo de la ciudad a la que Pedro Almodóvar llegó con todas las ganas siendo un crío. “Después del bachillerato, te faltó el tiempo para irte a Madrid”, le reprocha su madre al cineasta Salvador Mallo, trasunto del manchego, en Dolor y gloria, con la que volverá a Cannes a por la ansiada Palma de Oro.

Desde Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón hasta Dolor y gloria, Madrid siempre está presente en las películas del cineasta: teatros y cines, plazas, edificios icónicos, bares y coctelerías se suceden en sus filmes. Es posible seguir los pasos de sus protagonistas por las calles de la ciudad, recrear escenas en los lugares que frecuentan o conocer las direcciones de sus casas.

La ciudad como personaje. Madrid no solo se muestra como fondo en las películas de Almodóvar, la ciudad es un personaje más. “Me interesa la parte de Madrid que es muy bella y muy espectacular, pero también la parte de Madrid que no es tan bella pero que está llena de vida y tiene mucha fuerza expresiva”, decía el director, guionista y productor al ser reconocido en la Casa de la Villa como hijo adoptivo de Madrid. Lo mismo elige la plaza Mayor y Callao en La flor de mi secreto o la Puerta de Alcalá y las Torres Kio en Carne trémula, que las colmenas del barrio de la Concepción, al pie de la M-30, en ¿Qué he hecho yo para merecer esto? y los descampados de Puente de Vallecas en Volver.

Distritos Almodóvar. Una calurosa noche de verano, un limpiador municipal riega el suelo empedrado delante del cuartel del Conde Duque. “¡Vamos, riégueme! No se corte. ¡Riégueme!”, reclama Tina Quintero (Carmen Maura) en La ley del deseo. La manguera se dirige a ella y comienza a empaparla. En Átame, Ricki (Antonio Banderas) busca heroína en la Plaza de la Villa. “¿Tienes jaco?”, le pregunta a un camello. Quiere una dosis para Marina (Victoria Abril), la mujer a la que tiene secuestrada. En Dolor y gloria, el mismo actor busca la misma droga, pero en otro escenario y por otras razones. Salvador Mallo está en una plaza de Lavapiés, en la que hay una categórica pintada: “Hermana, yo sí te creo”.

Recién aterrizada en Madrid, Becky del Páramo (Marisa Paredes) sube a una limusina en Tacones lejanos. “Señor conductor, ¿puede llevarnos a la plaza del Alamillo antes de ir al hotel?”, indica. Al llegar, señala a su hija (Victoria Abril) las ventanas con rejas a ras de suelo. “Por estas ventanas veía los pies de la gente”. La diva de la canción nació allí, en la calle de Alfonso VI, 5.

En la plaza Puerta de Moros Marisa Paredes pelea con sus botines.
En la plaza Puerta de Moros Marisa Paredes pelea con sus botines. Santi Burgos

En la vida real sería vecina de Leo Macías, a la que también da vida Marisa Paredes en La flor de mi secreto. Ella vive en un palacete en la calle de Don Pedro, 8. Un día le oprimen los botines y no puede quitárselos. Un yonqui le pide 1.000 pesetas. “Si me ayudas a quitarme los botines, te doy 5.000 pesetas”, le contraoferta. Se acercan a la fuente de la plaza de Puerta de Moros para intentarlo. Por mucho que tira y tira, no hay manera.

Leo, la mujer tras el seudónimo Amanda Gris, visita en dos ocasiones la redacción de EL PAÍS (Miguel Yuste, 40) para ver al redactor jefe de Cultura, Ángel (Juan Echanove), que vive en un ático en el Palacio de la Prensa (plaza del Callao, 4). La escritora ahoga sus penas en la Taberna Ángel Sierra (Gravina, 11): “Excepto beber, qué difícil me resulta todo”, dice. Julieta (Emma Suárez) también está hundida, absolutamente perdida. Ella vive en la calle de Fernando VI, 19, en el segundo izquierda. Años atrás vivía con su hija un piso más arriba.

Sor Rata de Callejón, sor Perdida, sor Estiércol y el resto de las Redentoras Humilladas, protagonistas de Entre tinieblas, conviven con un tigre en el antiguo convento de las Recogidas de Santa María Magdalena (Hortaleza, 88), que ahora es una de las sedes de UGT.

En Mujeres al borde de un ataque de nervios —su primera nominación al Oscar, en 1989, como mejor película de habla no inglesa—, Pepa (Carmen Maura) tiene su ático en la calle de Montalbán. En un “mambo taxi” llega a la vivienda de Lucía (Julieta Serrano), un edificio que obtuvo el Primer Premio del Ayuntamiento de Madrid en el año 1914 a la casa más artística y mejor construida, según consta en el portal de la calle de Almagro, 38.

Santuario de la Movida madrileña y escenario de Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, en Casa Costus (Palma, 14) inexplicablemente no hay ninguna placa que recuerde que allí vivieron Enrique Naya y Juan Carrero.

Calles mutantes, tabernas eternas. Las películas del doctor honoris causa por las universidades de Harvard y Oxford muestran la transformación de Madrid a lo largo de los años. Una ciudad en la que hay algo que no cambia: siempre es posible divertirse. En la terraza de La Bobia (San Millán, 3), Patty Diphusa (Fabio McNamara) flirtea en Laberinto de pasiones. Chus Lampreave invita a su nieto y a un amigo a una copa de coñac en ¿Qué he hecho yo para merecer esto? Están en la Taberna Alhambra (Victoria, 9). Ella bebe agua con gas. En Los abrazos rotos, Diego (Tamar Novas) ejerce como dj y Álex (Alejo Sauras) le ofrece “una puntita de cristal” en el Cock (Reina, 16), mientras que en el Museo Chicote (Gran Vía, 12) Judit García (Blanca Portillo) bebe gin-tonics para soltar toda su verdad.

Julieta y Lorenzo (Darío Grandinetti) esperan en la cola para entrar a los cines Renoir Princesa, en el pasadizo que une la plaza de los Cubos con Martín de los Heros. En el María Guerrero (Tamayo y Baus, 4) Becky del Páramo canta Piensa en mí, de Luz Casal. En Todo sobre mi madre (que se llevó el Oscar a mejor película de habla no inglesa en 1998), Manuela (Cecilia Roth) y Esteban (Eloy Azorín) van a ver Un tranvía llamado deseo en el Teatro Bellas Artes (Marqués de Casa Riera, 2). Alberto Crespo (Asier Etxeandia) recibe los aplausos cada noche con el monólogo Adicción, crucial en Dolor y gloria, en la Sala Mirador (Doctor Fourquet, 31).

El Cine Doré, sede de la Filmoteca Nacional y escenario de 'Dolor y gloria' o 'Hable con ella'.
El Cine Doré, sede de la Filmoteca Nacional y escenario de 'Dolor y gloria' o 'Hable con ella'. SANTI BURGOS

Lugares fetiche. La galería de arte a la que acude Salvador Mallo, que vive en Pintor Rosales, está en la calle de San Lorenzo, 11, en el invernadero del señorial edificio. El cineasta recibe un homenaje en el Cine Doré (Santa Isabel, 3), sede de la Filmoteca Nacional, misma sala en la que Benigno (Javier Cámara) ve El amante menguante en Hable con ella, Oscar a mejor guión original en 2002.

Otro escenario que repite es el Viaducto (Bailén, 12). En Laberinto de pasiones lo cruzan conversando en un taxi Sexilia (Cecilia Roth) y Queti (Marta Fernández-Muro). María (Assumpta Serna) en Matador mira las vistas desde allí, aún sin mampara para evitar suicidios. En Los amantes pasajeros, Alba (Paz Vega) se cuela tras el cristal y sube a la barandilla.

El cementerio de la Almudena, que aparece en cuatro películas, y el aeropuerto de Barajas, en siete, son las localizaciones que más utiliza. “Siempre soñé vivir en Madrid. Para un niño manchego como yo, Madrid era el lugar de los cines, los teatros, los museos y la libertad, donde uno podía ser uno mismo sin que le señalaran con el dedo. Tanto yo como mis personajes seguiremos viviendo en Madrid”. Palabra de Pedro Almodóvar.

El Viaducto es un lugar recurrente en la filmografía de Almodóvar: aparece en 'Laberinto de pasiones', 'Matador' o 'Los amantes pasajeros'.
El Viaducto es un lugar recurrente en la filmografía de Almodóvar: aparece en 'Laberinto de pasiones', 'Matador' o 'Los amantes pasajeros'.Santi Burgos

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