Van Gogh para ver, oír y tocar
Barcelona acoge una exposición inmersiva sobre la vida y la obra del pintor, como nunca se había visto antes
Vicent van Gogh vendió en vida tan solo un cuadro, pero con el tiempo sus coloristas obras han alcanzado cifras de récords, como el Retrato del doctor Gachet que se vendió por más de 82 millones de euros en 1990. El pintor holandés vive un momento álgido. Su museo de Ámsterdam recibe cada año más de dos millones de visitantes y su vida y obra protagonizan películas como Loving Vincent en 2018 y el biopic Van Gogh, a las puertas de la eternidad, en el que le da vida el intenso William Dafoe.
Ahora, el pintor de Los Girasoles, Los Lírios, La habitación y múltiples autorretratos llega a Barcelona (donde sus obras son difíciles de ver) de la mano de Meet Vincent Van Gogh, una propuesta para todos los públicos que permiten ver, oír y tocar todo lo relacionado con este genio de la pintura.
“Las obras de Van Gogh son difíciles de mover. Son muy vulnerables y las condiciones de transporte limitadas. Por eso es necesaria una exposición como esta”, explicó ayer Adriaan Dönszelmann, director general del Museo Van Gogh de Ámsterdam que impulsa este proyecto, durante la inauguración de la muestra que contó con la presencia, incluso, del embajador de Holanda en España, Matthijs van Bonzel.
La muestra, instalada en una carpa blanca del Port Vell, al final de Joan de Borbón, está formada por 1.500 metros cuadrados en los que se explica, de una forma eminentemente gráfica y pretendidamente inmersiva, con paneles retroiluminados que reproducen la vida y la gran mayoría de las obras más icónicas de Van Gogh; recorriendo los lugares que marcaron su geografía: París, Londres, Arles y Saint Rémy de Provence, entre otros. Es un paseo donde todo es posible: escuchar la voz del pintor leyendo algunas de las 800 cartas que conserva el museo de Ámsterdam; muchas de ellas a su amado hermano Theo. También tocar obras tan emblemáticas como Los girasoles, reproducida en 3D a tamaño original; pintar con la misma paleta del pintor o sentarse en la famosa cama de la habitación del artista, que parece una de las estancias de IKEA.
Durante el recorrido (14,50 euros entrada general, 16,50 los fines de semana) realizado con audioguía se recuerda en todo momento que es posible hacer fotos, por lo que son pocos los que se resisten al poder del selfie.
Barcelona es la primera ciudad en la que se puede ver esta muestra, después de un “ensayo” en Shanghái (China) hace un año. A diferencia de otros montajes como Van Gogh Alive, que tras verse en Madrid ahora está en Málaga, “en la de Barcelona se cuenta la historia de Van Gogh a partir de documentos y cartas. La muestra trata de explicar la obra del artista de forma interactiva y educativa”, explicó Dönszelmann en presencia también de Nicolas Renna, director general de Proactiv, la empresa española que ha colaborado con la iniciativa que espera que hasta el 2 de junio más de 100.000 personas la visiten “sobre todo público local”. Si funciona bien, no descartan prorrogar.
No hay duda de que Van Gogh fue un creador complejo. Internado (por petición propia) en varios centros psiquiátricos, acabó cortándose una oreja en 1888 y disparándose un tiro en 1890, en medio de un trigal cuando contaba solo 37 años de edad. Trigal con cuervos, una de sus últimas pinturas, envuelve al espectador durante el recorrido. En un momento dado, se escucha un disparo y un grupo de cuervos vuelan despavoridos. Lo dicho. Todo es posible es esta exposición de uno de los pintores más famosos que murió habiendo vendido un solo cuadro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.