Los Mossos detienen a un hombre por colocar cámaras en baños de mujeres

Primero denunciaron los responsables de un bar; al poco tiempo, los de otro se presentaron también en comisaría. Los dos se quejaban de lo mismo: habían encontrado unas cámaras en los baños de mujeres que ellos no habían colocado. Los Mossos d’Esquadra estiraron del hilo y el pasado lunes detuvieron a un hombre acusado de esconder los dispositivos en los lavabos para grabar a mujeres.

Los agentes le arrestaron en su casa, en el barrio barcelonés del Born, acusado de los delitos de descubrimiento y revelación de secretos. También registraron un local, en el barrio de Sant Andreu, muy cerca de donde se encuentran los bares donde se colocaron las cámaras, según fuentes policiales.

El caso arranca a finales del año pasado, cuando la policía catalana recibe la primera denuncia de un local después de que en este hallasen una cámara de vídeo escondida en los lavabos de mujeres. Meses después, los agentes reciben otro nuevo caso, no muy lejos de allí, con una casuística similar: los trabajadores de un bar han encontrado en sus servicios un objeto que parece ser una cámara. Tras revisar la misma, la policía catalana encontró diversas imágenes de mujeres en el baño.

Los agentes sospechan que el hombre aprovechaba un descuido de los empleados para entrar en los locales y poner el aparato. En los casos detectados, en lugar de dejarlo un rato y después retirarlo, el sospechoso lo dejaba en el bar. En el registro en su domicilio, la policía catalana se incautó de abundante material informático, que ahora deberá analizar. Entre otras cosas, ordenadores y tarjetas de memoria. Los Mossos d'Esquadra, de la unidad de investigación de la comisaría de Sant Andreu de Barcelona, no descartan que puedan aparecer más locales con cámaras escondidas en los lavabos.

No es la primera vez que los Mossos detienen a personas acusadas de colocar cámaras en los baños. En abril del año pasado, los agentes arrestaron al trabajador de una gasolinera después de que una clienta detectase una cámara escondida en las hojas de una planta decorativa que había en el lugar.

En septiembre del año pasado, un mosso d'esquadra fue condenado a un año de prisión por colocar cámaras en el vestuario de la comisaría de Badalona en la que trabajaba. El agente grabó a 17 compañeras mientras se cambiaban en las dependencias policiales. La sección quinta de la Audiencia de Barcelona le condenó también a un año de inhabilitación como policía, y tuvo en cuenta la indemnización con 60.000 euros a las afectadas.

En otro caso similar, la Fiscalía pide seis años de prisión para un bombero que colocó cámaras en los vestuarios que utilizan las pocas mujeres que hay en el cuerpo de Bombers de Barcelona. El acusado grabó presuntamente a tres de ellas duchándose, en el parque de Sant Andreu, y cometió la torpeza de grabarse a sí mismo. El bombero está suspendido de empleo y sueldo, a la espera de ser juzgado.

Este tipo de casos son más frecuentes de lo que pueda parecer, indican fuentes policiales. El temor de las perjudicadas, que acostumbran a ser mujeres, es que las imágenes puedan acabar en las redes sociales y en páginas webs que comercian con ese tipo de contenido.