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“El acuerdo no se ha notado. Hacemos muchas visitas”

Los médicos se muestran escépticos con las mejoras pactadas tras la huelga y el ICS dice que se está reuniendo para desplegarlo

Jessica Mouzo
Sala de espera del CAP Numancia de Barcelona
Sala de espera del CAP Numancia de BarcelonaAlbert Garcia

Los médicos de atención primaria dieron hace un par de semanas un golpe en la mesa para advertir a la Administración de que la presión asistencial en los centros de salud era insostenible. La semana de huelga de los médicos de familia del Instituto Catalán de la Salud (ICS), la gran empresa pública que gestiona ocho hospitales y el 80% de los centros de atención primaria (CAP), ha logrado una inyección de la Administración de 100 millones de euros para reducir las cargas de trabajo y mejorar las condiciones laborales de los profesionales. Sin embargo, esas medidas de alivio aún no han llegado a las consultas y, lejos de mejorar, el paro de cinco días ha conllevado unas agendas disparadas y un incremento de las listas de espera.

Carolina Roser, del sindicato Metges de Catalunya y miembro del comité de huelga que participó en las negociaciones con la Administración admite que la consecuencia más inmediata tras una semana de paros es “un aumento en la lista de espera y más visitas en la agenda y en urgencias”.Precisamente, la limitación de las consultas diarias fue uno de los puntos calientes del conflicto y se resolvió con el compromiso del ICS garantizar un tiempo de visita de 12 minutos por paciente, pero estudiando cada caso de forma particular a partir de un estudio de cargas de trabajo de cada centro. El ente público incorporará, además, 250 nuevos médicos para esponjar las agendas.

En el CAP Numancia de Barcelona, Ruth Curto, responsable de atención ciudadana del centro, coincide en que el lunes después de la huelga “hubo más gente de lo habitual”. Sin embargo, el centro es un caso particular en el contexto de presión asistencial que vive la atención primaria. Curto asegura que la plantilla de 17 médicos del centro hace unas 30 o 32 visitas diarias cada uno y la semana pasada, la mitad de los facultativos tenían huecos libres para dar citas esta semana. “Somos conscientes de que hay CAP dando cita para enero. Pero nosotros hemos trabajado mucho la accesibilidad. Cada equipo de atención primaria es un mundo”, justifica.

El ICS ha empezado a mover ficha y su director gerente, Josep Maria Argimon, se ha reunido con los mandos de los CAP para ver cómo desplegar las medidas prometidas. Sin embargo, los médicos se muestran escépticos con las mejoras pactadas y temen que todo se quede en agua de borrajas. “El acuerdo no se ha notado de forma inmediata. Hacemos muchas visitas. Hay en general decepción por lo que se ha firmado porque si no va dotado de presupuesto puede quedar en papel mojado”, insiste Ana Vall-llosera, portavoz del Foro Catalán de Atención Primaria (Focap). La médica matiza que, si bien Argimon anunció un paquete de medidas que supondrán una inyección de 100 millones de euros, la partida destinada exclusivamente a la atención primaria se limita a los 60 millones. La facultativa alude a que algunas de las medidas, como la recuperación de las pagas por objetivos (que supone una inyección de 48 millones) son para todos los profesionales del ICS, también los que trabajan en hospitales. Vall-llosera reclama, de hecho, la falta de medidas efectivas a largo plazo para revertir la situación: “Es poco lo que se ha puesto y sin garantías en el tiempo”. La Focap ha exigido que el presupuesto para la atención primaria se sitúe en el 25% del total de la partida para sanidad (ahora apenas llega al 15%).

Por su parte, Roser defiende el acuerdo alcanzado por su sindicato. “Hay tantas cosas que arreglar que en cuatro días de huelga no se puede conseguir lo que se desmontó en 10 años. Pero hay un cambio de mentalidad y un reconocimiento del problema”, admite. El sindicato, asegura Roser, está encima del ICS para vigilar que se cumpla el acuerdo. “Vamos siguiendo lo que hace la empresa. El gran problema es la falta de médicos y que nos pilla en la época de más trabajo del año, con la epidemia de gripe a punto”, valora Roser.

La delegada sindical admite, además, que “la mayor parte de las mejoras no se van a notar hasta febrero o marzo” y teme también que “desde las gerencias territoriales se pongan pegas, que aunque desde el ICS se dé una consigna, las interpretaciones sean diferentes desde las gerencias”. Para evitar esto, fuentes del ICS han confirmado que Argimon ya ha iniciado una “interlocución directa” con los directores de los centros, sin pasar por los gerentes territoriales, para que el mensaje llegue “claro”.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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