La Generalitat amenaza a Fomento con abandonar sus funciones en Rodalies
El consejero de Territorio, Damià Calvet, exige a Renfe y Adif un plan de inversiones con un calendario
Nuevo órdago de la Generalitat al Ministerio de Fomento a cuenta del servicio de trenes de Cercanías. El consejero de Territorio, Damià Calvet, ha dado otra vuelta de tuerca al desafío que lanzó tras el accidente de Vacarisses (Barcelona), cuando denunció la dejadez en la gestión de la red ferroviaria y pidió su total traspaso a la Generalitat. Ha anunciado que, si no hay una inversión suficiente y con un calendario, en la red ferroviaria, la Generalitat está dispuesta a renunciar a sus competencias sobre el servicio. Por su parte, tras reunirse con Calvet, el presidente de Renfe, Isaías Táboas, ha ofrecido un tono más moderado para manifestar que el nuevo plan de Cercanías en el que trabajan Renfe y Adif persigue alcanzar un "consenso máximo". Ha apuntado que la participación de la Generalitat en las comisiones de trabajo se da por descontada.
El consejero de Territorio y el presidente de Renfe se han reunido en Barcelona para hallar un diagnóstico que ayude a sanear la maltrecha red de Cercanías. Sobre la mesa, mejorar la infraestructura viaria y evitar que se repitan accidentes como el del pasado 20 de noviembre en la R4, en Vacarisses, donde murió un hombre de 36 años y más de 40 pasajeros sufrieron heridas tras el descarrilamiento de un tren que había chocado contra un desprendimiento de tierra y rocas. A la reunión, celebrada en la consejería de Territorio, frente a la estación de Sants, también han sido convocados Adif, que ha enviado al director general de conservación y mantenimiento, Ángel Contreras, y Pere Macias, recientemente nombrado por Fomento como coordinador del plan de Cercanías.
Tras el descarrilamiento de Vacarisses, Damià Calvet resucitó las demandas para que la infraestructura pase a ser competencia de la Generalitat. El PDeCAT menosprecia el traspaso que en tiempos del segundo tripartito se pactó con el Gobierno del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. La reclamación de más competencias pivota básicamente sobre un argumento: enfrentar la controvertida gestión de Cercanías con el eficiente modelo de Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya (FGC). Calvet defiende que si Cercanías dependiera de la Generalitat, se minimizarían las calamidades que sufren los 400.000 viajeros que usan el servicio de Renfe a diario.
Por culpa del mal estado de la infraestructura, en Cercanías existían antes del verano 111 limitaciones temporales de velocidad. Se trata de tramos de especial peligrosidad, por donde los trenes deben de aminorar la marcha. Menos velocidad, mayor tiempo de trayecto e impuntualidades. Asegura Territorio que quedan 75 de estos puntos negros pendientes de arreglar y que Adif no garantiza tenerlos todos reparados hasta 2020. "Esto supone cronificar los retrasos", denuncia el consejero, que también ha lanzado dardos a Renfe. En concreto, critica que la compañía no cree un órgano de gestión propio para Cercanías de Cataluña.
Tal es el descontento que la Generalitat ha escenificado un paso al frente y amenaza con desentenderse de sus atribuciones en el servicio. Se trata de unas atribuciones que se limitan a fijar los horarios de los trenes y los precios de los billetes. El propio departamento de Territorio califica de "espejismo" las funciones que desempeña la administración catalana en la red ferroviaria. "Tanto yo como el consejero legítimo Josep Rull estamos hartos de quejarnos", ha clamado Calvet. La voluntad, insiste, es pasar del "espejismo" a un "traspaso real". A lo largo de enero la consejería de Territorio tiene intención de desplegar, ante el Ministerio de Fomento, Renfe y Adif las exigencias de inversiones y su plan para asumir el traspaso. Si no hay entendimiento, la Generalitat supuestamente se jugaría la carta de la renuncia.
Ya en tiempos de la presidencia de Artur Mas se planteó la posibilidad que la Generalitat abandonara Cercanías. El entonces consejero de Territorio, Lluís Recoder, tuvo que salir públicamente a desmentir la amenaza: "no sabríamos qué competencia devolver", manifestó, en alusión al poco margen de maniobra que tiene el Govern.
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