El patinete eléctrico que se cruzó en las vidas de Berta y Alexi
El joven de 19 años que arrolló a la mujer de 90 trató de auxiliarla; ahora afronta una causa por homicidio
Las vidas de Berta y Alexi se cruzaron de la peor manera posible a mediodía del pasado 13 de agosto en la rambla del Carme de Esplugues de Llobregat (Barcelona), un lugar por lo demás alegre, de verse y dejarse ver, donde el municipio celebra sus ferias comerciales.
Berta, una anciana de 90 años enérgica, vital y con buena salud pese a su avanzada edad, regresaba a casa de su paseo matinal. Caminaba con ayuda de un andador cuando recibió, por la espalda, el impacto de un patinete eléctrico ocupado por dos jóvenes. Quien lo conducía era Alexi, un joven centroamericano de 19 años. Berta cayó de cabeza al suelo y, aunque pareció encontrarse bien, sufrió una hemorragia interna que acabó con su vida a las pocas horas. Alexi, que trató de socorrerla de inmediato, afronta ahora un proceso penal por homicidio imprudente en una tragedia cruzada que ha sacudido Esplugues.
Los vecinos recuerdan con cariño a Berta, una viuda que subía y bajaba la rambla del Carme con su andador “hasta cuatro veces al día”. “Era encantadora y estaba llena de vitalidad. Se paraba aquí con nosotros a reír y charlar, incluso recitaba poemas”, explica Pablo Feliu, miembro de los Testigos de Jehová con un pequeño puesto de Biblias frente al mercado municipal. “Se movía tanto que la llamábamos, con mucho cariño, el correcaminos”, añade.
En una de las carnicerías del mercado trabajan dos sobrinas de Berta, que no dejó descendencia y regentó, durante muchos años, una tienda de juguetes en L’Hospitalet. Los familiares explican algunos detalles del accidente mortal, cuyas circunstancias aún investiga un juzgado de Esplugues. Tras ser embestida en la zona central del paseo —reservada a peatones—, la mujer cayó al suelo. “Parecía que estaba bien porque llegó a hablar con los chicos de las ambulancias. Pero luego la llevaron al Hospital de Bellvitge y murió a las pocas horas, no días después”. Una de las familiares confirma que Berta tomaba sintrom, un medicamento anticoagulante, lo que pudo facilitar la aparición de una hemorragia interna y el fatal desenlace del siniestro.
Esos familiares aseguran que se trató de un “desgraciado accidente” y añaden que optaron por no presentar denuncia. Sobre todo, por la buena disposición de Alexi. “El chico se quedó allí con ella todo el rato hasta que llegaron las emergencias. Y los días siguientes regresó varias veces a la rambla en busca de la familia para disculparse”, explican. Rafael Carrasquilla estaba allí el mediodía del 13 de agosto. No fue testigo directo del choque, pero sí de lo que ocurrió después. Y defiende con vehemencia a Alexi. “Intentó cogerla para que no cayera al suelo, pero le fue imposible. Después, le puso su mochila bajo la cabeza y avisó a todo el mundo”.
Carrasquilla está en contacto telefónico con el joven, que vive angustiado y preocupado por su futuro. A los 19 años, permanece investigado por homicidio imprudente, un delito que se castiga con penas de uno a cuatro años de cárcel. Además, en caso de ser procesado y condenado podría afrontar el pago de una indemnización. Fuentes judiciales han explicado a este diario que, además de la fiscalía, alguien se ha personado en representación de Berta como acusación particular. A su drama personal se añade otra circunstancia: explica Carrasquilla que se encuentra en situación irregular y teme ser expulsado de España.
El joven, que según fuentes judiciales se ha mostrado “colaborador” con la policía, es consciente de que su comportamiento pudo haber sido negligente. La juez investiga, en particular, si cuando ocurrió el siniestro estaba manipulando la aplicación Google Maps en su teléfono móvil y no vio a Berta para apartarse a tiempo.
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