Tigres y ballenas en Collserola
El festival Liternatura llena de ‘Nature Writing’ la montaña
Los ojos del tigre destellaban brillantes, llenos de ferocidad y de misterio. El poderoso felino miraba a la gente embriagándonos de temor y maravilla. No estábamos en los Sunderbans, los espesos manglares bengalíes reino de los devoradores de hombres listados, sino en el parque natural de Collserola, en las cercanías de Vallvidriera, en Vil.la Joana/ Casa Verdaguer (centro museístico dependiente del Museo de Historia de Barcelona, MUHBA), donde se celebra ayer y hoy Liternatura, el interesantísimo festival de nuevo cuño destinado a hablar de las relaciones entre naturaleza y literatura (como su nombre indica) y del moderno género del Nature Writing. La que conjuraba al tigre, con power point y una voz de enorme capacidad evocadora era la naturalista y escritora estadounidense Sy Montgomery, gran nombre del género y una de las invitadas del festival al que también asiste Philip Hoare, el autor de ese gran libro sobre las ballenas que es Leviatán y del reciente El alma del mar. Con Montgomery y Hoare tigres y ballenas venidos de muy lejos se han enseñoreado de las plácidas arboledas vecinas en las que todo lo más medran jabalíes y ginetas.
El festival ha empezado con muy buen pie, abundante y entusiasta público y un tiempo excelente el sábado, tras la amenaza de monzón de los últimos días. La antigua y señorial masía en medio de la naturaleza acoge las conferencias y presentaciones de libros mientras que en el patio abierto a los vientos se desarrollan talleres y charlas. Ayer un grupo de niños participaba en una sesión de agroecología escolar y luego se celebró una sesión de dibujo de animales y plantas. En el mismo patio, Hoare protagonizó con Vorja Sánchez y Carles Pérez una lectura de su último libro ilustrada por el mural que se ha dibujado sobre su obra. Hoy domingo Gaby Martínez hablará de ¿La naturaleza es antisistema?
Antes de que Montgomery desplegara sus tigres, Antoni Sandoval, el autor de ¿Para qué sirven las aves? trató de definir y encuadrar el género de la literatura de naturaleza. Redondearon la explicación luego discutiendo acerca de si hay un boom editorial de este tipo de libros editores como Rubén Hernández de Errata Naturae y Clàudia Casanovas de Ático de los libros. Por en medio, actividades relacionadas con Jacint Verdaguer que no estaban preciosamente fuera de lugar, dado que el poeta residió y murió aquí (aunque hasta donde se me alcanza no comido por un tigre).
La conferencia de Montgomery, esa mujer considerada una mezcla de Indiana Jones y Emily Dickinson (¡) y de la que se acaban de publicar dos sensacionales libros en España, El alma de los pulpos (Seix Barral), tras el que nadie volverá a ver a uno de esos cefalópodos de la misma manera y ni te digo comerlos, y El embrujo del tigre (Errata Naturae), se centró en este último y su apasionante viaje a la bahía de Bengala. Explicó, dejándonos a todos patidifusos de emoción, belleza y peligro, cómo se desplazó en frágiles botes por el selvático delta en compañía de pescadores que habían sufrido ataques y la muerte de compañeros en las garras de los tigres, unos devoradores de hombres que no dudan en nadar que ríete tú de Mark Spitz (por los bigotes) hasta las embarcaciones para atrapar a los tripulantes. Relató dejándonos a todos pasmados las costumbres de los felinos y las maneras en que los seres humanos tratan –generalmente de manera poco efectiva- de protegerse de ellos: con las célebres máscaras que se colocan en la nuca para que el tigre no se atreva a atacar por la espalda, los maniquís electrificados o las plegarias y la magia.
Poco a poco todos nos metimos en los manglares, reconocimos la huella de los tigres, nos sentimos inquietantemente carne fresca y empezamos a creer en la dimensión mágica de los enormes felinos y en el dios que los cabalga, Daksin Ray. Acabó Montgomery y nos miró a todos extenuados, temblorosos y felices, y aún tuvo tiempo para trazar a nuestros pies sinuosas sombras de cobras. ¡Qué viaje!
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