Más con menos en la vuelta al cole
Las escuelas de la Comunidad Madrid sufren para responder a un 'boom' de alumnos con menos presupuesto que hace una década
El Trabenco de Leganés ha sido un colegio guerrero desde su origen. Nació en 1972 en los bajos de una cooperativa de viviendas para dar solución a la falta de colegios públicos durante el boom demográfico que experimentó este municipio al sur de la capital. Los padres dicen que desde entonces sus reivindicaciones a la Comunidad de Madrid han sido una constante. Este viernes, padres y alumnos suspendieron la vuelta al cole en el día de inicio del curso en Madrid para protestar por la falta de docentes, personal administrativo y terapeutas. "Los profesores se dejan la piel", dice Jesús Ramé, uno de los padres. "Sacan esto adelante echando más horas de las que les corresponden".
Con ocasión del retorno a las clases, los padres del Trabenco y otros colegios públicos de Madrid protestan por la escasez de recursos o los retrasos en obras de apertura o ampliación de centros. Los alumnos del segundo ciclo de infantil (3-6 años) y primaria (6-12) regresaron a clase este viernes y los de secundaria, bachillerato y formación profesional lo harán el lunes.
Parte del problema se debe a que la población estudiantil de la región está creciendo a un ritmo rápido, pero los recursos se han estancado. Madrid tiene 130.000 estudiantes más en centros públicos y concertados que hace una década, pero el presupuesto público de educación es menor que entonces. La partida de educación del presupuesto de 2018 es de 4.560 millones de euros, 100.000 euros menos que en 2008.
En centros públicos de Getafe, Paracuellos del Jarama o Arroyomolinos los padres protestan estos días porque los alumnos tendrán que convivir con obras de apertura o ampliación. En Paracuellos del Jarama, que ha triplicado su población en la última década, los obreros trabajaron a destajo esta semana para que 80 niños de 3 a 5 años pudieran ir este viernes sin peligro al nuevo colegio Andrea Casamayor.
Aún no están listos el patio, la sala de usos múltiples y el comedor y los obreros siguen trabajando separados de los alumnos por una valla. "Se han habilitado dos aulas para que coman los niños y se supone que en un mes estará listo el comedor", dice Bárbara García, presidenta de la asociación de padres.
En Getafe, los alumnos del colegio Miguel de Cervantes acudieron a clase con casco y chaleco de obra en protesta por las obras en el exterior del centro.
La planificación ha sido deficiente, según el presidente de la federación de padres de alumnos Giner de los Ríos, Camilo Jene: "Hay un déficit de centros educativos que ha ido empeorando con el paso de los años", critica.
La convivencia de alumnos y obreros es consecuencia de la política de construcción por fases, introducida hace ocho años y defendida por la Comunidad como una forma de responder a la demanda de modo flexible.
La Consejería de Educación responde que el curso escolar comienza con incidencias "mínimas" que afectarán a solo siete centros educativos donde se han producido retrasos en las obras. Madrid es la región donde más está creciendo la población estudiantil no universitaria, según fuentes de la Comunidad de Madrid. En los últimos cuatro años la cifra total aumentó en 57.000 en toda España. En Madrid la subida fue de 51.000, mientras que otras comunidades ven un descenso de su población estudiantil.
"El número de alumnos crece porque somos una Comunidad Autónoma en auge", dice el director de Innovación y Becas, Ismael Sanz, que apunta a que el presupuesto ha crecido para responder a la demanda. La partida presupuestaria de educación ha crecido desde 2013, cuando tocó fondo en los peores momentos de la crisis económica en España, pero sigue sin recuperar el máximo de 4.754 millones que tuvo en 2009.
"Política privatizadora"
"La educación pública no ha salido de la crisis", protesta la secretaria de Educación del sindicato Comisiones Obreras (CCOO) en Madrid, Isabel Galvín. Sindicatos y padres denuncian que la crisis ha sido una excusa para llevar a cabo una política privatizadora que ha favorecido la asignación de recursos a las escuelas concertadas: "No hay recursos para las inversiones en la red pública, que descienden en un 58,1% a pesar del crecimiento de su alumnado", asegura el sindicato en un informe reciente.
Los representantes de los centros concertados religiosos alegan que la realidad es más compleja. "Cuando se habla de desmantelamiento de la educación pública y se pone a Madrid como ejemplo algunos solo cuentan la mitad de la película", dice el secretario de las Escuelas Católicas de Madrid, José Antonio Poveda. "Entre 2003 y 2014 se hicieron 96 centros concertados y 282 colegios públicos". Hoy la escuela concertada supone un 30% de los centros de enseñanza general en Madrid, la pública representa un 54% y la privada un 16%.
Los padres en pie de guerra esperan que su presión dé resultados, como ha sido el caso del colegio República del Uruguay, un colegio público en una zona con muchos inmigrantes en el distrito Latina de Madrid. Ante un fuerte aumento de solicitudes, el consejero de Educación, Rafael van Grieken, anunció el jueves en una entrevista con Onda Cero que abrirá una segunda línea de Educación Infantil en el colegio. "Ha sido una alegría muy grande, aunque nos tuviéramos que enterar de la noticia por un teletipo", dice Marisa Zorro, presidenta de la asociación de padres.
Tras una marcha con bocinazos y panderetas por Leganés, los padres del colegio Trabenco se reunieron el viernes con Enrique Gutiérrez, un representante de la consejería. Algunos como Heidi Thomas, madre de dos alumnos, no tenían mucha fe: "Estamos hartos de palabras bonitas".
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