El difícil ‘tetris’ de los cuartetos de cuerda
La Schubertiada de Vilabertran, un combinado de estrellas y jóvenes talentos
Los cuatro integrantes del Dalia Quartet pisaron este domingo, por tercera vez desde su creación, hace cuatro años, el escenario de la Schubertiada de Vilabertran. Son uno de los grupos de cuerda jóvenes, como lo es también el Cosmos Quartet, que se miran en el espejo del Cuarteto Casals y de otras formaciones camerísticas ya con un amplio recorrido. Los tres están este año en el programa del festival lied que hace gala de impulsar jóvenes talentos y contar con los que ya están en la categoría de estrellas. La misma receta que ponen a la práctica con las voces de la canción poética al reunir a intérpretes expertos como Matthias Goerne, o Christoph Prégardien, Sarah Connolly —el sábado cautivo al público— o Bernarda Fink; con valores que debutan en el festival como la mezzosoprano Bernarda Fink, las sopranos Katharina Konradi, Lise Davidsen o Natalia Labourdette, el barítono Andres Schuen o el piasnista Igor Levit.
No es fácil la aventura de fundar un cuarteto. El Dalia Quartet se creó hace cuatro años. “Se puede decir que musicalmente el mundo es un pañuelo y acabamos conociéndonos casi todos”, explica Oleguer Beltrán, violín de esa formación. Coincidió en la etapa de estudios y en orquestas jóvenes con sus compañeros de grupo: Elena Rey (violín), Anna Puig (viola) y Erika Wise (chelo). Algunos también compartieron etapas de estudios en Berlín y todos se encontraron, por primera vez, en la recién creada orquesta Da Camera. Al final, fue una suerte de coincidencias —algunas de ellas propiciadas por cambios de residencia— las que les llevaron a su primer concierto. “Entendemos el cuarteto como parte fundamental pero no única, sino complementaria, de nuestras respectivas vidas musicales. Todos compaginamos la música de cámara con la orquesta o la enseñanza”, apunta Beltrán que es miembro de la Filarmónica de Dortmund. La viola Puig forma parte de la Mahler Chamber Orchestra y de Camerata Bern; mientras que Erica y Elena llevan a cabo una intensa actividad freelance camerística y orquestal. Las dos son, además, profesoras del Conservatorio Superior del Liceo en Barcelona. La capital catalana es su base de operaciones, aunque solo dos de sus componentes viven en ella. “Trabajamos por proyectos, intentamos cerrar fechas con la máxima antelación posible para tener con cierta regularidad periodos de cuatro a siete días conjuntos, al final de los cuales intentamos cuadrar los conciertos que nos ofrecen, aunque nos aseguramos de tener flexibilidad para cuando aparecen oportunidades inesperadas.
El Dalia Quartet se estrenó en la Schubertiada en 2015, al año de su formación, aunque integrando un conjunto camerístico mayor dirigido por Josep Pons. Al año siguiente volvieron a Vilabertran y ayer fue la tercera ocasión. Beltrán califica poder participar en la Schubertiada como “honor”. El grupo cree que soplan vientos a favor de la creación de cuartetos propiciados por cambios en la formación musical impulsados por la fuerza de los referentes del Cuarteto Casals y el Quiroga: “no sólo han sido los primeros en apostar por una carrera cuartetística seria desde España sino que además están llevando a cabo una labor pedagógica importantísima”.
Lamentan que a diferencia de otros países, en los que está muy generalizada la percepción del cultivo de las artes como parte estructural de la sociedad, en España “la música está más asociada al entretenimiento y, por tanto, algo mucho más secundario y hasta prescindible”. El violín del Dalia Quartet afirma que musicalmente se apuesta poco por lenguajes o géneros más arriesgados y que muchos intérpretes se conforman con formar parte de una orquesta: “solo los más valientes invierten en la construcción de un panorama estable de música de cámara. Por ahora son pocos”.
A este cuarteto le cuesta hablar de repertorio favorito: “la literatura para cuarteto de cuerda es riquísima. Pero sí que tenemos ciertos focos como los seis cuartetos que integran el opus 20 de Haydn y el Arte de la Fuga de Bach, que combinamos con todo tipo de piezas. También nos interesa especialmente la creación actual y estrenamos piezas encargadas a compositores de nuestra generación, como haremos en diciembre en la Fundación Juan March”.
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