El separatismo convierte su 17-A alternativo en un mitin a favor de los presos
Quim Torra ha visitado al consejero Joaquim Forn en la prisión para reivindicar su labor tras los atentados de Barcelona y Cambrills
Miles de personas acudieron ayer por la tarde al acto alternativo convocado por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural frente a la prisión de Lledoners, en Sant Joan de Vilatorrada (Barcelona), donde los exconsejeros y líderes separatistas están en prisión preventiva. El acto, que cerró el president Quim Torra, en principio, debía servir para homenajear a las víctimas y a los cuerpos de seguridad. Sin embargo, acabó convirtiéndose en un mitin para reclamar la independencia de Cataluña y la libertad de los políticos presos.
Las entidades y partidos políticos que buscan la secesión celebraron ayer, a su manera y entre gritos de “independencia”, el primer aniversario de los atentados de Barcelona y Cambrils. Invisibles en el acto oficial en Barcelona —sólo asistió el Govern y los partidos, no las entidades como la ANC y Òmnium—, emplearon sus energías en rendir tributo a los exconsejeros y líderes separatistas frente a la prisión donde están recluidos. Y en especial, al que fue consejero de Interior durante los ataques yihadistas, Joaquim Forn.
Miles de personas se reunieron en una enorme explanada fangosa junto a la cárcel de Lledoners, a una hora en coche de Barcelona. La intensa lluvia no frenó a los asistentes. Tampoco, el hecho de que el propio Forn expresara, a través de su mujer, Laura Masvidal, su deseo de no ser homenajeado el 17-A y de dar todo el protagonismo a las víctimas. Con todo, la propia Masvidal ha sido una de las protagonistas del día, tanto en este acto como en el de Barcelona, donde saludó al Rey y le recordó la situación de su pareja.
Sota la pluja però amb una gran gentada, som a #Lledoners per fer arribar tota la nostra estima al conseller @quimforn en l’aniversari del #17A i no parar de reclamar #LlibertatPresosPolítics #LlibertatPresesPolítiques pic.twitter.com/JCX3U6EI1O
— Esquerra Republicana (@Esquerra_ERC) August 17, 2018
Antes del acto, en cuyo escenario había un lazo amarillo hecho con flores, Torra visitó a Forn. Después, habló a los cientos de personas que le esperaban pacientemente bajo los chubasqueros. “Gracias por mojaros cada día por los derechos humanos, el derecho a la autodeterminación y la independencia de Cataluña”, dijo el presidente, quien fue interrumpido por los asistentes, quienes arrancaron a corear “i-inde-independència!”
“Con todo el respeto a las víctimas, sin república no hay libertad”, dijo el presidente de la Asociación de Municipios por la Independencia, Josep Maria Cervera. “Esos días [del atentado], colectivamente y por primera vez, nos sentimos un Estado, y los Mossos ayudaron. Pocos después nos sentimos un pueblo, el día del referéndum del 1 de octubre”, aseguró la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie.
Torra, flanqueado por los miembros del Govern, repitió la idea que ya había lanzado en su discurso institucional: el primer aniversario debe servir para recordar a los muertos y heridos del atentado yihadista, pero también para recordar el buen papel que, en su opinión, realizaron los equipos de emergencias y los Mossos d’Esquadra. Y ahí es donde queda justificado, para el independentismo, el homenaje a Forn, en la medida en que, como consejero de Interior, era también el máximo responsable del dispositivo.
El acto alternativo de Lledoners tuvo mucho de reivindicación independentista y poco de efeméride de los atentados. Los convocados por la ANC y por Òmnium pidieron la liberación de los “presos políticos” y el ingreso en prisión del Rey (“el Borbón, a prisión”) y del juez Pablo Llarena, instructor de la causa contra el procés y responsable de la orden de prisión provisional que pesa sobre Forn y otros ocho líderes independentistas.
La procesión independentista llegó por carretera y colapsó la salida del centro penitenciario, donde esperaban, como siempre en este tipo de actos, los voluntarios de la ANC. Lucían, por cierto, chalecos verdes con el logo de otra efeméride que nada tenía que ver con los atentados: 11-S. Como en una tarde fresca de montaña, algunos de los asistentes decidieron caminar para evitar las colas ante el inmenso parking improvisado. A la espera de Torra, los asistentes pidieron “unidad” a las fuerzas soberanistas y cantaron Els Segadors.
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