Colau despierta las ‘casernes’ de Sant Andreu con un parque
La zona verde incorpora un juego de agua que se ha convertido en el primer refugio ante olas de calor
La remodelación de las antiguas casernes de Sant Andreu comienza a tomar forma. La alcaldesa accidental, Laia Ortiz, presentó ayer la finalización de la primera fase del parque Antoni Santiburcio. Se trata de un espacio verde de 12.000 metros cuadrados que cuenta con el primer “refugio de agua”: un total de 234 surtidores, instalados en el suelo, ubicados en una zona en la que está permitida el baño y con la que se pretende que los vecinos se refugien del calor.
Los vecinos del barrio barcelonés de Sant Andreu llevan 12 años reclamando que se construyan equipamientos en el enorme espacio que ocupaban las antiguas casernes de Sant Andreu y que desde 2004 son propiedad del Consorcio de la Zona Franca. A finales de 2015, con Colau ya en el Consistorio, el Consorcio y el Ayuntamiento firmaron un convenio para reactivar la zona. La primera señal de movimiento se materializó ayer, nueve meses antes de las elecciones municipales, con la presentación de parte del proyecto.
Ortiz presentó la primera fase —que incluye 12.000 metros cuadrados— del parque Antoni Santiburcio. Una zona verde que ha sido bautizada con el nombre del exconcejal socialista del distrito fallecido en 2001. La licitación de la segunda fase del parque se encuentra en preparación y se prevé que comience el primer semestre de 2019, lo que convertirá al parque Santiburcio en una zona verde con una superficie total de 22.000 metros cuadrados y en la que se incorporará una zona de juegos infantiles.
También se encuentra en fase de preparación la licitación de las obras de la llamada Rambla de las Casernes —que han sido bautizadas como Rambla Marta Mata— situada en la isla de casas limitada por los paseos Torras i Bages, Palomar, Fernando Pessoa y Santa Colma. El proyecto comenzará el próximo año y contará con un vial con una superficie de 11.245 metros cuadrados y una inversión de 4,3 millones de euros.
La promoción de las Casernes de Sant Andreu contempla también la construcción de 160 viviendas destinadas a ancianos. Unas viviendas para gente mayor que dispondrán de espacios y servicios comunes además de una planta subterránea de aparcamiento.
También se prevé la construcción de una guardería y hay un espacio destinado a la construcción de un casal de jóvenes para el barrio, que dispondrá de un programa para usos diversos de acuerdo con las previsiones efectuadas desde el distrito de Sant Andreu.
Faltan muchos metros por construir pero ayer, el espacio más frecuentado —sobre todo por los más pequeños— era el refugio de agua. Una fuente seca de 13 canales con 234 surtidores que expulsaban chorros de agua. El funcionamiento de la fuente está controlado online desde el Centro de Control de Barcelona Ciclo del Agua (BCASA).
Las fuentes, ubicadas en el suelo, actúan como zona de juegos y empujan el agua hacia arriba en diferentes potencias, por lo que los chorros van cambiando progresivamente de altura.
Estos jardines de agua son una de las primeras medidas del denominado Plan Clima de Barcelona. Un conjunto de estrategias y acciones necesarias para adoptar medidas destinadas a que los vecinos puedan hacer frente a las olas de calor. Con este plan, el Ayuntamiento de Barcelona se comprometía a crear una red de refugios climáticos para garantizar la salud de los colectivos más vulnerables.
Ayer, eran decenas de niños los que disfrutaban corriendo y jugando entre los chorros de agua. “Es como la playa pero más divertido”, gritaba uno de los menores.
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