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Colau pospone a otoño de 2019 la obligación de llevar atados a los perros

El Ayuntamiento de Barcelona y las entidades se dan un año para evaluar el funcionamiento de las áreas para canes

El área de perros de Nou Barris, inaugurada en diciembre de 2016.
El área de perros de Nou Barris, inaugurada en diciembre de 2016.M. Minocri

El gobierno de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha decidido posponer hasta otoño de 2019, pasadas las elecciones municipales de mayo, la obligación de pasear a los perros atados excepto en zonas señalizadas. Lo ha anunciado este lunes el comisionado de Ecología de Barcelona, Frederic Ximeno. En declaraciones a los medios Ximeno ha explicado que el consistorio ha acordado en el marco del Consejo Municipal de Convivencia, Defensa y Protección de los Animales hacer una prueba de un año con los espacios de perros, que terminarán de definirse a partir de septiembre, por lo que la obligación de llevar a los perros atados fuera de estos espacios se activaría en otoño del

próximo año.

Ximeno ha señalado que, después de que todos los distritos dispongan de áreas de ocio para perros, deben definir los espacios de uso compartido, donde en horarios determinados podrán llevarse perros sin atar, que detallarán un grupo de trabajo del Consejo y que luego se someterán a la evaluación durante un año.

La ordenanza que obligará a llevar a los perros atados es de 2014 , pero sucesivas moratorias han evitado que entre en vigor justo este punto, que es uno de los más polémicos y que parte de los propietarios de canes rechazan.

Hasta ahora, una de las razones del aplazamiento ha sido que la ordenanza contemplaba que cada uno de los 10 distritos creara una gran área para perros de 700 metros cuadrados. Hoy por hoy hay 20 de estos espacios, de los que diez se han creado durante este mandato, subrayó Ximeno.

Además, hay 90 zonas más reducidas donde los perros pueden ir sin atar (más la playa para perros en verano); y cinco ámbitos forestales en parques urbanos (Creueta del Coll, Oreneta, Guinardó, Güell y Montjuïc) donde la idea es que en determinadas franjas horarias (primera hora del día y primera de la noche) los perros puedan pasearse sin atar. Serán las llamadas Zonas de Usos Compartidos. En total, sumando todas las zonas la ciudad dispone de 1,2 millones de metros cuadrados regulados.

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Ximeno ha recordado que la Ordenanza ya contemplaba una moratoria para atrasar la entrada en vigor de la prohibición de pasear a los perros sin correa, y que esta no debe ponerse en marcha hasta que las áreas destinadas a perros fueran suficientes y hasta que un decreto de Alcaldía

especifique estas áreas, lo que prevén para otoño de 2019, ya fuera del actual mandato.

Tampoco entrará todavía en vigor la obligación de contar con un carné de tenencia responsable para pasear a los perros sin correa en estas áreas, que se exigirá a partir de que entre en vigor esta parte

de la norma dentro de un año, y que previsiblemente consistirá en una declaración responsable que se ensayará durante este año, según Ximeno.

El responsable municipal ha destacado que, del centenar de parques que existen en la ciudad, la entrada de perros está permitida en 70, mientras que 30 la tienen prohibida, por su tamaño o por ser un parque temático o histórico, entre los que se ha incluido el Turó Park y los nuevos Jardins de Can Ferrer, en este caso por ser demasiado pequeño para compatibilizar usos.

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