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El fracaso escolar entre hijos de inmigrantes casi duplica al de autóctonos

Un estudio de la UAB alerta de un desajuste "insostenible" y exige una actuación urgente

Jessica Mouzo
Alumnos del Instituto Fort Pius realizan las pruebas de competencias básicas
Alumnos del Instituto Fort Pius realizan las pruebas de competencias básicasCarles Ribas

El fracaso escolar se ceba con los descendientes de la inmigración. Así lo ha constatado una investigación del Centro de Estudios Demográficos (CED) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), que señala que el porcentaje de hijos de inmigrantes que no logran el grado de la Educación Secundaria Obligatoria (UAB) es casi el doble que el de los alumnos cuyos padres han nacido en España. Los investigadores alertan de una "intolerable racialización del fracaso escolar" y emplazan a la Adminstración a intervenir para solventar este desajuste.

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El 30% de los 42.600 alumnos matriculados en 2015-2016 en cuarto de ESO —el curso estudiado porque es cuando se expide el título de secundaria— son de origen extranjero o nacidos en España pero con uno o los dos padres inmigrantes. El estudio desglosa al alumnado según sus vínculos o antecedentes migratorios: estudiantes autóctonos (tanto ellos como sus padres nacieron en España), de generación 2,5 (nacidos en España pero con uno de los padres de origen extranjero), de segunda generación (hijo de inmigrantes pero nacido en España), de generación 1,75 (nacidos en el extranjero pero llegados aquí antes de los siete años) y de primera generación (nacidos fuera de España y que llegaron a Cataluña con siete años o más). 

Según esta nomenclatura y con los datos recogidos en la investigación, el porcentaje de fracaso escolar en alumnos autóctonos es del 10,3%. En estudiantes de segunda generación alcanza el 17,3% y en el caso de los menores de primera generación, este dato casi se triplica con respecto a los autóctonos y llega al 29.2%. "La intervención era para ver qué pasaba en el proceso migratorio. Las cifras están relacionadas con el año de llegada. Así, en los alumnos de primera generación, el fracaso escolar es muy elevado. Pueden llegar a Cataluña con siete años o con 15 y entran en la escuela esperando al mundo laboral. Los que llegan de muy pequeños, en cambio [generación 1,75], no se diferencian tanto de los de segunda generación", valora Jordi Bayona, uno de los investigadores del estudio.

Los expertos inciden en lo "preocupante" de este fenómeno, pues la población de estudiantes relacionados con la inmigración es alta. "Lo que hemos hecho es visibilizar las segundas generaciones. Es preocupante pero ya partíamos de una cifra por nacionalidades que era más alta", sostiene Bayona. Los investigadores apuntan a las desigualdades sociales como un elemento capital que influye en esta brecha, aunque admiten que este estudio es demográfico y no ha entrado a analizar las causas del fenómeno. "La perturbación migratoria se muestra como el primer factor que explica en conjunto el rendimiento escolar: la llegada tardía, la discontinuidad y, por su puesto, el abandono marcarán los resultados más negativos de los niños", recoge el estudio, que se publica en la revista Perspectives Demogràfiques.

Más brecha según el país de origen

En los alumnos de segunda generación, el origen de los padres también marca diferencias. "El fracaso sería menor entre los de origen europeo (11,3%) y americano (15,5%), donde la condición socioeconómica de los primeros y la proximidad del idioma en los segundos justifica mejores resultados", sostiene la investigación. El fracaso escolar en los hijos de inmigrantes asiáticos alcanza el 17,8% de media, aunque hay bastante variabilidad y no es el mismo valor en hijos de padres chinos (13,6%) que en descendientes de personas de origen pakistaní (35%).

Bayona pone la alerta, no obstante el caso de los hijos de familias originarias de Gambia y Marruecos. "Es preocupante que un colectivo como el gambiano, con un alto volumen de niños de segunda generación, tenga un fracaso escolar del 40%. Los marroquíes tienen un porcentaje de fracaso escolar seis puntos por encima de los autóctonos pero el problema es que este colectivo será muy importante para el futuro", agrega.

Los investigadores valoran en el texto "los indudables esfuerzos del sistema educativo en un contexto de austeridad" pero tildan de "insostenibles" los niveles de fracaso escolar y la distancia que separa el resultados entre unos y otros menores según su grado migratorio. Los expertos llaman a intervenir con un "plan de choque a corto y medio plazo para luchar contra la desigualdad" y amplían las demandas a la posibilidad de implementar "medidas de discriminación positiva" en los colectivos más afectados.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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