Localizados 38 cachorros enfermos y 30 cadáveres de animales en una tienda del Eixample
El negocio barcelonés seguirá abierto mientras continúa la investigación pero no podrá vender animales
La Guardia Urbana de Barcelona junto con el Departamento de Protección de Animales han intervenido 38 cachorros de diferentes razas de perros en una tienda de animales del distrito barcelonés del Eixample por las pésimas condiciones en que vivían los animales, en muchos casos, enfermos.
La Oficina de Protección de los Animales (OPAB) del Ayuntamiento de Barcelona recibió varias denuncias acusando al negocio de no velar por la salud de los animales que se vendían en el establecimiento. Tras recopilar la información, dos veterinarias de la oficina y agentes de la sección canina de la Guardia Urbana se personaron en el negocio.
Al acceder encontraron que la tienda tenía una sala de cuarentena. Un espacio ilegal donde se alojaban todos los animales enfermos. Las veterinarias comprobaron que algunos perros presentaban síntomas de haber contraído la parvovirosis canina, una enfermedad mortal y contagiosa frecuente entre los cachorros que no han sido correctamente vacunados durante las primeras etapas de desarrollo.
Las veterinarias, tras realizar diferentes exámenes, optaron por intervenir todos los cachorros que habían estado en contacto con los portadores de la enfermedad ya que la sala de cuarentena no contaba con las condiciones higiénicas necesarias para evitar la transmisión al resto de animales de la tienda. Durante el traslado de los 38 animales a las clínicas donde iban a ser sanados, dos de los cachorros fallecieron a causa de su mal estado .
Además, los agentes de la Guardia Urbana detectaron en un congelador de la tienda 30 cadáveres de perro que permanecían allí almacenados a la espera de su destrucción. Las técnicas de la OPAB recogieron siete para realizar necropsias y comprobar las causas de las muertes.
Mientras sigue la investigación, el establecimiento permanecerá abierto , pero se ha prohibido la venta del resto de animales que quedaron en el negocio. Ahora los responsables deben acreditar que el comercio cumple una serie de medidas de control consistente en examen veterinario de todos los cachorros para descartar su infección y en la revacunación en caso que sea necesario.
La tienda cuenta con todas las condiciones administrativas para el ejercicio de la actividad de venta de animales de compañía. Pese a ello, algunos espacios no reúnen las condiciones necesarias. Todos los animales tenían microchip y la documentación que acreditaba que provenían de un centro de cría de Eslovaquia.
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