Puigdemont impulsa un partido al margen del PDeCAT
El expresidente se inspira en Macron para liderar un movimiento político que pretende transversal
A la espera del desenlace del proceso judicial, Carles Puigdemont ha dado un paso adelante para liderar un movimiento político transversal sin las ataduras orgánicas del PDeCAT, partido al que pertenece y del que cada vez está más alejado. La iniciativa sería similar a lo que fue en 2017 la candidatura Junts per Catalunya (en la que se integró el PDeCAT) pero más allá de la coyuntura electoral, con el fin superar la ortodoxia orgánica de los partidos y que, por encima de ideologías, sea capaz de aglutinar diferentes sensibilidades políticas bajo el objetivo de la independencia de Cataluña.
El nuevo movimiento político, que podría llamarse Crida Nacional y se presentará en los próximos días. El expresidente de la Generalitat —que está procesado por rebelión y malversación y permanece huido en Alemania— pretende erigirse así en el líder incontestable de una formación política de cariz personalista, al estilo del movimiento En Marcha que presentó en su día Emmanuel Macron y que le catapultó a la presidencia de la república francesa y a ganar posteriormente las elecciones generales. Es una idea que viene madurando desde hace meses y que en las elecciones del pasado 21 de diciembre no pudo concretar a causa del desenlace del proceso independentista y de su huida a Bélgica.
La iniciativa, sin embargo, es vista con mucho recelo por la dirección del PDeCAT, que el próximo fin de semana afronta una asamblea en medio de la división interna para reorientar su estrategia. Marta Pascal, coordinadora general, podría ser reemplazada. Puigdemont mantiene con Pascal una relación distante que se visualizó hace unos días, cuando esta le ofreció el cargo de presidente en la nueva etapa del partido que se quiere abrir y el exmandatario catalán lo rechazó. Días después, el PDeCAT registró Junts per Catalunya como partido político.
El nuevo movimiento de Puigdemont cuenta con el apoyo del presidente de la Generalitat, Quim Torra; del expresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Sánchez, que está en prisión; así como de la dirección del grupo parlamentario de Junts per Catalunya, liderado por Eduard Pujol y la consejera de la Presidencia, Elsa Artadi.
Ninguno pertenece al PDeCAT y son un exponente de la lista del president, que es como se denominó la candidatura de Junts per Catalunya. Son personas de la máxima lealtad del expresidente que abogan por la estrategia de la ruptura unilateral y, llegado el momento, de la desobediencia, y que reprochan la “moderación” de algunos dirigentes del PDeCAT.
ERC no se sumó en su día aquella lista y ahora también se ha desmarcado del nuevo intento. La estrategia del partido de Oriol Junqueras no pasa por crear una nueva formación, sino trabajar con las que ya existen con el fin de “ensanchar la base social” del independentismo para sumar más ciudadanos independentistas. Tampoco la CUP, la otra fuerza secesionista del Parlament, se sumará a la idea.
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