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Darío Urzay rehace su obra ‘El vientre del observador’ del Bellas Artes de Bilbao

El artista vizcaíno ha rehecho completamente la pieza utilizando las técnicas más modernas de impresión

Darío Urzay (derecha), junto al director del Museo Bellas Artes de Bilbao, Miguelo Zugaza.
Darío Urzay (derecha), junto al director del Museo Bellas Artes de Bilbao, Miguelo Zugaza.FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

El artista bilbaíno Darío Urzay ha aprovechado la propuesta del Museo de Bellas Artes de restaurar su obra El vientre del observador, realizada para el centro en 2001 y deteriorada por el paso del tiempo, para rehacerla completamente, utilizando las técnicas más modernas de impresión y dotándola de retroiluminación artificial por lamparas led para su mejor observación durante la noche.

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La pieza original dividida en dos partes, las subituladas Umbral de atención, formada por cinco paneles medianos pintados en óleo y resina y papel fotográfico sobre madera, y Afterimages, conformada por cinco coloridos paneles de gran tamaño impresos digitalmente con coloridas formas sobre material traslúcido a modo del negativo fotográfico de la primera, presentaba deterioro en la intensidad de los colores aplicados por Urzay en 2001 por efecto de la luz natural que recibía en su emplazamiento, a escasos centímetros de la fachada de cristal de la parte nueva del museo que da a la plaza del monumento a Arriaga.

Urzay concibió esta obra para colocarla en ese lugar específico del museo ya que la luz natural que recibía jugaba un papel esencial en la contemplación de la obra, ha recordado hoy el artista en la presentación a los medios del resultado de su restauración.

Al observar este deterioro, la jefa del Departamento de Conservación del Museo, María José Ruíz-Ozaita, se puso en contacto con el artista hace un año y juntos decidieron realizar una intervención sobre la obra, realizada por Urzay por encargo del Museo para la exposición Gaur Hemen, Orain que dedicó en 2001 al arte contemporáneo vasco, del que el artista vizcaíno es uno de sus principales referentes.

En la reedición de la obra, especialmente de la parte subtitulada Afterimages, la que presentaba un mayor deterioro en la intensidad de sus colores por la fragilidad del material con el que estaba realizada, se ha conservado la idea original de Urzay, pero se ha cambiado tanto el número de paneles que la conformaban, pasando de cinco a cuatro, como el soporte de la pieza, una tela textil ahora, y se ha utilizado las últimas tecnologías de impresión del dibujo y los colores lo que ha permitido lograr la máxima calidad de impresión posible en la actualidad, ha precisado Ruíz-Ozaita.

También se ha modificado la iluminación de la obra, pasando de ser la luz natural a una retroiluminación por lamparas led instaladas dentro de las cajas que soportan los paneles textiles, con lo que se ha mejorado el efecto translúcido que Urzay deseaba dar a su obra y su mejor visibilidad por la noche desde el exterior del museo.

El último cambio sufrido por la obra en el proceso de renovación, patrocinado por la Fundación de la compañía energética Iberdrola, ha sido el de su emplazamiento, ya que si antes estaba ubicada entres las columnas de hierro del edificio moderno que sustentan la fachada acristalada que asoma a la Plaza del Monumento a Arriaga, lo que permitía que la luz natural las bañase por completo, ahora se ha retrasado unos metros hasta pegarla a la pared.

Urzay ha apuntado que en 2001 eligió un emplazamiento "muy difícil" para presentar una obra "por el poco espacio que hay para verla, encajonada entre la fachada del edificio y un pasillo, con una cristalera de cristales tintados; en fin, todo un reto plantear algo para este lugar y entonces pensé que tenía que hacer una obra que fuese para recorrerla", ha resumido.

Ha reconocido que, con el paso del tiempo "y por las limitaciones técnicas que había hace 17 años con la impresión digital, el color se lo fue comiendo poco a poco la luz, algo que, para mi era precioso porque esta obra, en el fondo habla de la luz, de una especie de revelado de las fotos antiguas que es metafórico puesto que no se ha logrado en un cuarto oscuro".

Urzay ha admitido que accedió a renovar la obra ante la "insistencia" de la conservadora jefa del Museo y se ha mostrado contento con el resultado final.

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