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Condenados al barro

Un fallo del Ayuntamiento retrasa la instalación del césped artificial en una escuela de fútbol de Carabanchel

Carmen Pérez-Lanzac
José Antonio San Gil, ante el campo de tierra de la instalación deportiva básica de San Martín de Porres.
José Antonio San Gil, ante el campo de tierra de la instalación deportiva básica de San Martín de Porres. ÁLVARO GARCÍA

Los jóvenes alumnos de la Escuela de Fútbol Villa de Madrid, en Carabanchel, se han hartado esta lluviosa primavera de jugar en el barro y sus padres de limpiar sus botas. Y sin embargo deberían estar ya jugando sobre césped artificial, pero un fallo del Ayuntamiento lo ha impedido.

Quienes han jugado al fútbol sobre tierra alguna vez saben lo diferente que es hacerlo sobre césped, aunque sea artificial. “Cuando llueve, se embarra mucho, y cuando hace calor sale un polvo que nos impide ver”, resume Alejandro Reverte, de 13 años, alumno de la escuela. “Y los chicos que tienen asma muchos días no pueden jugar”. Reverte, además, cató otro de los problemas de jugar en tierra: las lesiones. “Hace dos años pisé mal y, como hay muchos baches en el suelo, se me separaron dos músculos de la cadera”.

En la capital hay 171 campos de fútbol (112 de fútbol 11, 53 de fútbol 7 y 6 de minipich). De ellos, son de césped artificial 78 de los de fútbol 11 (el 69,6%), 36 de fútbol 7 (67,9%) y los 6 de minipich (100%). El vicepresidente de la escuela de Carabanchel, José Antonio San Gil, contaba los días para que empezaran las obras que cambiarían el signo de su campo, la instalación deportiva básica de San Martín de Porres. Más que el placer del juego, lo que tenía presente eran las cifras de la escuela, que en cinco años ha perdido el 80% de su alumnado, pasando 270 alumnos a 60 chicos de entre 6 y 18 años. “Este año, con tanta lluvia, hemos tenido que anular seis entrenamientos y cuatro partidos oficiales”, explica para acabar de subrayar la necesidad del cambio.

El estado del campo de fútbol tras la lluvia.
El estado del campo de fútbol tras la lluvia.

“El suelo que tenemos es el de toda la vida antes de que se generalizara el césped artificial”, explica. “Cuando gobernaba el PP siempre nos fueron dejando para el final. Y cuando llegó el cambio de signo político nos dijeron que nos pondrían césped artificial. Nos pusimos contentísimos”, relata.

“Uno de los objetivos del Ayuntamiento es que todos los campos de fútbol de la ciudad estén dotados de césped artificial, a fin de que los ciudadanos puedan disfrutar y mejorar en la práctica deportiva en las mismas condiciones de calidad y seguridad”, le escribió alguien del Consistorio cuando preguntó cuándo se haría el cambio. San Gil se lo contó emocionado a los padres de todos los alumnos.

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En marzo de 2017, gracias a una enmienda, se aprobó finalmente el cambio de suelo por un coste de 700.000 euros. “Comenzamos las gestiones administrativas y nos dijeron que en agosto del año pasado empezarían las obras. Luego, en septiembre, nos dijeron que el césped estaría listo a principios de 2018. En noviembre, que no, que empezarían las obras el 14 de mayo de 2018”, cuenta San Gil. “Y ese retraso ya no nos lo creímos. Primero, porque nuestro campo está pegado a la pradera de San Isidro y por seguridad sabíamos que era imposible que se empezara a hacer el cambio justo el día antes de la fiesta allí. Todo nos olía fatal”.

El 7 de junio, en la Junta Municipal de Carabanchel, Ciudadanos preguntó a la concejal Esther Gómez por el suelo del campo, y esta lo remitió a la Dirección General de Deportes. Allí contestaron que, por un problema técnico, el presupuesto se había adjudicado a una partida como obra nueva y no como una modificación de algo que ya existe y no se había podido hacer nada. “Vamos”, resume San Gil, “que lo dejaron morir”.

El Ayuntamiento ha informado a la directiva de la escuela que va a intentar anotarlo como una inversión financieramente sostenible con el remanente que no se ha gastado en 2017 y que tras la salida de Montoro de Hacienda se va a poder gastar. “Nos dicen que empecemos de nuevo las gestiones administrativas y que estiman que empezarían con las obras durante el último trimestre de 2018”, dice un incrédulo San Gil.

Un portavoz del Ayuntamiento responde lo siguiente a las preguntas de este periódico: "Este equipo de Gobierno está haciendo un esfuerzo inédito para dotar de césped a los campos de fútbol madrileños, especialmente los que están fuera del centro. Ya se han estrenado 30 campos de fútbol de césped y en los próximos meses se estrenarán nuevos, como el de San Martín de Porres".

Mientras tanto, para mantener la supervivencia de la escuela, los entrenadores han tenido que rogar a sus escasos alumnos que no se borren. “Este año hemos sufrido con plantillas supercortas”, cuenta Jonathan Reverte, entrenador. “En cadetes he tenido a nueve alumnos y he tenido que llevarme a infantiles a los partidos. Muchos se han jugado gracias a que los padres han ido antes a achicar agua con cubos y a barrer a los lados con cepillos”. Su sobrino, el chico que se lesionó la cadera, piensa continuar en la escuela. Ha interiorizado lo que le ha transmitido su tío: “Somos una familia”.

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Sobre la firma

Carmen Pérez-Lanzac
Redactora. Coordina las entrevistas y las prepublicaciones del suplemento 'Ideas', EL PAÍS. Antes ha cubierto temas sociales y entrevistado a personalidades de la cultura. Es licenciada en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de El País. German Marshall Fellow.

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