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Rototom, o por qué los festivales de reggae también son para niños

El macroevento musical de Benicàssim (Castellón) se pone a la altura del público menudo y forja su perfil como festival para experimentar en familia

El festival el año pasado durante un concierto.
El festival el año pasado durante un concierto.Ángel Sánchez

El reggae. Los festivales. Y la combinación de ambos: los festivales de reggae, también son cosa de niños. Lo demuestran los 13.000 menores que visitaron la última edición del Rototom Sunsplash, el macroevento de música jamaicana más grande de Europa, con sede en Benicàssim (Castellón). La cita, que celebrará su 25 aniversario del 16 al 22 de agosto, atrae cada año a más público familiar, que ve en esta pequeña ciudad del reggae levantada sobre un recinto de 500.000 metros cuadrados un destino óptimo para disfrutar de sus vacaciones.

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¿Qué ha consolidado al Sunsplash como festival familiar? ¿Qué explica el relevo generacional del que es testigo cada verano el certamen, de la mano de padres y madres que incorporan a su prole a esta experiencia festivalera?

La respuesta es una combinación de factores. En primer lugar, la oferta: un abanico de actividades culturales pensadas en formato ‘mini’, adaptadas a los intereses del público infantil, y que se extienden por más de la mitad de las trece áreas extramusicales que integran el festival. Varias de ellas se constituyen como territorio abierto exclusivamente al público infantil y sus acompañantes, como es el caso de Magicomundo, ubicado en uno de los rincones más refrescantes del recinto de conciertos, bajo un denso pinar; o Rototom Circus.

En Magicomundo el juego libre y espontáneo vehicula los diferentes territorios que enriquecen el área. Aquí se pueden construir manualidades con materiales reciclados, experimentar con juegos de agua, de madera ecológica o tradicionales en gran formato, leer o levantar un castillo de arena. También realizar actividades para vivir en equipo: desde bailes a cuentacuentos con conciencia; o asistir a charlas donde los padres y madres puedan intercambiar inquietudes. Este año, entre el equipo de educadores de Magicomundo estará el personal de Komba Educación con su apuesta por el bilingüismo –español, inglés- para facilitar el intercambio cultural entre quienes visiten el espacio.

Rototom Circus es otra de las paradas de obligada visita para el público familiar. Talleres con la madrileña Escuela de Circo Diverso y la Asociación Valenciana de Circo, las olimpiadas de circo y hasta cuatro shows, con Check Point Clown, de Pallasos en Rebeldia, liderando el cartel, dan forma a la agenda. La compañía gallega es responsable de Festiclown, que ha trasladado el ambiente circense a lugares como Palestina o los campamentos de refugiados saharauis, “donde hace falta sacar sonrisas”, y en esta edición recala en Benicàssim, indican desde el Sunsplash.

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El guiño al público familiar se extenderá también este año al African Village de la mano de Fekat Circus, la compañía etíope que abrirá el escenario del área con su espectáculo Move in. El rincón más africano del recinto desplegará además un buen número de actividades inclusivas, abiertas a todo tipo de públicos, al igual que la agenda de Pachamama, la del Mercado ArteSano o la del área más playera del festival: el Solé Reggae Rototom Beach, en pleno Gurugú castellonense.

En el segundo puesto del ranking de motivos figuran la estructura y los servicios del recinto y la acampada, el tipo de alojamiento más demandado por las familias que visitan el festival. La zona de restauración incluirá en esta edición menús adaptados a los paladares de los más pequeños y a ello se suman los diferentes puntos de suministro de agua para combatir el calor estival y blindar la hidratación. Por su parte, la zona de descanso del festival: la acampada, incluye parcelas para familias con hijos en el área más sombreada del camping, valladas y con acceso a servicios como el parque infantil y los baños reservados a niños.

En tercer lugar destaca el aval que supone haber sido certificado en 2017 como primer festival familiar de la Comunidad Valenciana por la marca Tour and Kids, el único club de producto de turismo familiar en esta autonomía y respaldado por la Agencia Valenciana de Turismo. Su inclusión en esta marca asegura unos criterios de calidad a la hora de hacer turismo –festivalero en este caso- en familia, señalan desde Tour and Kids.

El boca a boca, en cuarto puesto, también ha jugado un papel clave para trasladar el mensaje de que el Rototom Sunsplash gira en torno al reggae, pero es mucho más que reggae. En su perímetro a los pies del parque natural del Desert de les Palmes y a escasos kilómetros del mar Mediterráneo se puede “respirar cultura, empaparse de aprendizaje y compromiso social, sumergirse en un mar de valores y experiencias combinadas con momentos de relax”, recuerdan desde la organización. También “tumbarse al sol. Reír. Soñar. Divertirse. Correr. Jugar. Saltar. Conectar. Y hacerlo, todo ello, en familia”.

Este boca a boca también ha permitido huir tópicos, como el de que los festivales de música son espacios masificados no aptos para público infantil. El Rototom Sunsplash es un certamen envuelto en cifras macro –como los 220.000 asistentes de 2017- que no colisionan sin embargo con el modelo de festival “inclusivo y pensado en pequeño” que se busca. Lo explica su director, Filippo Giunta: “Trabajamos en un recinto con límite de aforo porque apostamos por un evento de calidad donde cada asistente tenga su espacio vital. Queremos garantizar una estancia cómoda para todos los grupos de edad que nos visitan”.

El último motivo del listado lo aporta el propio género musical que da pulso al festival. Su leit motiv: el reggae. “La atmósfera de familia y de comunidad que se logra con el reggae es incuestionable, genera un efecto de apertura en la gente. Nuestro público siente el festival como suyo, y quiere compartirlo con su entorno”, concluye Giunta.

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