_
_
_
_
_

El acusado del crimen de Tatiana Vázquez proclama su inocencia

La fiscalía solicita 25 años por el delito de asesinato, más dos años y medio por malos tratos

Ibrahima N. llega al juicio escoltado por la Guardia Civil.
Ibrahima N. llega al juicio escoltado por la Guardia Civil.P.S.

El acusado del crimen de Tatiana Vázquez, cuyo cadáver apareció cosido a cuchilladas en el barrio lucense de San Fiz el 9 de abril de 2016, ha vuelto a proclamar su inocencia ante la prensa, y después en su declaración, donde se negó a responder al fiscal y a la acusación particular a la que sí empezó contestando. El joven senegalés Ibrahima N., de 33 años, llegaba a la Audiencia de Lugo sobre las once y cuarto fuertemente escoltado, acompañado por cuatro agentes de la Guardia Civil, dada su envergadura.

“Inocente, inocente. Yo no tengo ni puta idea de esta mierda que está montada”, respondía a las preguntas de los numerosos medios que le esperaban a las puertas de los juzgados de Lugo, en la Plaza de Avilés, para luego asegurar, también a preguntas de los periodistas, que estaba tranquilo. “¡Hombre!”, asentía a la pregunta de si estaba tranquilo. La tensión se mascaba en los pasillos, donde los familiares de la asesinada, sobre todo el padre, Carlos Vázquez, retaba con la mirada al acusado cuando este fue acompañado al servicio por varios agentes de la policía nacional. La madre de Tatiana, Manuela Abuín, dijo durante un receso que no alberga “ninguna duda” sobre la responsabilidad del que había sido la pareja de su hija. “Sí, [estoy] totalmente” segura, comentaba desconsolada y con los ojos llorosos.

El juicio arrancaba sobre las doce del mediodía, con la selección del jurado (siete mujeres y cuatro hombres, dos de ellos como suplentes), bajo la presidencia de Maria Luisa Sandar que tuvo que interrumpir en varias ocasiones a Ibrahima N. El acusado se mostró desafiante y por momentos retador, en todo momento esposado, ante la fiscalía (a la que se negó a responder a todas sus preguntas), y ante la acusación particular, que representa a la familia (a la que comenzó respondiendo pero tras varias preguntas también decidió no contestar).

Cuando el fiscal se dirigía al jurado, en el relato de la acusación, le increpó: “eso es mentira” o “no me voy a callar”. Con la acusación particular utilizó expresiones como “yo que sé tío” o “mierda”, lo que provocó que la presidenta le llamara la atención e incluso le amenazara con sacarlo de la sala sí persistía en su actitud. “Compórtese”, le llegó a espetar la magistrada. Entre acusación y abogado, declaró poco más de una hora el procesado que aludía a Tatiana Vázquez cariñosamente, y hablaba de ella como “Tati”.

En todo momento negó que maltratara a la joven, la otra acusación a la que se enfrenta, además del crimen. Negó que la llamara “loca” y mantuvo en todo momento que la “relación era buena”, desde que empezaron a salir en 2013. “Nunca le hice nada, nunca le pegué”, objetaba. En todo caso sí que sugirió que la víctima era “celosa” y a preguntas de su abogado confesó que ella había tenido “peleas” con otras “chicas” presuntamente por “celos”.

El día de autos, la noche del nueve al diez de abril, concedió que estuvo con ella, en la pensión donde residía él en San Roque, pero que le había dejado en un zona próxima a la pensión en el coche de ella y alejada de la zona donde apareció el cadáver de Tatiana, precisamente en ese vehículo que era de la familia de la joven.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Finalmente, a preguntas de su abogado, César Lodos, sobre la reacción “fría” que habría mantenido tras enterarse del crimen, se limitó a justificar que él emplea “la sonrisa como mecanismo de defensa". "Me hace mantener la calma”, aseguró, al tiempo que admitía que la relación con el padre de la chica era “mala”; no así con la madre, que era “buena”.

La fiscalía solicita 25 años por el delito de asesinato, más dos años y medio por malos tratos. La acusación particular 25 años por asesinato, y tres años por malos tratos. En tanto que su abogado defiende la inocencia de su patrocinado argumentando que todo se basa en “indicios” sin ninguna prueba que lo acuse. Pasados dos años, aún no ha aparecido el arma blanca empleada, según recordó la fiscalía con una hoja de “12 centímetros”.

“Entiendo que (el juicio) es una oportunidad para demostrar la inocencia de Ibrahima en primer lugar y es una buena oportunidad para valorar toda la investigación, ver lo que se les ha escapado por el medio e intentar que de ahí salga él o la o los responsables del crimen de Tatiana”, dejaba caer el letrado. Según Lodos la investigación, que llevó la Policía Nacional, “se ha convencido de que era el único culpable"; "ha carecido del rigor de explorar otras vías”, lamentó. "No hay pruebas", defiende, y “los indicios que la policía dirige son de horarios, de caminos o posibles caminos que haya seguido Ibrahima": "Esa no es prueba de lo que ha ocurrido”. El juicio, con más de 50 testigos, se celebrará hasta el jueves en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Lugo..

La madre de la víctima relata que la joven se quedó embarazada

P. Seijo

La madre de Tatiana, Manuela Abuín, fue la siguiente en prestar declaración, después de que lo hiciera por espacio de más de un hora el principal encausado del crimen de la joven de Castro de Rei. Durante el interrogatorio confirmó que su hija se había quedado embarazada, supuestamente de Ibrahima al que acusó de tener poco menos que sometida a la joven. También ratificaba que Tatiana abortó, y que incluso quiso simular que no se había producido dicho embarazo. Otro aspecto que testimonió es que había dejado 30.000 euros a la pareja en un viaje realizado al país de origen del principal encausado, Senegal.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_