El tirón de Tutankamón
82 centros culturales de Barcelona celebran la 11ª edición de la noche de los museos y repiten el éxito
¿Será el misterio de las tumbas egipcias y los faraones, sobre todo Tutankamón, lo que arrastró ayer a cientos de personas a hacer unas colas de cerca de dos horas para entrar en el Museo Egipcio de Barcelona? ¿O es que se podía entrar gratis? La respuesta adecuada es una combinación de las dos para un grupo de cuatro familias de la Ametlla del Vallès —unos 15 en total— que soportaban estoicamente la cola para poder entrar en el centro. La espera a las ocho de la tarde era de más de una hora y media y en la esquina de Pau Claris con Aragó —la cola giraba luego por Paseo de Gràcia hasta València, donde está el museo— eran muchos los que optaban por buscar un poco de avituallamiento —patatas fritas y cosas por el estilo— para que la espera no fuera tan pesada. Como otra familia que venía de Sabadell con la idea de pasar la tarde en Barcelona y, si les daba tiempo, ir a otro museo: “la culpa es del niño y de la abuela que han decidido que querían ver momias”. Otros optaron por el Egipcio porque habían visitado el país de las pirámides y querían conocer el museo de Barcelona. Y aprovechar para hacerlo un día que es gratis, claro.
El éxito de la Nit dels Museus, que el Ayuntamiento de Barcelona organiza desde hace 11 años, es incuestionable. El año pasado, la jornada fue aprovechada por 176.364 personas. En la edición de ayer se sumaban, además, más posibilidades como la Casa Vicens, la primera obra civil de Gaudí, y el Colegio de Arquitectos de Catalunya. En otros se combinaba la oferta cultural con espectáculos.
El Picasso agotó las 2.600 reservas por internet a las 24 horas de anunciar la noche de puertas abiertas. Cada diez minutos entraban grupos de 70 a 80 personas. Los trabajadores del museo que controlaban los accesos repetían una y otra vez que no se podía entrar porque el aforamiento estaba ya agotado. Y, dentro, conversaciones en catalán y castellano, más que en cualquier otro idioma, algo que no es frecuente. Lo que pasó ayer contrasta con el día a día de los museos de Barcelona que apenas son visitados por un 15% de los barceloneses. El grueso son turistas, visitantes del resto de España y, sobre todo, extranjeros. “Tampoco es que lo supiéramos. Miramos por internet qué hacer el sábado porque teníamos unos amigos de Alicante de visita y vimos lo de la Nit dels Museus. Antes te enteras de cualquier concierto porque hay mucha publicidad de cualquier cosa, pero de ésto, no. Y es muy interesante”, explicaba Javier, mientras trataba de identificar los personajes de Las meninas que reinterpretó el pintor malagueño sobre la obra de Diego Velázquez.
En otra sala, dos amigas, las dos de Barcelona, reconocían que no pisaban muchos museos: “No sé por qué, pero cuesta pensar un domingo ir a un museo y eso que son gratuitos muchos de ellos”, reconocía Esme que, sin embargo, enumeraba los centros de otras ciudades que había visitado: “El Prado, el Thyssen de Madrid, el Louvre, el Museo van Gogh, el Rijksmuseum... es curioso pero veo más museos fuera que aquí”. Otros reconocían que habían dejado de ir a los museos desde que eran jóvenes: "Cuando estudias, vas con el colegio. Luego dejas de ir, no lo tienes integrado como actividad", afirmaba Laura. Cuando hay niños en la familia, la cosa cambia: "Solemos ir a Cosmocaixa, Caixaforum al CCCB y al Macba porque muchos tienen, además de las exposiciones, actividades programadas para niños. Hoy hemos venido al Picasso porque en el cole lo acaban de estudiar", explicaba Andrea, acompañada de su marido y de sus dos hijas.
Los alrededores del CCCB y el Macba estaban animadísimos y no pocos optaron por cambiar de centro en función de las colas. Olivia, Maria y Tasio iban, de salida, al CCCB pero acabaron “encantados” en el Macba—donde las rampas de acceso a las salas parecían La Rambla y ya habían contabilizado 7.961 personas en tres horas— con la exposición del intelectual argentino Óscar Masotta.
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