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Entrevista

Eva D. Island: “Busco a un hombre sensible y que funcione en la cama”

La enigmàtica escritora barcelonesa recorre su ciudad a través de una chica que persigue a su príncipe azul en ‘Sonia y el ladrón de besos’

Toni Polo Bettonica
Una mujer lee el libro en el Port Olímpic.
Una mujer lee el libro en el Port Olímpic.Titania

“Utilizo un nombre artístico. Eva, por mi abuela; D., de Dominica, por mi madre; y Island, por mi perrita, que se llama Illa”. La escritora, que debuta en la literatura con esta novela romántica vibrante, alocada y divertida, tampoco da la cara: “Lo importante es la novela, lo que se explica y los personajes que aparecen en ella. Yo soy solo su pluma. Espero que las lectoras y lectores sientan y vivan la historia y que empaticen con Sonia y sus amigas. Por eso decidí dar un paso atrás y cederles todo el protagonismo”.

Es posible que nos podamos hacer una idea de cómo es Eva a través de Sonia, la protagonista, una chica que recuerda (mucho) a Bridget Jones y que se rodea de un grupo de amigas que nos hacen pensar en Sexo en Nueva York. "Simplemente salió así", dice la escritora. "Es posible que las aspiraciones, las ilusiones y las inquietudes de las chicas de mi generación sean las mismas en Barcelona, en Nueva York y en Vladivostok". Tal vez el mismo motivo justifica los elementos autobiográficos de la novela: "He metido a Sonia en mi pisito y lleva a su perro, Tiger, al mismo pipicán que la mía. Y recorre la Barcelona que yo frecuento, una Barcelona un poco icónica, ¿no? El Port Olímpic, la Sagrada Família, el puente de Vallcarca…"

La protagonista recuerda (mucho) a Bridget Jones y se rodea de un grupo de amigas que nos hacen pensar en Sexo en Nueva York

El resultado es una novela absolutamente cercana, con escenas a las que podríamos asistir desde el balcón de nuestra casa, a pesar de que nos plantea un reto de altura: "Solo cuando salgas del camino marcado encontrarás nuevos horizontes", dice la autora. De hecho, la protagonista emprende una búsqueda ansiosa por la ciudad de un tipo al que conoce en una popular discoteca y que se le escurre en la noche. "Lo busca guiada por un sexto sentido y está dispuesta a todo para dar con él y enamorarlo: se pone a dieta, va al gimnasio, cambia de look..."

La búsqueda es delirante y exagerada, algo almodovariana: "Lo de Sonia le puede pasar a cualquiera pero ella, entre ilusión y coraje, mucho coraje, afronta un viaje que otras no se llegarían a plantear", explica Eva D. Island. "Todas hemos visto a un tío una noche de farra y hemos fantaseado con que podría ser el hombre de nuestra vida, pero Sonia no desfallece y da un paso, y otro, y otro en la dirección de su amor. Ese es su mérito".

Sus amigas, las pipicañeras (compañeras de paseos perrunos), el vecino inglés gay, cotilla y encantador, la jovencísima y espabiladísima sobrina de una de las amigas montan "un puzzle de mujeres de entre 20 y 50 años que se complementan y se quieren". Las piezas principales son la cándida y tierna Sonia, que "sufrió un palazo sentimental que le costó superar muchas chocolatinas y mimos de su vecino"; Paz, "la amiga deslenguada"; Estefi, la argentina, "una tía cañón, la devoramangos de la Pampa, gran profesional de la publicidad, atractiva y triunfadora pero que no consigue el amor"; Carlota, que también encontrará a alguien; y Marta, la casada, presuntamente feliz y temerosa.

Todas hemos visto a un tío una noche de farra y hemos fantaseado con que podría ser el hombre de nuestra vida, pero Sonia no desfallecerá en su búsqueda

"Todas sufren y disfrutan del amor", insiste la escritora. Son auténticas, un canto a la sinceridad y a la amistad. "Se desnudan entre sí, ¡fuera máscaras! Logran un clima de confort en el que realmente son ellas mismas. Porque entre amigas, das y recibes siempre que haya verdad". Y, aunque muy pocos hombres pululan por la novela, Eva remarca que son lo fundamental: "El concepto hombre está muy presente. ¡Es lo que buscan todas!"

Eva D. Island, descubriéndonos más cosas de su misteriosa vida, admite sin tapujos que también es lo que busca ella: "Me gusta vivir aventuras, aunque la de Sonia es la suya y no se la voy a chafar. Yo también soy una persona abierta de mente y dispuesta a descubrir qué hay por ahí. Igual que Sonia, yo también busco a un hombre sensible y que me regale flores, pero también que funcione en la cama y que me empotre contra la pared. Es tan importante el corazón como el sexo".

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Sobre la firma

Toni Polo Bettonica
Es periodista de Cultura en la redacción de Cataluña y ha formado parte del equipo de Elpais.cat. Antes de llegar a EL PAÍS, trabajó en la sección de Cultura de Público en Barcelona, entre otros medios. Es fundador de la web de contenido teatral Recomana.cat. Es licenciado en Historia Contemporánea y Máster de Periodismo El País.

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