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Los 2Cellos demuestran el poder de las redes sociales

La pareja de violonchelistas desató el entusiasmo en el Auditori del Fòrum

Stjepan Hauser i Luka Šulić, los 2Cellos.
Stjepan Hauser i Luka Šulić, los 2Cellos. Stefan Brending

Retrocedamos un poco en el tiempo, no mucho, unos diez años. ¿Alguien podría haber imaginado entonces que un dúo de violonchelistas de formación clásica podrían congregar miles de personas, aunque fuera con una música no precisamente clásica, y no solo congregarlos sino llevarlos a puntos de euforia que ya quisieran para sí la mayoría de rock stars al uso? Increíble en aquel momento, indiscutible realidad hoy. ¿Qué ha mediado? Primero YouTube e, inmediatamente después, la enmarañada velocidad de las redes sociales para difundir cualquier buena nueva por poco buena o nueva que sea.

Hace diez años Luka Šulić y Stjepan Hauser (los actuales 2Cellos), huyendo de la desmembrada Yugoslavia, buscaban trabajo como violonchelistas clásicos en el Reino Unido. En 2011, una idea feliz de un colega les llevó a YouTube versionado a Michael Jackson y, a partir de ahí, la realidad se confunde con la ciencia ficción. La vieja metáfora de la mancha de aceite avanzando imparable se queda no anticuada sino ridícula ante la expansión viralizada de ese videoclip. En dos semanas tres millones de visitas, un millonario contrato discográfico y teloneando a Elton John por medio mundo. Años después, otros videoclips han ido todavía más lejos: su versión de Thunderstruck de AC/DC ha sobrepasado ya los 117 millones de visitas oficiales.

Y Barcelona no se ha quedado al margen. En verano el dúo agotó en pocos días las entradas para los Jardines de Pedralbes. Menos de diez meses después, todavía en la misma gira, han agotado las 6.400 entradas para dos sesiones en el inmenso Auditori del Fòrum. Hasta ahí la palabra éxito serviría para justificarlo todo pero una vez en el interior de la desangelada sala de conciertos barcelonesa cualquier previsión se quedó corta. Desde los atolondrados gritos de ¡guapos! y los consiguientes ¡te quiero! hasta la invasión (¡a medio concierto!) de la zona ante el escenario de centenares de hipsters, de todas las edades y procedencias, vociferando y blandiendo sus teléfonos móviles cual hachas de guerra. Una locura que hasta en los conciertos para fans quinceañeras suele ser más controlada.

2Cellos volvieron a soliviantar a las masas barcelonesas. Una primera parte con éxitos de películas (iniciar con Carros de fuego marca ya un camino), una orquesta de cuerda que sobró en todo momento (la mala sonorización tampoco hizo nada por ellos) y la disculpa repetida de que pronto se acabarían las lentas. Y se acabaron porque nadie estaba allí para escuchar baladas. Y empezó la fiesta con el medio tempo épico de Juego de tronos al que siguieron todo lo que el público ya conocía por Internet. En algunos casos reforzando la interpretación en directo con la proyección el mismo video clip que circula en las redes.

Michael Jackson, AC/DC, Rolling Stones, Iron Maiden, Nirvana, ... hasta el Despacito y a lo dicho: la locura. El público en pie apretujado ante el escenario, cantando, bailando, haciendo fotos e impidiendo la visibilidad de los dos violonchelistas que se movían convulsos, corrían de un lado a otro o, como en las verbenas, animaban al respetable a cantar el estribillo de Satisfaction.

Todo predecible conociendo el poder de las redes sociales, increíble para cualquiera que desconociera el verdadero significado de la palabra viral. Es difícil saber si los que triunfaron en el Fòrum fueron un dúo de violonchelistas serbocroatas o simplemente esas manos ocultas que todo lo mueven y ante las que nadie puede revelarse.

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Por suerte el castillo de naipes (coronado con fuegos artificiales) no lo es y, aunque no dé para tanto, se trata de una idea sólida, bien planteada y mejor ejecutada. Idónea para ser escuchada tranquilamente en un buen auditorio bien sonorizado pero musicalmente 2Cellos están cavando su tumba a base de tempos desmesuradamente acelerados y pirotecnia barata. Tras lo visto en el Fòrum están siendo engullidos por el agujero negro que ellos mismos crearon aunque sus cuentas bancarias, sin duda, se deben ir engrosando al ritmo de Highway to Hell.

 

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