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La ofensiva de IAG sobre Norwegian agita el ‘low cost’ en El Prat

El grupo hispano-británico controla más del 40% de la actividad del aeropuerto barcelonés

Un Boeing 737-800 de Norwegian, aterriza en el aeropuerto del Prat de Barcelona.
Un Boeing 737-800 de Norwegian, aterriza en el aeropuerto del Prat de Barcelona.CARLES RIBAS

El eco de la compra de acciones de la aerolínea Norwegian por parte del grupo hispano-británico IAG ha resonado especialmente fuerte en el aeropuerto de El Prat. La dueña de British Airways, Iberia, Vueling y Aer Lingus ya controla más del 40% de la actividad del aeropuerto barcelonés y Vueling es la enseña líder de la instalación, con 17 millones de viajeros anuales, casi tres veces más de pasajeros que su inmediato perseguidor, Ryanair. Sin embargo, en el segmento del low cost transatlántico, la aerolínea noruega ha logrado consolidar una atractiva propuesta que IAG se vio obligada a atajar lanzando la marca Level. Si se concreta la OPA sobre Norwegian, el grupo que dirige Willie Walsh plantaría una gran alianza en el low cost de largo radio.

Barcelona es una lanzadera para las compañías que explotan el mercado low cost. La pelea por los vuelos de corto y medio alcance que mantienen Vueling y Ryanair, y la tercera en discordia, Easyjet, se ha replicado en las conexiones con el otro lado del Atlántico. El verano pasado, Norwegian apostó por enlazar El Prat con Los Angeles, Miami, Oakland-San Francisco y Nueva York, y tomaba la delantera en la golosa propuesta por ofertar vuelos directos transoceánicos por unos 150 euros o, lo que es lo mismo, al mismo precio que sale un viaje en coche de ida y vuelta desde Figueres al Delta de l'Ebre.

Posteriormente, la compañía de Bjorn Kjos empezó la tramitación de los permisos en Argentina de cara a unir, también en vuelo directo, Buenos Aires con la capital catalana, Madrid o Málaga. En 2017 Norwegian despachó a 1,9 millones de pasajeros en El Prat y creció un 28,6%. Representa apenas un 4% de la actividad del aeropuerto pero acaba de comprar un edificio entero de oficinas, con una superficie útil total de 5.376 metros cuadrados repartidos en cuatro plantas, para habilitar allí su nueva sede. Suma 200 trabajadores pero la empresa prevé seguir creciendo en Barcelona y calcula que antes de dos años habrá llegado a los 400 empleados.

El grupo IAG, que tuvo 22.972 millones de euros en ingresos en 2017 y un beneficio neto de 2.021 millones, contraatacó el envite noruego con una nueva marca: Level. La división de bajo coste para los vuelos de largo radio no tiene empresa propia, se nutre de pilotos de Iberia y usa en Barcelona la potente infraestructura de tierra, 2.000 trabajadores, que también da abasto a Vueling.

Feroz competencia

Level nació planteando competencia a Norwegian en los vuelos a California, como los escandinavos también vuela a Los Angeles y San Francisco, y, además, ofreció el vuelo directo a Punta Cana y a Buenos Aires. El enlace caribeño ha sido sustituído por un vuelo directo Barcelona-Boston y en lo que refiere a Buenos Aires, a la espera de los planes que pueda tener Norwegian, a Level se le ha despejado la competencia tras el retiro de la escena de Aerolíneas Argentinas.

La disputa entre Norwegian e IAG por el tráfico de pasajeros en el aeropuerto de El Prat ya vivió un primer capítulo hace unos meses. Los noruegos habían tratado de plantear batalla a Vueling en el rentable vuelo, por sus ocupaciones altísimas, Barcelona-Bilbao. Ante la competencia escandinava, Vueling reaccionó elevando sus frecuencias y la oferta quedó saturada, hasta 12 vuelos diarios. Para poder llenar tanto avión los billetes cayeron de precio, hasta los 20 euros, y a Norwegian pronto no le salieron las cuentas. Tras el verano pasado tuvo que replegarse.

De una manera similar, los noruegos también tuvieron que claudicar ante Vueling con el vuelo a Palma. Norwegian sí ha logrado erosionar la plantilla de Vueling en la base de Barcelona. La aerolínea escandinava ha fichado cerca de un centenar de pilotos de Vueling y también se ha nutrido de un notable contingente de personal de tierra de su rival.

La compra por parte de IAG del 4,6% de acciones de Norwegian, y el anuncio de negociaciones para lanzar una OPA supone una modificación de la estrategia. La maniobra hace vislumbrar el embrión de una potente alianza en el largo radio de bajo coste. La incógnita recae en qué efectos tendrá en la oferta de frecuencias y de rutas con el otro lado del Atlántico. Norwegian tiene a su favor la flexibilidad de una estructura ligera, IAG cuenta con la fuerza financiera de un martillo pilón.

Dinámicas enfrentadas

La adquisición de acciones de Norwegian por parte de IAG llega en un momento de tendencias asimétricas. Vueling, la marca insignia en El Prat, protagoniza un arranque de 2018 mejor que el año pasado, que ya fue de récord. Iberia también baraja mejores datos. Norwegian, en cambio, ha perdido fuelle y registra el primer trimestre un 22% menos de pasajeros que el año pasado en los vuelos de corto y medio radio. Una caída que queda compensada con el empuje de los vuelos al continente americano. En el mercado aeronáutico europeo, British Airways está incómoda por los arañazos que los noruegos dan en el aeropuerto de Gatwick.

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