La normativa no se ha hecho mal
Los empresarios destacan la importancia económica de los veladores y rechazan un debate que creen politizado
"¡Me gustan las terrazas de Madrid¡". Esta es la campaña que hemos anunciado desde LA VIÑA - Hostelería Madrid ante la iniciativa de nueva Ordenanza de Terraza de Veladores del Ayuntamiento de Madrid. Es necesario hablar en positivo de las terrazas y de lo que aportan a la ciudad. Lo fácil es quedarse con la visión negativa, la que extrapolan la situación que se vive en algunas plazas concretas del centro a los 21 distritos de la capital, concluyendo que las terrazas son uno de los principales problemas de la capital. No se piensa en los siete millones de euros que aportan a las arcas municipales, ni los 11.900 empleos directos que crean las 4.800 terrazas madrileñas, ni la seguridad que aporta a nuestras calles, ni el servicio a los ciudadanos y turistas. Todo se resume en que las terrazas son un foco de contaminación acústica, la causa de los problemas de accesibilidad y hasta producen contaminación lumínica en las calles.
La realidad es que durante 2014 y 2015 las denuncias en medioambiente por ruido no excedieron de 50. Si una terraza molesta, el Ayuntamiento puede revocarla en cualquier momento. La actual ordenanza garantiza los espacios necesarios para la accesibilidad ciudadana; son concedidas por un técnico municipal totalmente independiente y las terrazas no pueden tener ningún tipo de televisión o iluminación.
¿De qué se trata entonces todo este debate sobre las terrazas? Se trata de un debate político sobre si la ocupación del dominio público para fines privados es lícita. Y ahí es donde está el Ayuntamiento de Madrid. Ahí es donde propone una consulta ciudadana en www.decide.madrid.es en la que en su exposición de motivos ya condiciona a los participantes de tal manera que tras leerla no te quedan ganas de opinar a favor de las terrazas. Sí señor, esta es la nueva política, la que lo consulta todo desde una posición sesgada.
Sin duda, hay cosas que mejorar en la normativa, pero no se ha hecho mal. Hemos ido mejorando, pasamos de tener todas las sillas y mesas de aluminio a diferente tipo de mobiliario para adaptarnos a nuestro cliente y avanzando nuevamente para tener servicios de calefacción y refrigeración en las terrazas. Quizás los toldos y construcciones ligeras tengan que tener una mayor homogeneidad. Por supuesto, no se debe permitir ninguna terraza que no disponga de sus permisos, pero de ahí a algunas de las iniciativas de DecideMadrid.es, que pretenden eliminar las terrazas, hay un trecho. ¿Nos imaginamos un Madrid sin terrazas? Espero que no, lo pagaríamos todos los ciudadanos porque Madrid sería diferente, un Madrid sin la personalidad que ahora tiene.
Juan José Blardony es director General de la Viña, Asociación Empresarial de Hostelería de la Comunidad de Madrid
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