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Una galería abre Madrid al arte latinoamericano

Solo es un espacio de exposición y creación que pretende sacar las obras fuera de sus muros

Rut de las Heras Bretín
Eva Albarrán y Christian Bourdais, en su espacio madrileño, galería Solo. Al fondo una fotografía de  Christian Boltanski.
Eva Albarrán y Christian Bourdais, en su espacio madrileño, galería Solo. Al fondo una fotografía de Christian Boltanski.KIKE PARA

El clima, la gente, la ciudad, su ambiente... innegables motivos para visitar Madrid. Si además se añade su patrimonio, museos, fundaciones, espacios expositivos y un momento burbujeante en lo que a creación se refiere, no hay duda: hay que instalarse en la ciudad. Eso pensaron Eva Albarrán y Christian Bourdais, que en tan solo tres meses han abierto la galería Solo en el barrio de Salamanca. Encontraron el espacio y no lo dudaron. "Vimos este local y era ahora o nunca", dice Albarrán. Había que abrir para Arco que es cuando artistas, galeristas y coleccionistas confluyen en Madrid. "Es el momento más internacional", apostilla Bourdais.

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El galerista asegura que "las noches fueron cortas", haciendo referencia a la cantidad de trabajo. A su favor jugaban su amplia trayectoria con su sala de París, su relación con los artistas y el apoyo y ánimo de estos, muchos de ellos fueron parte del impulso para que se asentaran en Madrid, sin olvidar que Albarrán nació aquí y que ambos ven esta ciudad como una puerta y un campo base. Puerta al y del arte latinoamericano y campo base de colecciones como la de Patrizia Sandretto y la Ella Fontanals-Cisneros que en los últimos meses han anunciado que se instalarán en Matadero y Tabacalera respectivamente. "No es que hayamos realizado un estudio de mercado, pero llevamos tantos años que confiamos en el pálpito y en nuestra experiencia", afirma la madrileña, que asegura que el panorama artístico bulle y que eso se ve mejor desde fuera que desde dentro. Ellos también quieren tener su centro de operaciones, es decir, más que una galería, una pero entendida a la manera actual, no solo como lugar de exposición, también de producción, de extender los proyectos hacia fuera.

La idea de quedarse dentro de las cuatro paredes que albergan las tres plantas más la terraza de la galería ya está obsoleta. No por ello han descuidado los 200 metros cuadrados que han sido trabajados en cada centímetro para gana todo el espacio posible y así la amplitud de cada planta da la opción de mostrar obras de considerable tamaño como la fotografía de una bailarina, obra de Christian Boltanski, que está situada en la planta baja. La arquitectura desaparece para dar todo el protagonismo al arte, del cubo blanco surgen las piezas. Esta imagen está entre la aparición y la desaparición, por la técnica que el artista francés ha usado, es una fotografía sobre velo, lo que le da un aspecto volátil y etéreo, como la memoria, uno de los elementos que caracterizan la obra de Boltanski. Los galeristas la llevaban viendo en el estudio del artista dos años y este ha sido el momento de exponerla. La muestra que abre el espacio no está formada por obra de nueva creación, en tan poco tiempo no da tiempo, pero el trato que mantienen con sus artistas ha hecho que reúnan un conjunto de obras importantes con el que celebrar esa inauguración en la que estuvieron muchos de ellos. "Era la manera de empezar esta aventura juntos", se complace Bourdais. Otra de las piezas de Boltanski que se expone es precisamente una instalación con la palabra "Départ" (salida en francés): su declaración de intenciones. Un viaje de ida, que irá dando muchas vueltas, la primera una performance-concierto de Dominique Gonzalez-Foerster, que todavía no tiene fecha fija, pero del que ya hay un teaser en la galería. No uno al uso, es una instalación con letras de neón en el que la artista, que expuso en el Palacio de Cristal en 2014, avanza sobre lo que está trabajando.

Segunda planta de la galería Solo.
Segunda planta de la galería Solo.Kike Para

Otro de los artistas que señalan es Iván Argote, un colombiano que vive en París y que es su ejemplo de la importancia que tanto Albarrán como Bourdais dan a la conexión latinoamericana. Están convencidos de la importancia que ya tiene el arte de esta región en el panorama mundial y que va a seguir creciendo.

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El camino ya lo han empezado: la pareja de galeristas estará entre su espacio parisiense, el madrileño y Solo House, el conjunto de viviendas de la comarca turolense de Matarraña, un proyecto que seguirán ampliando de edificios diseñados por arquitectos internacionales donde desarrollan su arte. En estos lugares y más allá de sus muros preparan ya exposiciones y proyectos artísticos como si de una galería expandida se tratara.

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