El Mercat Central y su entorno tendrán una nueva plaza renovada y sostenible

El proyecto Confluència, presentado por la UTE Quintana-Peñín, el equipo de arquitectos valencianos conformado por Elisabet Quintana y Blanca Peñín, ha ganado el concurso de ideas para la regeneración urbana del entorno de la plaza Ciudad de Brujas, el Mercado Central y La Lonja de Valencia.

Tres proyectos arquitectónicos competían por el diseño urbanístico de un espacio emblemático en la capital que forman el Mercat Central, la Iglesia de los Santos Juanes y la Lonja de la Seda. La reurbanización del área, pendiente desde hace una década por la paralización de las obras del metro de un gran aparcamiento, costará en torno a los cuatro millones de euros.

El equipo Quintana-Peñín será el adjudicatario tanto de la redacción del proyecto, que contará con un presupuesto de 246.00 euros, como de la dirección de la obra, ha anunciado la titular de Obras Públicas, María José Salvador.

Salvador ha detallado que "en unos 15 días aproximadamente se formalizará el contrato administrativo" y que al finales de marzo podría estar adjudicada al equipo ganador la redacción del proyecto, que tendrá una plazo de tres meses.

Salvador -que ha destacado que la supervisión del proyecto la llevarán a cabo la Generalitat y el Ayuntamiento "para acortar plazos" y solventar todas las cuestiones que puedan surgir- ha señalado que "siendo optimista" y "si todo va bien" en el primer trimestre de 2019 "se podría plantear el inicio de las obras".

Según la comisión evaluadora, Confluència ha sido elegida por "la acertada propuesta por la puesta en valor y la mejora de la percepción y la integración de los monumentos existentes en el entorno que se va a regenerar". También ha valorado la calidad en la definición del espacio público y paisaje urbano y la articulación entre espacios sin desvirtuar el carácter unitario, así como la integración de los elementos verdes, la accesibilidad y la sostenibilidad.

Confluència propone un entorno inspirado en el agua y pone el énfasis en la topografía, recuperando la escala de la antigua plaza de acceso a Sant Joan del Mercat y reconvirtiendo las covetes, ahora cerradas y abandonadas, en espacios de interpretación del lugar.