El histórico grupo de librerías Bestiari entra en liquidación
La crisis comporta el cierre de las tiendas que la cooperativa gestionaba en el Born y el Museu de Història de Catalunya
Son tiempos difíciles para el pequeño comercio y las librerías no son ajenas a ello. Se trata, pues, de aligerar estructuras y costes. Y así puede leerse la decisión de la histórica cooperativa Bestiari, grupo de librerías independientes nacido en 1976 y que actualmente agrupa a 18 tiendas de diferentes comarcas de Cataluña y Andorra, que ha entrado en proceso de liquidación, según confirmó ayer un portavoz a este diario. La consecuencia inmediata de ello es que las dos tiendas que la cooperativa gestionaba directamente, ubicadas en el Born Centre de Cultura i Memòria y en el Museu d’Història de Catalunya (las únicas que el grupo tenía en Barcelona), cerraron el pasado domingo y anteayer, respectivamente. En ambos casos, la cooperativa habría renunciado a las concesiones, que no habrían expirado todavía.
“El modelo es positivo, pero el entorno de este sector está cambiando y con ello muestras necesidades; es una pérdida para el grupo de pequeñas librerías independientes, que tendremos que buscar otras fórmulas para defendernos”, se limitó a manifestar ayer Enric Pallarés, de Racó del Llibre Jove, de Rubí, y presidente de turno de la cooperativa.
“Estamos en manos de los grandes grupos”
La crisis del Grup Bestiari pone tácitamente en cuestión la viabilidad de lo que parecía la panacea para las pequeñas librerías independientes: unirse para compartir costes e incrementar el volumen de compra y así presionar a editoriales y distribuidores para obtener más descuentos, amén de optar a concursos para gestionar librerías de centros públicos; sólo así parece que tienen opción de competir con las cadenas de librerías o grandes almacenes. “Este es ya un mercado cautivo y la concentración de los grupos editoriales es cada vez mayor, lo que deja a los detallistas en sus manos”, lamenta Enric Pallarés, de Bestiari. La presidenta del Gremi de Llibreters de Catalunya, Maria Carme Ferrer, matiza. “Ese modelo de centrales de compra no está agotado: se ve en el resto de España y mi librería [Troa Empúries, de Girona] y otras dos compartimos servicios e iniciativas... Lo que sí debemos hacer es ir transformándonos en centros culturales y reforzar nuestro papel prescriptor”.
La decisión dejará, al menos, a media docena de libreros sin trabajo, tres de los cuales de la tienda del Born CCM, abierta poco después de la apertura del complejo cultural en septiembre de 2013 y que contaba con un fondo de 4.000 libros. Otros tantos trabajadores, como mínimo, son los afectados por el cierre de la tienda del Museu d’Història de Catalunya, inaugurada en 2011 y especializada en libros de Historia y, dado su emplazamiento en el Palau de Mar del Port Vell, objetos de regalo. A todos ellos se añadiría el personal de la parte administrativa de la cooperativa.
En cualquier caso, según fuentes del sector, la liquidación de Bestiari (nacida con el objetivo de servir a las librerías del grupo, intercambiar experiencias de gestión y mejorar el rendimiento actuando como central de compra colectiva para lograr descuentos de los proveedores editoriales) no debería comportar el cierre de tienda alguna del grupo, donde hay carismáticas librerías como La Gralla, de Granollers; La Capona, de Tarragona; La Mulassa, de Vilanova i la Geltrú, o la Dalmases, de Mollerussa, entre otras.
Si bien el fuerte enraizamiento de estas librerías en sus territorios es lo que permite precisamente su supervivencia, el descenso de ventas y facturación detectado desde octubre del pasado año (ligado a los acontecimientos sociopolíticos que afectaron también al sector en el último trimestre, frenando un crecimiento que se mantuvo en 2017 hasta septiembre) habrían influido en la decisión.
Fagocitar el margen
Si a ello se añade el tamaño pequeño de los negocios de los hoy componentes de la cooperativa (que en otros tiempos tuvo algunos miembros de mayor musculatura empresarial) la suma de factores económicos podría explicar ahora, según fuentes del sector librero consultados por este diario, el colapso de un modelo en el que la estructura cooperativa sería ahora quizá demasiado grande para la situación actual, por lo que estaría fagocitando el poco margen obtenido en tiempos de facturación débil.
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