El sector crítico de Ahora Madrid se congrega para marcar sus exigencias a la coalición

El sector crítico de Ahora Madrid ha escenificado este sábado su unidad de cara a las próximas elecciones municipales de 2019. Esta primera gran reunión, en la que participaron 300 simpatizantes, ha servido para presentar las "líneas rojas" de este grupo formado por siete concejales díscolos del gobierno de Manuela Carmena. Quieren que la coalición, que gobierna en minoría, celebre primarias para la formación de las listas de 2019. Y advierten de que no están dispuestos a aprobar presupuestos con recortes ni a respaldar la Operación Chamartín. La reunión de este sábado cristaliza una disidencia interna que por primera vez se ha presentado en público.

Forman parte de este colectivo siete concejales de Ahora Madrid, pertenecientes a IU y grupos municipalistas, además de miembros del sector anticapitalista de Podemos. Se trata de los ediles Pablo Carmona, Rommy Arce, Carlos Sánchez Mato, Montserrat Galcerán, Yolanda Rodríguez, Mauricio Valiente y Guillermo Zapata, y de Raúl Camargo, Isabel Serra, Jacinto Morano, Lorena Ruiz-Huerta y el diputado David Carracedo (Podemos), además de la coportavoz de IU Sol Sánchez.

En opinión de estos dirigentes, el gobierno de Carmena no ha cumplido con todas sus expectativas. Y si bien en el pasado diciembre denunciaron los métodos con los que la alcaldesa dirigía su gobierno, este sábado los ediles críticos han ido más allá. Han detallado su propuesta y han presumido de un apoyo de las bases de la coalición.

Piden "más democracia", "estructuras más amplias, democráticas y vinculadas a los movimientos", y "primarias proporcionales" que eviten "personalismos y jerarquías". En definitiva, que la candidatura electoral de 2019 de Ahora Madrid se elabore atendiendo a todas las sensibilidades internas y no a la voluntad de Carmena y Pablo Iglesias.

Uno de los puntos clave atañe a la cuestión organizativa. Quieren que Ahora Madrid sea una "candidatura abierta a las demandas de los movimientos sociales", pero también que haya "censos y plenarios periódicos, rendición de cuentas y cumplimiento de programa, mecanismos de revocación y control de donaciones". Esto significa, de facto, acercarse a un modelo de partido, con asamblea interna y militantes, pero que Podemos rechaza tajantemente, ya que no quiere diluir su marca en una organización con vida propia.

En cuanto al próximo futuro del gobierno municipal, los siete ediles críticos alertan de que no apoyarán unos nuevos presupuestos con recortes (están previstos al menos 240 millones, pero podrían ser más). Asimismo, quieren que el gobierno no apruebe el proyecto de desarrollo de la Castellana que Carmena firmó con Fomento y los promotores privados, pero que falta cerrar.

Al cierre del encuentro de este sábado, las bases y los dirigentes han acordado organizar "un encuentro a nivel regional de candidaturas de unidad popular". El objetivo de este encuentro será "pensar una agenda social para la región y una confluencia autonómica para 2019 inspirada en los principios del municipalismo democrático". Ante esta iniciativa, el equilibrio interno del gobierno municipal parece más frágil, a la espera de que Carmena aclare su decisión sobre el próximo futuro, la verdadera incógnita de esa etapa.