Los tripulantes del C-Star vuelven a casa tras cuatro meses en el Puerto de Barcelona
El barco, que fue contratado por la organización xenófoba Defend Europe, estaba abandonado por su armador
Los seis marineros del barco C-Star han vuelto a casa, según ha informado este lunes el Puerto de Barcelona, después de que la nave haya sido vendida y la tripulación haya cobrado su salario. El C-Star, de 40 metros de eslora, construido en 1975 y con bandera de Mongolia, llevaba más de cuatro meses atracado en Barcelona en situación de abandono por parte de su armador, de nacionalidad inglesa. Del armador dependían los tripulantes, originarios de Sri Lanka, que esperaban regresar a su país.
La situación de abandono del C-Star se debe al uso que le daba una organización ultraderechista. La entrada de la embarcación estuvo prohibida en los puertos europeos, ya que el barco había sido contratado por Defend Europe, una organización afiliada a la ultraderechista Generation Identitaire, que se ha dedicado, en los últimos meses, a boicotear las acciones de los barcos de las ONG que rescatan a inmigrantes en las costas de Libia.
Los integrantes de Defend Europe desembarcaron finalmente del C-Star en agosto, en Malta. Desde entonces, el barco y su tripulación, formada por seis marineros, quedaron abandonados con la entrada prohibida en todos los puertos.
Aunque también tenía vetada la entrada a Barcelona, la Capitanía Marítima autorizó al barco, el pasado mes de octubre, a amarrar en el puerto de Barcelona por "razones humanitarias y de seguridad del tráfico marítimo", según un comunicado de Puerto de Barcelona. La tripulación había consumido sus recursos de combustible y de provisiones tras más de un mes en el que el barco estuvo fondeado a cinco millas del puerto. "El abandono de barcos con su tripulación a bordo es un problema que deben afrontar todos los puertos del mundo", defiende la institución barcelonesa.
Puerto de Barcelona ha explicado que, una vez amarrado el barco, el armador aseguró su intención de venderlo, pero que no envió ningún recurso para el mantenimiento de la embarcación ni para la supervivencia de la tripulación. En un primer momento, la Cruz Roja y Cáritas proporcionaron alimentos a los marineros, una tarea que después asumió el Comité de Bienestar del Puerto de Barcelona y el Centro Stella Maris del Apostolado del Mar de Barcelona. Finalmente, el pasado 23 de enero, el armador confirmó la venta del barco y pagó el salario a sus tripulantes, con el que han podido volver a casa.
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