Carla Simón y su ‘Estiu 1993’ conquistan los Gaudí
La ópera prima de la directora es reconocida como mejor película, dirección, guión y montaje. 'Incerta glòria' recoge ocho estatuillas y 'Tierra Firme' en lengua no catalana
Carla Simón y su Estiu 1993 ha conquistado al jurado de los Gaudí: mejor película, mejor dirección, mejor guión, mejor montaje y también el Gaudí a la mejor actriz secundaria para Bruna Cusí por su papel en la película que explica la historia personal de Carla Simón. Una experiencia dura —quedarse huérfana a los seis años tras la muerte, primero del padre y luego de la madre, cambiar de entorno y afrontar una nueva familia —, sensible y emotiva con la que Simón trabó su ópera prima que suma ahora más premios a los que ya ha cosechado en los festivales de Berlín, Málaga y los premios Feroz. Y que llega la semana próxima a los premios Goya con 8 nominaciones en cartera.
Estiu 1993, que partió con 14 nominaciones, era una de las favoritas en la décima edición de los Gaudí pero en la carrera había otras competidoras de peso como Incerta glòria, de Agustí Villaronga, que ha sido reconocida con 8 estatuillas gaudinianas, entre ellas la de mejor actriz para Núria Prims, que da vida a la inquietante Carlana en la cinta, y el mejor actor secundario para Oriol Pla. El resto de los Gaudís que han premiado la historia sobre la sinrazón y la miseria de la Guerra Civil, basada en el libro del mismo título de Joan Sales, han reconocido el trabajo de buena parte del equipo que realizó la película como dirección de producción, fotografía, vestuario y sonido, entre otros.
Simón ha ganado la baza en la categoría de mejor dirección a Isabel Coixet con La Librería, a Villaronga (Incerta glòria) y Carlos Marques-Marcet con Tierra Firme. La película de Coixet, que partía como una de las favoritas con 12 nominaciones, finalmente obtuvo dos: mejor dirección artística y mejor música original. La librería era, de hecho, una de las claras favoritas al Gaudí a la mejor película en lengua no catalana, estatuilla que se llevó Tierra firme, de Carlos Marques-Marcet, que hace dos años se impuso en los galardones de la Academia del Cine Catalán con sus 10.000 kilómetros.
“Somos una nación”
El presentador de la gala de esta edición, David Verdaguer, fue reconocido con el Gaudí a mejor actor masculino por su papel en Tierra Firme. Unos premios que han tenido una importante —y no habitual— presencia de mujeres que después de alcanzar la paridad en las nominaciones, lo volvieron a conseguir con las estatuillas: 11 de 22. La actriz Mercè Sampietro recogió el Gaudí de Honor. Y por primera vez, para celebrar el décimo aniversario, se introdujo el premio del público que reconoció a la película La llamada, de Javier Ambrossi y Javier Calvo.
La gala se celebró en el auditorio del Fórum con unas 2.000 personas en platea. Grandes lazos amarillos ocupaban las localidad es reservadas para el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont —que apareció en la pantalla al inicio de la gala en un cameo bromeando con el presentador—, el vicepresidente Oriol Junqueras, y el consejero de Cultura, Lluís Puig. Un vacío que fue saludado con un largo aplauso por el público. El recuerdo a los que no estaban y la protesta quedó clara en algunas de las intervenciones de los que recogieron los premios. Una de las más contundentes fue la de la actriz Montserrat Carulla: “somos una nación y exigimos la libertad de los presos y el regreso de los exiliados”. También fue rotunda la presidenta de la Academia, Isona Passola: “es la primera vez que el presidente de la Generalitat no está en la gala de los Gaudí. No creo que la gente del cine comparta lo que está pasando. Que vuelvan a casa, que salgan de la cárcel y que vuelvan del exilio”.
Passola, muy preocupada por el futuro del cine catalán, que se ve amenazado por la anulación de la tasa de las operadores dictada por el Constitucional —una de las fuentes de ingresos para la industria cinematográfica— y el recorte de TV3 a la producción y coproducción a consecuencia de la multa por el IVA, exigió medidas urgentes: “ésta podría ser la última gala del cine catalán”.
Reivindicación, elegancia y ausencia del expresident
La alfombra roja fue testigo del glamour que suele rodear toda gala de cine. Ellos con impecables smokings y ellas con elegantes vestidos, incluidas algunas transparencias, desfilaron ante las cámaras en la entrada del auditorio del Fòrum. Destacó con un brillante vestido blanco Anna Castillo, que optaba a mejor actriz secundaria por La Llamada. Lo hizo flanqueada por "los Javis", los directores de la película que asistían por primera vez a los Gaudí. "Nuestra película trata sobre mujeres, es un musical y millenial. Lo tiene todo!", exclamaba Javier Ambrossi.
La reivindicación de la mujer en el cine se hizo notar ya desde el minuto cero. Una veintena de artistas, entre ellas Isabel Coixet, Aina Clotet o Nausica Bonín se congratularon de que este año los Gaudí sean más paritarios y que más de un 40% de las participantes hayan sido mujeres. Un cartel lo resumía en una frase: "Las mujeres estamos aquí”.
La directora Carla Simó no había preparado ningún discurso: "Soy muy supersticiosa", explicó. Sí lo hizo su compañera en la cinta, Bruna Cusí, que se preparó dos discursos, por su condición de doble nominada a mejor actriz secundaria en Incerta glòria y en Estiu 1993. Una pequeña Laia Artigas, (nominada a mejor papel femenino en la misma película) revoloteaba divertida: "No me pienso dormir", exclamaba.
Los lazos amarillos en algunos vestidos evidenciaban la protesta por los políticos encarcelados por el proceso independentista y reflejaban la ausencia, por primera vez, del president de la Generalitat en los diez años de los premios Gaudí.
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