Condenado a 66 años el ‘violador del Eixample’ por cuatro agresiones
El procesado abordaba en la calle o en el portal de su casa a las víctimas y las amenazaba con objetos punzantes
La Audiencia de Barcelona ha condenado a 66 años y medio de prisión a Francisco Javier Corbacho por agredir sexualmente a cuatro mujeres, a las que además robó. El condenado, de 40 años, abordó a las víctimas, de entre 18 y 29 años, de madrugada, cuando llegaban solas al portal de su casa, en el barrio barcelonés del Eixample. Las amenazó con un objeto punzante. En todos los casos se halló ADN del condenado. Corbacho cometió tres de las agresiones en el tiempo en que tenía suspendido el ingreso en prisión por una sentencia anterior de abusos sexuales.
La sentencia recalca que el ADN hallado “en los distintos lugares de los hechos así como en la ropa y en algunas partes corporales de las testigos” supone una “prueba incontestable de su autoría”. Además, ninguna de las víctimas se conoce entre sí y “sin embargo sus versiones son análogas describiendo lo que es un modus operandi”. Por ello, considera que “sin ningún género de duda” el condenado “agredió sexualmente” a las cuatro mujeres.
La primera víctima tenía 19 años cuando a las seis de la madrugada del 25 de septiembre de 2004 no encontró un taxi para regresar a su casa. Así que fue andando. “Cuando entró en la portería, Francisco Javier Corbacho accedió detrás de ella y la cogió por el cuello, diciéndole que no chillara”. La joven comenzó a gritar y el condenado “esgrimió un objeto punzante”, con el que amenazó con “rajarla”. Tras obligarla a realizarle una felación, abandonó el portal, diciéndole: “Ahí te quedas puta”. Entonces la policía recogió ADN, pero no tenían ninguna persona reseñada. No fue hasta que los Mossos incluyeron las muestras del ahora condenado por otras agresiones cuando saltó la coincidencia y se pudo resolver el ataque sexual.
La siguiente víctima tenía 29 años cuando regresaba sola a su casa el 12 octubre de 2015. “Cuando estaba abriendo la puerta del portal, Francisco Javier Corbacho se acercó a ella, sacó una navaja o un cuchillo y le dijo que continuara abriendo la puerta”. La “arrinconó” y la obligó a practicarle una felación, con el cuchillo en la cara. Además, le robó el dinero que llevaba.
La tercera víctima tenía también 29 años cuando el 21 de enero de 2016 volvía a su casa tras celebrar su cumpleaños. “Entró en el portal y cuando ya se disponía a acceder al ascensor, Francisco Javier Corbacho la empujó metiéndola en el ascensor”. Le enseñó un cuchillo, “mientras bloqueaba” la puerta. Le robó los 50 céntimos que tenía. Le puso el cuchillo en el ojo y le dijo que se “callara la boca” o que se lo clavaría. Como al resto de mujeres, le obligó a practicarle una felación. La joven se quedó en “el suelo en posición fetal” pensando que al irse “le iba a clavar en la espalda el cuchillo”.
La cuarta víctima tenía 18 años. El 31 de enero de 2016, a las seis de la mañana, “entró en el portal coincidiendo con Francisco Javier Corbacho, a quien saludó porque creía que era un vecino”. Mientras esperaban el ascensor, ella se percató de que “no le conocía”. Él “sacó un destornillador y le pidió dinero”. Le robó 10 euros. Le puso el destornillador en la barriga y la violó.
El condenado o bien negó las agresiones sexuales o, en el caso de admitirla, aseguró que la relación había sido voluntaria. La Audiencia razona en todos los casos que, de haber sido consentido, ninguna de las mujeres hubiesen acudido inmediatamente a la policía ni padecerían ahora secuelas psicológicas. En uno de los casos, detalla el “impacto” del testimonio de la mujer. “Vimos, oímos y sentimos a la testigo”, subraya. “Estaba muy afectada y narró con mucho dolor cómo su vida ha cambiado, explicando que ya no sale de noche, que no tiene casi relaciones sociales, que no se fía, que hasta tuvo que cambiar de casa, que no puede estar con mucha gente porque cree que la van a tocar”.
Cuando fue detenido, “al parecer iba a cometer otra” agresión sexual. Perseguía a “altas horas de la noche” a una chica que camina sola y accedió al portal en el que acababa de entrar ella con unas tijeras en la mano.
Fallos en la protección de otra víctima
Una posible quinta agresión sexual de Francisco Javier Corbacho ha quedado impune. La mujer denunció el 17 de octubre de 2015. El ADN encontrado es de Corbacho. La mujer advirtió que era de EE UU y que regresaba el 19 de diciembre de 2015. “El juzgado que recibe la denuncia el 26 de octubre de 2015 no hace nada, ni la llama para recibirle declaración, ni preconstituye la prueba, ni nadie se lo pide”. La Fiscalía pidió la declaración para el 2 de mayo de 2016. El juzgado la acordó para el 20 de junio. “Ni siquiera se le pidió que facilitara una dirección en Estados Unidos”. La Audiencia exculpa al juzgado por la carga de trabajo, pero concluye: “Hemos desprotegido a una posible víctima de un delito de agresión sexual”.
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