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ERC aguarda a que el recurso del Gobierno desactive a Puigdemont

Los republicanos no harán nada para impedir la investidura pero aguardan un nuevo escenario

El presidente del Parlament, Roger Torrent, antes de la reunión de la mesa de la Cámara
El presidente del Parlament, Roger Torrent, antes de la reunión de la mesa de la CámaraMASSIMILIANO MINOCRI

Esquerra reclamó “realismo” a Carles Puigdemont hace unos días, ante lo que considera una investidura inviable por estar huido de la justicia, pero aguarda a que sea la actuación judicial promovida por el Gobierno del PP la que desactive ese escenario. Los republicanos no tienen ningún acuerdo con Mariano Rajoy y no harán nada para dificultar la votación de Puigdemont, pero no desaprovecharán la ocasión cuando se abra la posibilidad de otro nombre

A la espera de que la candidatura de Puigdemont se demuestre inviable, el nuevo presidente del Parlament, Roger Torrent, sigue con su tono conciliador y no alimenta las aspiraciones de Junts per Catalunya para una investidura telemática. “No entraré en casuísticas ni posibilidades. Le corresponde valorarlo a la Mesa del Parlament y no hablaré de situaciones hipotéticas”, dijo este jueves en Rac1 cuando se le recordó que los letrados de la Cámara catalana han emitido un informe muy claro en contra de esa posibilidad.

“Los mecanismos y los procesos son los que son”, añadió lacónico Torrent. El magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena ya ha sugerido que los fugados no podrían votar en la investidura. La aritmética parlamentaria impide la elección de Puigdemont, ni siquiera en segunda vuelta, si esos cinco diputados no participan en la votación, porque en ese caso el bloque independentista se quedaría en 65 votos, empatado con los 65 votos que suman Ciudadanos, PSC, PP y Catalunya en Comú-Podem.

Las declaraciones de Torrent se enmarcan en su nuevo cargo de presidente del Parlament, muy distintas en el tono al que usaba cuando era adjunto al portavoz de Junts pel Sí en la pasada legislatura. Desde las filas republicanas se guarda silencio desde hace días, solo roto para matizar el anuncio de Junts per Catalunya de un pacto con ERC para la investidura de Puigdemont.

El partido de Oriol Junqueras fue el único que no ofreció una rueda de prensa, al acabar la sesión de constitución del Parlament el pasado miércoles, para valorar los discursos de dos de sus diputados: Roger Torrent y el presidente de la Mesa de Edad, Ernest Maragall (el segundo, muy duro con el Gobierno en lo que tenía que ser una intervención de trámite). ERC, sin embargo, tendrá que posicionarse hoy en público al finalizar la ronda de contactos de Torrent para sondear un candidato a la investidura.

Junts per Catalunya reclama al presidente de la Cámara que acuda a Bruselas a entrevistarse también con Puigdemont para conocer sus intenciones, pero Torrent echó pelotas fuera sobre si realizaría ese viaje. “No entraré en esas hipótesis”, dijo.

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Los republicanos aseguran que las negociaciones con Junts per Catalunya siguen encarriladas e insisten en que Puigdemont es su candidato, aunque siguen sin aclarar qué método se empleará para facilitar la investidura.

El expresident y los dos diputados de Junts per Catalunya huidos en Bruselas —Clara Ponsatí y Lluís Puig— reclamaron ayer que se les permita delegar el voto en la sesión de investidura, aunque no lo hicieron el miércoles para la constitución del Parlament. Fuentes de ERC defienden la discreción del partido para no entrar en polémica con las ambiciones de Puigdemont, al que hace unos días reclamaron “realismo”. El estado anímico de los republicanos no pasa por el mejor momento desde el 21-D, cuando, en contra de las encuestas, no lograron ser el partido mayoritario del independentismo.

Los comunes y el PSC

ERC logró solo dos diputados menos que Junts per Catalunya (32 frente a 34), pero nunca habían tenido la victoria electoral tan cerca en unos comicios catalanes. A todo eso se suma los 78 días que su líder, Oriol Junqueras, lleva ya en prisión preventiva, sin visos de que se vaya a modificar esa situación. Ayer volvió a reclamar al juez Llarena que le permita salir en libertad para acudir a la sesión de investidura.

Mientras, el PSC y Catalunya en Comú-Podem reiteraron ayer lo que vienen diciendo desde hace meses: que no votarán la investidura de Puigdemont. “No creemos que haya que nombrar a personas que no puedan ejercer sus responsabilidades”, dijo el líder socialista, Miquel Iceta.

“Más allá de lo que diga el reglamento del Parlament, Puigdemont no es una propuesta viable de investidura y todos lo sabemos”, insistió Xavier Domènech. “La Generalitat se gobierna desde Cataluña, no desde Bruselas”, dijo el líder de los comunes, quien recordó también su compromiso electoral de no votar para la Generalitat a un candidato independentista si Junts per Catalunya forma parte del acuerdo.

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