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La Sagrada Familia se blinda ante el terrorismo

El templo estrena un nuevo sistema de seguridad que obliga a todos los visitantes a atravesar un escáner

Alfonso L. Congostrina

La Basílica de la Sagrada Familia de Barcelona se ha blindado totalmente a cualquier tipo de ataque y desde el 1 de enero revisa las pertenencias de visitantes y trabajadores gracias a escáneres de seguridad. Además, el equipo de seguridad obliga a todas las personas a traspasar arcos detectores de metales.

Cualquier visitante que acceda el recinto deberá atravesar, al menos, uno de los 10 escáneres colocados en los diferentes accesos. Una inversión de dos millones de euros que ha costeado la Fundación Junta Constructora del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia.

Tras la comisión de los atentados de La Rambla y Cambrils del pasado agosto, los investigadores concluyeron que la Sagrada Familia era uno de los objetivos terroristas. Pese a esa constatación, el presidente de la fundación, Xavier Martínez, mantiene que el diseño del nuevo sistema de seguridad lleva más de un año trabajándose. “La seguridad es un principio básico de nuestra fundación. Hace un año que empezamos a elaborar un plan básico de seguridad gracias a la ayuda de los Mossos d’Esquadra”, anunciaba esta mañana Martínez. El director ejemplifica la seguridad con la de un aeropuerto. “Es el mismo sistema”, afirma. Con esta infraestructura la Junta Constructora da por finalizadas las intervenciones en los accesos.

Marc Martínez, el jefe de seguridad del recinto, constata que el templo recibe 1.500 visitas diarias que son “perfectamente asumibles por los controles de seguridad”. “Hasta ahora revisábamos una a una las mochilas de las personas que accedían al templo. Ahora gracias a los escáneres este trabajo se realizará mucho más rápido. Además, en el caso de que haya una celebración y entren 3.000 o 4.000 personas en pocos minutos, el sistema tiene capacidad para absorber este flujo de visitantes”, destaca.

Este sistema de seguridad ha implicado la contratación de una docena de efectivos más de vigilancia. En total, más de 40 personas se encargan a diario de la vigilancia privada de la basílica. Desde hace semanas los accesos al templo tanto en la calle Marina como en la calle Sardenya permanecen cortados al tráfico y con diferentes barreras a modo de bolardo para impedir ataques de carácter terrorista. Unas barreras colocadas por el Ayuntamiento después de que el pasado noviembre lo decidiera el grupo técnico, que se originó tras los atentados de agosto, integrado por todos los cuerpos de seguridad.

El jefe de seguridad de la Sagrada Familia asegura que en las revisiones de mochilas de visitantes han encontrado instrumentos de todo tipo: “Cuchillos, espráis de defensa e incluso pistolas eléctricas". Martínez concluye que el referente de seguridad en el que intentan reflejarse es claro: "El Vaticano”.

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