Iceta sube un escaño pero se queda lejos de las expectativas creadas
Los socialistas catalanes estaban convencidos de que su alternativa al inmovilismo y el independentismo obtendría mayor respaldo
El PSC aguantó este jueves el vendaval del efecto Arrimadas en Cataluña, pero los 17 diputados conseguidos, solo uno más que en 2015, quedan muy lejos de las expectativas que levantó la candidatura de Miquel Iceta. Los socialistas catalanes estaban convencidos de que su alternativa al inmovilismo y el independentismo obtendría mayor respaldo, pero, una vez más, esa posición intermedia no ha sido respaldada masivamente.
Las caras largas que anoche mostraban los dirigentes del PSC en la sede del partido reflejaban la frustración del resultado electoral, que agranda aún más la distancia entre Ciudadanos y los socialistas en el Parlament. Hasta este jueves eran nueve diputados (25 frente a 16) y ahora son 20 (37 frente a 17). “No son los resultados que perseguíamos ni los que queríamos”, admitió sin reparos Miquel Iceta en su comparecencia ante la prensa con cara seria.
Aseguró que era la primera vez desde 1999 que el PSC aumentaba su resultado en unas elecciones autonómicas y que habían logrado 50.000 votos más que hace dos años, aunque obvió que la participación de este jueves fue superior a la de 2015 y que el PSC apenas sube un punto en votos recibidos. Otros dirigentes del PSC recordaban el descalabro electoral que había sufrido el PP y los comunes como una forma de consuelo a su resultado.
Iceta insistió, no obstante, en la autocrítica. “No hemos conseguido una mayoría alternativa al bloque independentista ni nos hemos situado en el centro de esa alternativa”, aseguró, antes de felicitar a Inés Arrimadas y a Ciudadanos por la victoria electoral en votos y escaños.
Con todo, el líder socialista recordó que aunque el independentismo ganó las elecciones en escaños, pero no en votos, está “habilitado” para investir un presidente y formar un Govern “que deben actuar en el marco de la legalidad de la Constitución y el Estatut”. Por ello reclamó del secesionismo que “descarte de manera rotunda la vía unilateral e ilegal que tanto ha perjudicado a las instituciones” y se ratificó en que Cataluña necesita mejorar su autogobierno y la financiación, el mensaje que ha transmitido durante toda la campaña.
En ese sentido, Iceta se puso “a disposición” del resto de fuerzas políticas para “impulsar la puesta en marcha del Parlament y el necesario diálogo político” y que la estabilidad vuelva a las instituciones. De su mensaje se desprende que el PSC descarta sumarse a cualquier frente antiindependentista que antes y durante la campaña electoral le reclamaron Ciudadanos y PP, por lo que es de prever que los diputados socialistas tampoco votarían la candidatura de Inés Arrimadas a la presidencia de la Generalitat si fracasara la alternativa secesionista por la ausencia de ocho diputados electos que están en la cárcel o huidos en Bruselas.
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Iceta vendió en campaña el mensaje de que el PSC no formaba parte de lo que el independentismo llamó “el bloque del 155”, en el que Ciudadanos y el PP se sintieron muy cómodos para alimentar su discurso político. La polarización de la campaña entre secesionistas y defensores de la unidad de España ha perjudicado de nuevo al PSC a la hora de hacer valer su propuesta, aunque anoche Iceta se ratificó en que es la única posible. “Diálogo, negociación y pacto”, son las palabras que repite desde hace meses como un mantra.
Más participación
Como ya sucedió hace dos años, el aumento de la participación en toda Cataluña y especialmente en las ciudades del cinturón metropolitano de Barcelona, el granero de votos que aún conserva el PSC en las municipales, ha vuelto a beneficiar a Ciudadanos. El resultado de este jueves detiene la hemorragia electoral que venía sufriendo el PSC desde que firmó el primer tripartito tras las elecciones de 2003, pero es su segundo peor resultado electoral en unas autonómicas desde que hay democracia, después del cosechado en 2015.
Los socialistas catalanes tocaron fondo en 2015, cuando lograron su peor resultado, con 16 diputados. El candidato también fue Miquel Iceta, pero el partido salía entonces de la peor crisis política que ha vivido desde su fundación a causa del proceso soberanista. En estos poco más de dos años, los socialistas han vivido montados en una interminable montaña rusa que parece ya calmada y que, por lo menos, no vuelve a agitar el resultado de este jueves, aunque ni siquiera alcance los 20 diputados de 2012, cuando el partido apostó por la consulta legal y acordada. Entonces el candidato era Pere Navarro, que dimitió en junio de 2014, apenas dos años y medio después de llegar a la cúspide del partido.
Pin con la ‘senyera’ y olor a ‘president’
Durante toda la campaña Miquel Iceta sustituyó la insignia roja que siempre lucía en la americana por otra de la senyera, parecida a la del presidente de la Generalitat y los consejeros. El candidato del PSC pretendía así realzar el mensaje personalista e institucional que ha transmitido durante estos días, con las letras del partido poco visibles y el lema Iceta president! siempre presente en todos los escenarios. Pasadas las elecciones, explicó ayer a EL PAÍS que "probablemente" se quede para siempre con el pin de la senyera.
Tampoco ha faltado la corbata en todos los actos, que renovaba a diario, igual que la camisa. “Huele a president”, espetó él mismo en un acto, emulando la frase que en su día le dijo el peluquero que acudía a casa de Artur Mas.
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