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CLÁSICA

Con nocturnidad y alevosía

El barítono Leo Nucci vuelve a Madrid para recordarnos que sigue en plena forma con un recital íntimo de salón de palacio

El barítono italiano Leo Nucci y la soprano rusa Olga Peretyatko tras protagonizar un bis en el estreno de Rigoletto en 2015 en el Teatro Real de Madrid.
El barítono italiano Leo Nucci y la soprano rusa Olga Peretyatko tras protagonizar un bis en el estreno de Rigoletto en 2015 en el Teatro Real de Madrid.Javier del Real (Teatro Real)

Hubo un tiempo en el que la burguesía, verdadero poder emergente de la sociedad, nuevos aristócratas sin bendición real, trasladaron la grandeza de los teatros a los salones de sus palacios. Entonces, en un tira y afloja por reunir en su casa a los mejores artistas del momento, nacieron las veladas musicales en la intimidad del hogar. Leo Nucci viene este lunes al Teatro de la Zarzuela a empequeñecer la sala y llevarnos a la experiencia doméstica de un salón burgués con una colección atípica de canciones, arias y momentos instrumentales de la mano del pianista James Vaughan.

Los 75 años no le pesan a Nucci, al menos sobre el escenario, donde sigue demostrando un poderío arrebatador. Conocedor del espíritu pasional que hay que imprimir a las páginas de la ópera italiana —algunos recordarán sus impecables interpretaciones de Cavalleria Rusticana y Rigoletto—, el italiano viene a Madrid con una colección de canciones y arias que dejarán sola ante el peligro su voz poderosa. Sumando a todo esto la idoneidad del escenario: el Teatro de la Zarzuela, corazón del Centro Nacional de Difusión Musical para su Ciclo de Lied, es una sala reconfortante y maravillosa para disfrutar de las voces desnudas y los pianos que quieren ser orquestas completas.

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En el repertorio de este lunes encontraremos la limpia sonoridad del verismo italiano, pero también la soberbia construcción musical de Rossini. Precisamente con Verdi arranca el recital con un Brindisi de elegancia postromántica, y acaba con el Rossini más auténtico encarnado en las páginas de su Barbiere di Siviglia, a través del celebérrimo Largo al factotum, un pulso a la energía del cantante que revitaliza hasta al corazón más abatido. Por el camino, disfrutaremos de obras de Puccini, Field, Buzzi-Peccia, Tosti y, por supuesto, más Verdi y más Rossini. Si necesitan agitar las emociones, este recital es imprescindible.

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