El primer debate del 21-D dibuja un mapa electoral con dos bloques irreconciliables
Los constitucionalistas insistieron en la necesidad de poner fin al 'procés' para relanzar la economía y restaurar la “fractura social”
El primer debate entre los candidatos a las elecciones del 21-D reafirmó ayer la existencia de dos bloques con perspectivas antagónicas: los independentistas, que subrayaron su intención de desarrollar el “mandato” del referéndum ilegal del 1 de octubre, y los constitucionalistas, que insistieron en la necesidad de poner fin al procés para relanzar la economía y restaurar la “fractura social”. En medio de un diálogo polarizado, como partido no alineado quedó Catalunya en Comú-Podem, que se opuso tanto a la vía unilateral como al 155.
El PSC, Ciudadanos y el PP —bautizados por los soberanistas como “el tripartito del 155”— aparcaron por una noche sus propias disputas y evitaron atacarse. Una estrategia similar siguieron Junts per Catalunya, Esquerra y la CUP, atados aún a su pasado en común como impulsores del procés. Fue una hora y cuarto de debate tenso, en el que las heridas recientes de unos y otros —la declaración de independencia en el Parlament; la destitución del Gobierno catalán; el encarcelamiento de los exconsejeros— estuvieron muy presentes. La ausencia de dos de los cabezas de lista —el expresident Carles Puigdemont y el exvicepresidente Oriol Junqueras— subrayó aún más ese anclaje al pasado reciente.
Pese a la supuesta renuncia a la vía unilateral, el debate sirvió para comprobar que los partidos independentistas están dispuestos a seguir adelante con el procés. “Seguiremos implementando la independencia. Ese un mandato democrático del 1 de octubre. Quizá sí que es cierto que no iremos tan rápido, pero lo haremos”, detalló Roger Torrent, de Esquerra. Jordi Turull, uno de los exconsejeros excarcelados por el Tribunal Supremo, insistió también en recorrer esa senda y afirmó que, “si fuera por el pueblo de Cataluña, Puigdemont seguiría siendo president”. Más explícito fue Carles Riera, de la CUP, que abogó por “implementar la república, afrontar el golpe de Estado y continuar la vía unilateral”.
“En vez de arrepentirse, volverán a hacer lo mismo. No nos podemos permitir cuatro años más de procés, sino propuestas realistas”, les reprochó la candidata de Ciudadanos, Inés Arrimadas, muy agresiva durante todo el debate. Tuvo un primer encontronazo con Torrent cuando este le preguntó si respetaría el resultado que salga de las urnas. Arrimadas respondió que sí, pero le insistió varias veces en si estaba dispuesto a “respetar las resoluciones judiciales”. “Nosotros siempre hemos respetado los resultados”, se limitó a decir el republicano.
Con el debate estancado en el pasado, Miquel Iceta (PSC) intentó sacar la cabeza. “Yo querría hablar de lo que hacemos de cara al futuro. Se ha certificado el fracaso de la vía unilateral e ilegal, el Govern no estaba preparado y su fracaso es total y absoluto”, dijo Iceta, que abogó por priorizar la creación de empleo y el crecimiento económico. Sus palabras le valieron los ataques de los independentistas. “Te presentas como si esto no fuera contigo. Pero mientras tú estabas bailando, a otros nos estaban esposando”, le recriminó Turull, que recordó su apoyo al artículo 155 de la Constitución. “Mientras te hagas selfies en las manifestaciones en las que se grita ‘Puigdemont, a prisión’, no vengas como hombre de convivencia”, agregó.
A la izquierda se produjo otro enfrentamiento. Riera (CUP) reprochó al candidato de Catalunya en Comú-Podem, Xavier Domènech, su “equidistancia”. Domènech lo negó e intentó trazar un camino propio, fuera de los bloques: el de las políticas sociales. Iceta, como Arrimadas, también insistieron en la necesidad de cambiar las prioridades de la agenda pública. Y subrayaron los males del procés a la economía. Aunque quien más explotó esa veta fue Xavier García Albiol (PP), que utilizó la figura del “taxista” como símbolo del hombre de la calle que quiere estabilidad económica.
Arrimadas dice que Domènech apoyará a ERC
Ninguno de los partidos quiso mostrar ayer sus cartas ante posibles pactos el 22-D. La candidata de Ciudadanos, Inés Arrimadas, aseguró que los comunes y los republicanos ya cocinan un acuerdo tras las elecciones catalanas. El candidato de Catalunya en Comú-Podem, Xavier Domènech, aseguró ayer que no apoyará a Carles Puigdemont y dejó entrever que no apoyará ninguna vía unilateral a la independencia. Para Domènech, Arrimadas es la candidata “de Aznar”.
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