Los madrileños se van y los foráneos llenan las calles
El puente de diciembre convierte esta semana en la que más visitantes recibe la ciudad en todo el año
Madrid despertó diferente ayer. En la radio informaban sobre el tráfico, pero este iba en dirección contraria a la habitual: los problemas no eran para entrar a la ciudad, sino para salir. Día de fiesta, principio de puente —para el que lo tenga—, momento de huir de la capital a respirar mejor aire (ayer estaba activado el escenario uno del protocolo anticontaminación y hoy estará el dos). Incluso comenzó la temporada en la estación de esquí de Navacerrada que abrió, eso sí, con nieve artificial.
Hasta aquí lo fuera de lo común. El resto, en Madrid en estas fechas, es tópico tras tópico: bocadillos de calamares y mercadillo navideño en la plaza Mayor (mucho más famosos que las tazas de café con leche de la exalcaldesa Ana Botella), chocolate con churros en San Ginés, Cortylandia, lotería y luces de Navidad. “Ir al centro” es una de las frases más repetidas por quien poco a poco lo iba llenando en el transcurso del día, la mayoría de otras provincias o de pueblos de la comunidad. Otro inesperado atractivo: las calles en un solo sentido. Un grupo de jóvenes valencianas salía del Museo Thyssen “sin rumbo fijo, el plan es dejarnos llevar”. Vienen con frecuencia a Madrid porque tienen amigas y familia; por tanto, no gastan en alojamiento. Saben que en estos días hay aglomeraciones de gente. “La Gran Vía no se puede soportar”, dice una de ellas, Pilar Barcia, de 25 años, que pregunta: “¿Cómo es eso de las calles en las que solo se puede caminar en una dirección?”.
La Puerta del Sol, además del árbol, de las loteras, de las luces y de los turistas, tiene este año un invitado navideño más, un cartel que dice: “SALIDA. EXIT” a la entrada de la calle de Preciados. Mensaje claro, por ahí se sale hacia la plaza de Callao y desde allí se va a Sol por la calle del Carmen. Aunque, tanto Barcia como los viandantes que les preguntaban a los dos policías municipales situados en la esquina Sol-Preciados se quedaron con las ganas de ver cómo funcionaba, porque ayer por la mañana la circulación era libre. “Solo se activa el dispositivo de seguridad cuando el número de personas lo requiere”, explicó uno de los agentes. Y a mediodía la aglomeración no era demasiada en el centro de Madrid, dicho por los madrileños, los municipales, el jefe del Equipo Lince del Samur situado en la Puerta del Sol (patrulla en bicicleta que forma parte del retén preventivo para Navidad organizado por el Ayuntamiento de la capital) y algunos dependientes de tiendas de ropa de la Gran Vía. José, empleado de Pull & Bear de la céntrica avenida, no ve mucha diferencia con otros días festivos o fines de semana, y comparándolo con el Black Friday, celebrado el 24 de noviembre, cree que hay mucha menos gente, aunque advierte de que “el mogollón llega por la tarde”. Así se confirmó cuando a las cinco de la tarde la calle de Preciados pasó a ser de salida de la Puerta del Sol y la del Carmen, de entrada. Además, la calle Mayor se cortó al tráfico desde las 18.00.
La mañana de ayer solo era el principio del puente y eso se nota. “La ciudad se levanta más tarde, tanto la gente como los coches”, dice un conductor de la línea 34 de la EMT. Barrios de la periferia como Carabanchel o La Elipa están vacíos, de muchos madrileños solo queda el hueco que dejan sus vehículos, no hay problema para aparcar.
Los días de fiesta acababan de empezar y muchos turistas arrastraban sus maletas, camino a sus hoteles, pensiones, alojamientos reservados a través de Airbnb. Tres asturianas con las maletas en una mano y el móvil en la otra se pararon frente al Congreso en el momento en que salía el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de la celebración del 39º aniversario de la Constitución (los insultos, los aplausos y los “¿quién es?, ¿quién es?” han quedado en tablas entre el más de centenar de personas allí congregadas). Aunque las tres amigas de Gijón lo que querían era “ver a Pedro [Sánchez]”. Sus planes estos días en la ciudad tenían un carácter eminentemente musical: el concierto de Vanesa Martín anoche en el WiZink Center.
El teatro y los musicales también son objetivos de los visitantes. Cristóbal, de Cádiz, contaba que iba a ver La madre que me parió, El test y El intercambio, una cada día. Estaba a unos cuatro metros de la puerta de Doña Manolita, la administración de loterías más famosa de Madrid, y llevaba tres horas “exactas” en la cola.
Era el día en que la Constitución cumplía treinta y todos, y no se puede negar que está viviendo la crisis de los 40. Hay un consenso: esta semana, año tras año, es la que más visitantes recibe Madrid.
Ocupación hotelera
La Comunidad de Madrid es la tercera, junto con La Rioja, en la previsión de ocupación durante el puente de diciembre según el ministerio de Turismo con un 77%, nueve puntos más que la ocupación de 2016. Las autonomías que esperan más reservas según el ministerio son Canarias con un 88% y País Vasco con el 80%. A Madrid le sigue Andalucía con un 73%.
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