El PSC fuerza a Colau a revisar el plan de hoteles, su proyecto estrella
PDeCAT, Ciutadans, ERC y PP apoyan la propuesta de Collboni pero le recuerdan que él ha sido responsable de las políticas que critica
El primer pleno del Ayuntamiento de Barcelona después de la ruptura del gobierno no decepcionó. El PSC, que hasta hace dos semanas gobernaba con Ada Colau, logró un amplio apoyo (27 votos de 41) para forzarle a analizar la situación de los sectores económicos de la ciudad y tomar medidas como revisar el plan de hoteles, el PEUAT, uno de sus proyectos estrella. El jefe de filas del PSC, Jaume Collboni, tuvo los votos de PDeCAT, Ciutadans, ERC y PP, que censuraron la política económica de Colau. Todos esos grupos aprovecharon para recordarle que ha sido él el responsable las políticas que ahora critica.
El rifirrafe entre el gobierno y sus ex socios no tardó ni media hora en producirse. El portavoz del ejecutivo, Gerardo Pisarello, presentó la organización del cartapacio y el líder de los socialistas reprochó a la alcaldesa la ruptura del pacto y le espetó: “Usted ha cometido un error político, sitúa Barcelona en el bloqueo y confirma la sensación de que tiene una forma errática de dirigir la ciudad”. Collboni echó en cara a Colau que no “pusiera Barcelona por encima y blindara el pacto”. “Cometió un error político en el momento más delicado para la política catalana y cuando eran los independentistas quienes lo pedían”. Y añadió: “Hoy tenemos un gobierno más débil, solo y desconectado”.
Collboni, que hasta mediados de mes ostentó la segunda tenencia de alcaldía con responsabilidades en las áreas de empresa y promoción económica, planteó su propuesta económica describiendo una “situación crítica” para los comerciantes, hoteleros, taxistas, restauradores... Y la atribuyó a la “desconfianza que afecta a la pequeña economía de la ciudad” en un momento en el que había buenos indicadores, como la caída del paro, el crecimiento del PIB o las inversiones extranjeras. “Todo esto está en riesgo por la falta de confianza por la inestabilidad política, el golpe que ha supuesto por el prestigio y la marca Barcelona la pérdida de la Agencia Europea del Medicamento, el riesgo que corre la colaboración público-privada... No se trata de buscar culpables sino soluciones, de contrastar cifras y sumar esfuerzos”, defendió.
De ahí que proponga que la comisión de estudio analice la posibilidad de revisar y flexibilizar el plan que impide abrir nuevos hoteles en el centro, el PEUAT, “aprovechando la cláusula de revisión para adaptar el plan a lo que parece apuntar a una caída del turismo”. Uno por uno, los grupos votaron a favor (salvo el gobierno y la CUP) pero advirtiendo que la creación de la comisión es una enmienda a la propia gestión de Collboni. La concejal del PDeCAT Sònia Recasens le pidió no hacer “tremendismo” y defendió que su grupo lleva años pidiendo “abandonar el decrecimiento. Ahora piden flexibilizar el PEUAT. Bienvenidos al club”. La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, explicó que en la ciudad han abierto este año un total de 1.982 plazas hoteleras correspondientes a 14 establecimientos que han podido continuar, porque no estaban afectados por la aprobación del PEUAT.
Carina Mejías, líder de Ciutadans, echó en cara al socialista: “La comisión que propone es una enmienda a la totalidad a lo que ha estado haciendo”. Y recordó que el PSC votó a favor del PEUAT pese a que, en su opinión, “no daba seguridad jurídica, perjudicaba inversiones internacionales y supone pérdida de empleo”. Mejías se mostró escéptica y dio un “sí sin demasiada fe”. También la CUP vio la propuesta de Collboni “una enmienda a la totalidad de su propia gestión” y votó en contra. “Si quiere abordar los problemas de la gente de la ciudad, hágalo, pero no colaboraremos en una precampaña que dure un año y medio, aclárese”.
Desde ERC, Trini Capdevila se mostró “sorprendida” por la propuesta de Collboni: “O bien su pacto no funcionaba o no lo ha hecho la gestión del área económica”. También el PP y el concejal no adscrito, Gerard Ardanuy, votaron a favor. En cambio, el concejal de Turismo, Agustí Colom, de quien el propio Collboni dijo que hacía bien su trabajo, tachó de “politiquería” la propuesta de su exsocio. “La situación económica es difícil, pero la hemos abordado”, dijo y enumeró políticas en materia de comercio, empleo, apoyo a los autónomos o promoción internacional que han impulsado conjuntamente durante un año y medio desde el gobierno.
Collboni rechazó que se trate de hacer enmiendas, sino de “buscar estrategias” y de que “los sectores que se dirigen al Ayuntamiento puedan hablar”. De nuevo en el pleno, donde por primera vez en muchos meses no hubo votaciones sobre el proceso soberanista, se visualizó la falta de apoyo político al ejecutivo de Colau. Esta vez por omisión, porque el gobierno retiró tres puntos del orden del día porque no sumaba votos suficientes para votarlos. Puntos sobre la venta del 15% de Memora que falta privatizar, la creación de una empresa funeraria pública y el cambio en la presidencia de la mayor empresa pública municipal, BSM, tras la salida de Collboni del ejecutivo.
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