Al entrar en el restaurante The One (Lagasca, 81; en torno a 30 euros por persona) empieza un viaje. Las recetas del chef Dave Cheng trasladan a la tradición china, sabores matizados por la influencia marítima de Hong Kong —de donde es originario el cocinero— y con toques europeos. El interiorismo del recién inaugurado espacio refuerza ese viaje y sus colores, sus grandes cuadros y su espejo te llevan a un chino de los de toda la vida, de los primeros que aparecieron en la capital. “La comida es la mejor manera de entender otras culturas”, defiende Xiang Xu, copropietaria del local y jefa de sala.
Platos generosos, con toques picantes y cargados de sabores de Asia, definen esta cuidada propuesta, que se diferencia de los chinos de batalla con pan frito y arroz tres delicias.
Una sabrosa sopa agripicante con flor de tofu, servida como entrante, despierta el paladar para dar paso a unas berenjenas con lomos de sardina ahumada; a unos crujientes chipirones o a unas costillas marinadas en curry. Esta última, una receta genuina del local, pues es una fórmula de la tradición pescadora de Hong Kong y que el padre de Cheng, también cocinero, legó a su hijo cuando le pasó el recetario.
Como en todo buen chino —además de varios platos con el pato como protagonista—, en la carta aparece una selección de arroces, entre los que cabe señalar el elaborado a la sartén con vieiras y trufa.
El viaje continúa con una selección de platos de carne y pescado. Entre los productos del mar sorprende un fresquísimo carabinero “con salsa Lou Hoeng Gong”, que hará las delicias de los adictos a fotografiar platos de comida y poner la etiqueta de #foodporn. De las carnes hay que probar el solomillo de ternera gallega con salsa a la pimienta, otra de las elaboraciones del recetario familiar del chef
Sobre la firma
