El PDeCAT cede a la presión de Puigdemont y explora una lista común independentista
La dirección del partido decidirá su candidatura el jueves, la víspera del día en que expira el plazo para registrarla
El Partit Demòcrata Europeu Català (PDeCAT) acordó ayer aplazar el consejo nacional que tenía previsto celebrar este fin de semana para aprobar las listas a las elecciones del 21 de diciembre. La formación ya decidió hace días que Carles Puigdemont será cabeza de lista, pero este ha insistido en que no quiere que la candidatura responda a un solo partido y quiere que incluya a otros sectores del soberanismo. La dirección ha cedido a sus presiones y ha aplazado el cónclave al jueves, la víspera del día en que expira el plazo para registrar las candidaturas.
Desde Bruselas, Puigdemont insistió el martes en concurrir a las elecciones con una lista unitaria de todo el independentismo al considerar que junto puede combatir y con mejores garantías la actual situación política de “represión” del Estado. “No veo otra forma”, recalcó en alusión a que no es fácil entender que los miembros del Govern, unos en prisión y otros desde Bélgica, sean competidores electorales. De hecho, el expresident impulsó la lista el sábado a favor de la unidad en una página web que hasta ayer había reunido 427.000 firmas.
Miembros del partido aseguran que, como dispone de tiempo libre, está gestionando la web personalmente. Entre los primeros firmantes figuran el exalcalde Xavier Trias, la periodista Pilar Rahola y el actor Joel Joan. Su propuesta, sin embargo, no ha prosperado, al menos en forma de coalición, ante la oposición de ERC de reeditar Junts pel Sí. Los republicanos son en todas las encuestas candidatos a ganar las elecciones. Con un papel preponderante ahora en el soberanismo, ERC inscribió la coalición ERC-Catalunya Sí, que agruparía a dos escisiones soberanistas del PSC (Avancem y Més) y culpó a la CUP de no sumarse. Los reproches fueron mutuos. Los anticapitalistas sopesan cuatro escenarios —concurrir, no hacerlo, un frente de izquierdas o una lista de electores— pero parece improbable que opten por una lista auspiciada desde el PDeCAT.
En una reunión la semana pasada, el PDeCAT ya proclamó candidato al president destituido, que se resiste a no unificar a todo el independentismo. Descartada la opción de las coaliciones, solo podrían concurrir como una agrupación de electores. Para ello, necesita presentar ante la Junta Electoral un pliego de firmas acreditadas con el DNI correspondiente al 1% del censo de cada circunscripción. En total, son 55.538. No parece difícil que las consiga el PDeCAT. El soberanismo ha convocado el sábado una manifestación que se prevé multitudinaria.
La fórmula tiene inconvenientes: sus integrantes, a diferencia de los partidos, no tienen derecho a recibir los anticipos para financiar las campañas ni a las posteriores subvenciones del Estado. Los espacios electorales gratuitos los tendrían restringidos. Ley Orgánica del Regimen Electoral, de aplicación en Cataluña, establece que las agrupaciones dispondrían de 10 minutos de emisión gratuita si se presentan en el 75% de circunscripciones (en este caso, en tres de las cuatro provincias). Ese tiempo es equivalente al de fuerzas extraparlamentarias en las elecciones del 27-S. Si fuera como partido, tendría entre 30 y 45 minutos.
Propuesta complicada
Fuentes del PDeCAT afirman que el plan de Puigdemont no les disgusta, pero que lo ven irrealizable ante la delicada situación económica de la formación. No desdeñan, sin embargo, que Puigdemont tiene tirón entre el electorado y un patrimonio que ofrecer a sus votantes. Esquerra también observa con cierta inquietud y preocupación los pasos que está dando el expresident por si la estrategia pudiera restarles votos. Tras la presión de Puigdemont, Marta Pascal, coordinadora del PDeCAT, afirmó: “Seguimos pensando que la unidad del mundo soberanista en las próximas elecciones es necesaria y estamos dispuestos a explorar cualquier posibilidad para hacerla posible”. De momento, fuentes del partido sostienen que ninguno de sus miembros está asumiendo las gestiones para formalizar esa agrupación que implicaría una candidatura unitaria y transversal que consiga “el fin de la ocupación, la libertad de los presos políticos y la república”. A diferencia de otras convocatorias, las entidades soberanistas no han ejercido tantas presiones en favor de la unidad. La Asamblea Nacional Catalana la defiende con más ahínco, pero no así Òmnium.
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