¡Viva Brassens!
La cantautora Eva Dénia y la violonchelista Merxe Martínez revitalizan la obra del cantautor francés y patriarca de la Chanson
Primero fue un Chante Brassens (Comboi Records, 2005) luego le siguió un Toujours Brassens (Comboi Records, 2008) y ahora, con un agradecido Merci Brassens (Mesdemil, 2017), la cantautora Eva Dénia vuelve a sumergirse en la obra de Georges Brassens, figura capital cuando se habla de la canción lirica o de autor del siglo XX. Para esta nueva incursión ha contado con el apoyo musical de la violoncelista Merxe Martínez, colaboradora y cómplice de otros proyectos musicales. El disco se presenta este martes 31 de octubre en el Instituto Francés de Valencia.
“Mi descubrimiento de George Brassens, como para otras personas de mi generación está ligado a mi formación como estudiante de francés y el hallazgo de lo que supone esa gran fuente musical, literaria e interpretativa que es la Chanson, la canción francesa de los Brel, Ferré, Aznavour y otros”.
En esta tercera entrega la cantante ha recogido algunas de las canciones más celebradas del cantautor de Sète como el bellísimo poema de Louis Aragon al que le puso música, Il n’y a pas d’amour heureux o la burbujeante Les amoureux des bancs publics. “Como en los anteriores trabajos todos los temas, a excepción de dos adaptaciones, están cantados en francés. No era nuestra intención hacer un disco de versiones en valenciano o en español de Brassens, por otro lado un autor nada fácil de adaptar dada su gran riqueza y también complejidad literaria, aunque se han hecho versiones excelentes tanto desde la Nova Cançó como por parte de un cantante como Paco Ibáñez, seguramente el más brasseniano de los cantautores españoles”.
“Brassens ha formado parte de eso que llamamos la banda sonora, de mi banda sonora, desde la adolescencia junto a otros autores”, señala Eva Dénia. “En un principio comenzamos a trabajar, Merxe y yo, sus canciones por el placer de tocarlas, nos gustaban y veíamos que podían encajar en nuestro repertorio”. “Este interés acabaría derivando en un proyecto musical y a su vez en esta trilogía discográfica que le hemos dedicado a su obra, que no sé si ha llegado a su punto final”.
El trabajo musical sobre el cantautor francés les ha permitido viajar y conocer el mundo de Brassens. “Es increíble con que respeto y amor la cultura francesa conserva su patrimonio musical. Las canciones de Brassens, como hemos visto, las pueden cantar desde una Carla Bruni al cantautor más comprometido. Se enseñan en los colegios desde la infancia, se estudian en los institutos y por supuesto sirven y son materia para tesis doctorales. Es maravilloso ver en un festival a tres generaciones reunidas cantando las canciones de Brassens ”.
“Se ha convertido en un tópico señalar a Brassens como un creador un poco monótono por lo que respecta a la música, a la composición musical, y nada más lejos de la realidad, cuando trabajas sus canciones te das cuenta de la gran riqueza melódica que hay detrás de cada una de sus composiciones”, comenta Dénia.
“A mí que me interesa el jazz como género musical reconozco esa influencia jazzista en sus composiciones, no hay que olvidar que Brassens era un gran admirador del guitarrista Django Rehinardt”. Sobre el trabajo de selección de las canciones afirma “que no ha sido una empresa fácil”. “Hemos buscado aquellas canciones que se adaptaban mejor a nuestro proyecto siempre en esa línea de hacer un trabajo musical que encajara con nuestro trabajo musical. Las canciones de Brassens hasta en aquellas canciones que parecen más sencillas, siempre encierran una gran densidad”.
“El disco es básicamente el trabajo que hemos ido haciendo Merxe Martínez y yo en directo. Arreglado y trabajado dentro de nuestras posibilidades con la ayuda de mi hermano Carles Dénia que ha estado detrás de la producción. Hay una continuidad con el trabajo anterior, Quan era abril (Comboi records, 2015), que de alguna manera nos ha conducido a este. La búsqueda de ese sonido fresco y natural que era lo que buscaba también Brassens en sus canciones”.
“Para cualquier cantante que se dedique a eso que se conoce como canción de autor, sumergirse en la obra de Brassens es un maravilloso proceso de aprendizaje. Pocos autores han logrado esa fusión, yo diría perfecta, entre texto y melodía, y estamos hablando de unas canciones que están incluidas en muchas antologías de poesía, aunque Brassens siempre decía que el no hacía poesía sino canciones”.
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