Combate poético en la plaza Mayor
Un espectáculo que combina versos y música celebra el cuarto centenario del emblemático sitio madrileño
Hace 400 años, tras la construcción de la plaza Mayor, allí se reunieron los poetas. Ayer, dentro de la celebración del cuarto centenario del emblemático lugar, volvieron a hacerlo. En 1620 Felipe III encargó a Lope de Vega la organización de unas justas poéticas que se celebraron el 15 de mayo en el corazón de la ciudad que albergaba la Corte: los principales autores de la época se enfrentaron a las plumas noveles en diferentes modalidades de composición poética. Podrían considerarse las primeras batallas de gallos, que ahora se estilan en el mundo del hip-hop, o los extendidos certámenes de Poetry Slam.
Ahora, desde ayer y hasta el domingo, y como preludio del festival literario Eñe (que tendrá lugar entre el 23 y 28 de octubre), se reúnen de nuevo los hacedores de versos y también practicantes de otras disciplinas, como el cante y el toque flamenco o el hip-hop. Los actos se enmarcan en el programa de celebración del cuarto centenario, que organiza el Ayuntamiento. Esperemos que nadie salga herido. “Aunque más que de competir, se trata de compartir”, dice el poeta Antonio Lucas, director literario del Festival Eñe, que congregará a nombres como Javier Marías, Antonio Escohotado, El Niño de Elche, Elvira Navarro, Marina Garcés, Vetusta Morla, Miriam Reyes y Alberto Conejero.
“En aquella época, en el siglo XVII, se compitió utilizando formas como la sextina, el soneto, el romance”, explica el director, “la plaza se llenó de todo lo que había en el Madrid de entonces, incluyendo sablistas, condes arruinados, buscadores incesantes de fortuna, y fue uno de los actos más concurridos de los que en aquella época se celebraron”.
Ayer, delante de la estatua ecuestre del rey fundador de la plaza y bajo un cielo de pintura renacentista, se congregó un variopinto público, en 600 asientos repletos, que integraban desde la púber gafapasta hasta el abuelo canoso, prueba de gran interés que la poesía en escena genera en estos tiempos. Iniciaban los fastos el poeta Luis García Montero y la cantaora Carmen Linares.
El poeta comenzó recitando ese poema suyo que homenajea el Madrid de las flores de plástico, el sol de invierno y los whiskys con hielo. Cayó también Para la libertad, de Miguel Hernández, que luego Linares y sus músicos se arrancaron a musicar, en un espectáculo que rindió homenaje flamenco al poeta de Orihuela, tal y como hace en su disco Verso a verso, y a otros como Federico García Lorca y Juan Ramón Jiménez. Anocheció así, verso a verso, y con la poesía visual de esos chismes luminosos que lanzan al aire los vendedores ambulantes de la plaza.
Hoy el amable combate tendrá como protagonistas al poeta sordo Miguel Ángel Sampedro, que ejecutará su mágica poesía en lengua de signos con el acompañamiento de la violinista Sara Molina Castellote (Graciela Baquero pondrá voz a los poemas dibujados en el aire), y a Benjamín Prado, que compartirá versos con la escritora de nueva generación Elvira Sastre. Mañana sobre las tablas comparecerán la micropoetisa Ajo acompañada del guitarrista Paco Soto, el poeta Manuel Vilas y el rapero El Chojín. “La idea es que la arquitectura de la plaza se combine con la arquitectura de la gente que esté allí escuchando, bailando, disfrutando de la poesía”, concluye Lucas.
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