El cine más prohibido
Una muestra proyecta algunas de las películas más perseguidas de la historia
“Vivimos en tiempos en los que cualquier individuo o colectivo puede sentirse ofendido y perseguir una película”, dice Ángel Mora, director de la sala de cine independiente Artistic Metropol, “yo soy partidario de que se pueda ver cualquier ficción siempre que no constituya delito”. Por eso desde la sala organizan la V Muestra de Cine Lo Más Prohibido, que ha comenzado este jueves y se puede disfrutar hasta el domingo. Son películas que han sido censuradas, prohibidas o que, simplemente, han generado escándalo entre crítica o público. Su lema: prohibido prohibir.
Morbo, violencia, blasfemia, sexo explícito, horror extremo, masoquismo o esas películas algo escabrosillas que entre los años setenta y ochenta en España se calificaron como S. Entre los títulos desde clásicos como Último tango en París (Bernardo Bertolucci, 1978), Baby doll (Elia Kazan, 1956), Pink Flamingos (John Waters, 1972) o Yo te saludo María (Jean-Luc Godard, 1984), hasta cine más actual como Crash (David Cronenberg, 1996), Lovelace (Epstein y Friedman, 2013), Grotesque (Kôji Shiraishi, 2009) o Love (Gaspar Noé, 2015), no distribuida en España. “Todas ellas han tenido problemas en algún país o en otro”, dice Mora. El ciclo incluye secciones dedicadas a autores polémicos como Gaspar Noé o el primer Peter Jackson.
A través del tiempo la censura cinematográfica (y general) ha ido cambiando sus métodos y sus motivos, dependiendo de los regímenes políticos y la moral de los tiempos. En otras épocas, por ejemplo el franquismo, los temas a censurar estaban relacionados con la política o la religión, hoy pervive cierta censura en torno a temas relacionados con la violencia y el sexo. En Reino Unido fueron famosos los Video nasties (algo así como vídeos repugnantes) durante el thatcherismo de los años 80, películas cuya distribución en cinta de video fue prohibida por las autoridades (Holocausto Caníbal o La última casa a la izquierda estaban entre ellas). Si antes se censuraban guiones y se cortaban escenas, (hasta se cambiaba el sentido de los diálogos en el doblaje, como ocurrió en Mogambo para ocultar un adulterio), hoy la forma de apartar las películas de circulación es calificándolas X. “Luego hay películas como Fóllame o El imperio de los sentidos que incluyen sexo explícito y no han sido calificadas X, así que debería haber un criterio más serio”, dice Mora, “tampoco entiendo cómo se permite un espectáculo de violencia real como la tauromaquia y luego se persigue la violencia de ficción, que es eso, ficción. Hay un doble rasero”.
“La idea de hacer esta muestra se me ocurrió cuando quise comprar los derechos de la polémica película A serbian film (Srđjan Spasojević, 2010), ya casi un clásico del género prohibido”, dice Mora, “en el ministerio la calificaron X, así que me abstuve”. Calificar una película como X, según cuenta este cinéfilo y distribuidor, es condenarla al ostracismo: solo se puede proyectar en Salas X (casi desaparecidas) o comprar por catálogo. Se quedan fuera de juego, es la forma de censura actual. “Otro ejemplo es el de Saw VI, calificada X cuando no era más violenta que las cinco anteriores”, apunta Mora, “nunca entenderé que un censor tenga que decidir qué películas podemos ver y cuáles no. Con Internet es todavía más absurdo”.
Viñeta: Lo que no querían que viéramos
Algunas de las películas proyectadas son Criaturas celestiales (Peter Jackson, 1994), Un perro andaluz (Luis Buñuel, 1929), Último tango en París (Bernardo Bertolucci, 1978), Saló (Pier Paolo Pasolini, 1975), Baby doll (Elia Kazan 1956), Querelle (Rainer Werner Fassbinder, 1982), Pink Flamingos (John Waters, 1972) o Yo te saludo María (Jean-Luc Godard, 1984), Crash (David Cronenberg, 1996), Lovelace (Epstein y Friedman, 2013), La Gran Comilona (Marco Ferreri, 1973), Zombie (George A. Romero, 1978) o Love (Gaspar Noé, 2015).
El ciclo transcurre en Artistic Metropol (Cigarreras, 6) y su nueva extensión Artistic La Morada (Palma, 11). Más información en www.artisticmetropol.es
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